Me comentan que esas interrogantes que lanzo con mis opiniones no son sino dagas emponzoñadas
¡ No, no es así, como mucho son pequeños aguijonazos llamados a llamar la atención, a que, emulando a Manrique, recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte
. Intentos de despertar a la realidad desde la sugestión, desde la hipnosis instalada en las personas, ese estado que me niego a creer, por mi propia naturaleza, que sea irreversible.
Son muchas las preguntas que me llegan tras una opinión, tras un artículo o un comentario de periódico. Hoy, por ejemplo, han sido muchos los que han recordado que la Corona Británica forjó un gran Imperio bajo un criterio y unas pautas diametralmente opuestas a lo que hiciera la Corona de Castilla y España, con medios y métodos que no se pueden poner en duda que resultaron ser mucho más duros y menos conciliadores, nada humanistas y bajo directrices pragmáticas y extremadamente utilitaristas. La conquista de territorios, riquezas y poder, el dominio de la Metrópolis, la supremacía de los colonizadores, su exclusiva potestad de dirección del gobierno, la administración, la organización y la sociedad de los territorios conquistados, reducidos a la explotación y a la sumisión de los pueblos autóctonos no era discutible, ni se planteaba que sobre aquellas gentes hubiera posibilidad de tener relaciones más allá de las del régimen de esclavitud.
Sin embargo, la Historia traspasa las barreras del tiempo a través de lecturas dispares, contradictorias, por lo que no es nuevo eso de que lo que hoy nos crispa, la tergiversación del reciente pasado de España con torcidas lecturas a través de la legislación sobre memoria histórica , ya que siempre se produjo ese fenómeno distorsionador. España, que procuró en su expansión ultramarina extender una cultura, dotar las tierras que colonizaba de infraestructuras, construir ciudades mejor planificadas que las propias de la Península, dotarlas de escuelas, universidades, integrar a las poblaciones y llevar una política en la que sin duda no todo fue perfecto pero no primaba exclusivamente el ánimo lucrativo, cargaría con la Leyenda Negra y aún en el presente sufre los reproches por parte de quienes ignoran, por incultos la verdad de nuestra Historia. Gran Bretaña, que construyó en sus colonias pocos edificios con entidad sólida y ambición de permanencia, aunque las dotó de estructuras de transporte para acarrear todo lo que se pudiera transportar a los puertos británicos. Las construcciones y soluciones habitables de madera son las que se alzarían en las ciudades coloniales, la educación esmerada de los hijos de los colonos ingleses se mantuvo distante de la de los nativos que seguían sus costumbres, procurándose, eso sí, expandir la lengua inglesa y en algún caso, dotar de formación a unas minorías que ocupaban puestos administrativos y auxiliares en las actividades de comercio e industria, pero a pesar de esa vida de separación, de distanciamiento, en los países colonizados por los británicos o, precisamente, gracias a ello, a esa coexistencia de un mundo inglés y un mundo nativo dentro del mismo territorio, la relación entre ambos con el paso del tiempo resulta más fluida y hoy hay, pasado el periodo colonial, esa armonía, y existe esa buena sintonía.
Esta era la pregunta que me hacían hoy, el por qué no se hablaba en estos días de la Commonwealth a la que aludí, y si en realidad era tan importante como la consideraba. Realmente lo es, y que saque pecho la UE y hable del perjuicio para la economía británica por su salida del Brexit sin tocar este tema me resulta un tanto frívolo. Para empezar, estamos como siempre, con España y Gibraltar, el tema recurrente de las crisis españolas, un Gibraltar que libró de la muerte a manos de unos y de otros a muchos españoles, que no lo olviden los de la Memoria Histórica, ni los que no se quieren acordar
Como territorio británico es Commonwealth, pero dos países de la UE también son miembros: Malta, y lo es Chipre. Y Tambien Canadá, y la emergente y temida India, y Australia, y Sudáfrica, Nueva Zelanda, o Mozambique. La figura o cabeza de la institución es el Rey, en la actualidad Reina de Inglaterra. La Commonwealth de la que en Bruselas nadie habla abarca 1/3 de la población mundial y si se activa tras el Brexit como es de esperar, podría comprometer bastante la debilitada y fracasada quimera europeísta. Cierto es que mucho de los países son pequeños estados, islas del Caribe, del Océano Indico o Pacífico, precisamente lugares paradisiacos ideales para el turismo, como Jamaica, Bahamas, o Fiji, Maldivas, Mauricio.
Otros países constituyen el continente oceánico, Australia y Nueva Zelanda donde la emigración de europeos en busca del futuro que se cierra en el viejo continente no cesa, y en Asia esta India, en pleno y desbordante crecimiento con grandes intereses económicos en los mercados europeos y norteamericanos y gran desarrollo industrial
En definitiva, cierto es
¿Por qué no se habla de la importancia de la Commonwealth en el futuro de la economía mundial tras la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea?. Y ya puestos a especular, también habría que saber qué postura tomarían la pequeña Malta, o Chipre, zona griega, como compatibilizarían ambas pertenencias y si no sería más probable, rentable y aconsejable para ellos seguir a Gran Bretaña y abandonar la Unión. Lo cierto es que nadie nos dice nada de un tercio de la población del mundo que tiene por cabeza visible a S.M. la Reina Elizabeth II.
Manuel Alba