Los problemas internos de nuestra España no deben de hacernos perder perspectivas de otros, externos, que nos afectan. Cierto es que hechos como la exteriorización del malestar ciudadano en forma de manifestación motorizada multitudinaria que se ha tratado de minimizar incluso por medios de comunicación que no deberían apoyar al Gobierno por obvios motivos dan la pauta de la ruptura de temores y de un nuevo amanecer, aunque Pedro Sánchez y sus compinches hayan tratado de minimizar ese gran acontecimiento nacional, después de haber intentado hasta la extenuación prohibir la libre expresión y la protesta de los ciudadanos.
Reiterar la repugnancia por tanta mentira, tanta traición, tanta rapiña y tanta componenda me resulta ya cansino… Ese sentimiento crece y habrá de aumentar, y su expresión mediante actos de protesta aumentará, a pesar de los actos de provocación que la coalición gubernamental a través de la suelta de los radicales de extrema izquierda está orquestando y que ya se ha cobrado víctimas, a pesar de que las Fuerzas de Seguridad del estado tengan que obedecer al juez felón Grande Marlaska, reconvertido en muñidor de represiones que otrora le pudieron hacer llevar las manos a la cabeza. Reiterar que es infame y vergonzoso el modus operandi de Podemos, las palabras y actos de Pablo Iglesias, de Echenique, de toda esa tropa, unidos a otros como Errejón o los de ETA – BILDU también es agotador, pero es la realidad.
Sánchez e Iglesias, con su puesta en escena jesuítica en la que mienten y hasta ofenden, sin la menor vergüenza, se creen los dueños del cortijo con complicidades inexplicables como la de ese amorfo partido llamado Ciudadanos. Y entre encierro forzado e ilegal y permanentes homilías marxistas, los españoles aguantan hasta el momento y hasta que no puedan más… Todo eso es así.
Pero pasan cosas fuera que también nos afectan y que, por un lado, hacen temblar el precario equilibrio internacional, y por otro pueden ser muy profundamente graves en el panorama político español, y uno de esos acontecimientos es la situación de Venezuela. Allí se está a punto de producir un enfrentamiento de gran calibre con Estados Unidos cercando al país, y el tirano Nicolás Maduro y su cohorte de criminales narcotraficantes provocando un día tras otro la situación. Más bien pronto que tarde los norteamericanos actuarán, como hicieron en la isla de Granada o en Panamá, máxime cuando, a imitación de la crisis de Cuba, unos buques iraníes supuestamente cargados de gasolina, se acercan a Venezuela. No hay que olvidar que Irán es un enemigo encarnizado de las Norteamericanos, y que los dos países están sancionados, además, por Estados Unidos con unos bloqueos que implican a los miembros de la llamada Comunidad Internacional, a los aliados de la OTAN y al resto del mundo en cuanto a que sus incumplimientos suponen ponerse en contra del poder americano.
No hay que olvidar tampoco, y ahí viene la conexión con España, que Podemos, y los que van por libre, como Errejón o Monedero, tienen una indiscutida relación con la Venezuela chavista y con Irán, y que nadie duda que han recibido financiación de esos países y que el “club de los politólogos marxistas” españoles ha asesorado y apoyado siempre a ambos regímenes. No hay que olvidar tampoco que el ex presidente Sr. Rodríguez Zapatero, más allá del apoyo y bajo una apariencia, de mediador, según él, campa a sus anchas y se prolifera en apariciones públicas con el tirano. No hay que olvidar tampoco que el modelo de sociedad que aspiran imponer los Iglesias, Montero, Errejón y demás diablos cojuelos es el de ese socialismo bolivariano que no es más que el comunismo de los hermanos Castro de Cuba, el Estado totalitario al que solo se puede llegar hundiendo a España en la pobreza. Tampoco hay que olvidar que el padre político de Sánchez, y también de los otros es Rodríguez Zapatero y que el gran gurú fue el tan aclamado y hoy ensalzado promotor de Izquierda Unida, el recién fallecido Julio Anguita, otro jesuítico marxista de homilía y talante farisaico.
Y recordado todo esto, no hay que olvidar tampoco que unas semanas antes de la declaración del estado de prisión provisional prorrogable en España se produjo un incidente que, por supuesto fue minimizado: la escala en el aeropuerto de Madrid de Delcy Rodríguez , vice presidenta, esto es vice tirana de Venezuela, con sus famosas cuarenta maletas de contenido desconocido y destino ignorado pero que indiscutiblemente se quedaron en la capital de España, unos hechos que, por mucho que se quieran obviar, fueron anotados por los Estados Unidos de America como una violación al régimen de sanciones de la Unión Europea que, al fin y al cabo, responde a la imposición norteamericana…. ¡Y el conflicto, a modo de invasión, o de ataque, está servido, como ya indiqué, para cualquier momento, con todas sus consecuencias!
España, con Sánchez y sin Sánchez, se ponga como se ponga Iglesias y sus mariachis, es amiga y protegida del coloso americano, miembro de la OTAN y de la Unión Europea… España, antes de la desgraciada ocurrencia de recibir a Delcy Rodríguez ya se la había jugado a los norteamericanos al retirar la fragata Méndez Núñez del grupo de combate en el Golfo Pérsico, justamente fue en mayo de 2019… ¡Y aquello sentó también muy mal! Y ante una eventual intervención en Venezuela por parte de Estados Unidos, ¿Qué pasará?. La Unión Europea se alineará con Washington y España, en su doble condición de miembro de la Unión y de la OTAN, ¿qué haría, teniendo, además esas hermosas bases militares conjuntas en nuestro territorio?
Oponerse, enfrentarse, no participar si se lo piden los aliados o condenar una acción de esa índole pondría al Gobierno totalmente al descubierto, y Sánchez, y mucho más, por motivos de intereses propios, Iglesias y su gente, se tendrían que retratar y lo harían a favor del tirano Maduro, a cuya cabeza, junto con otros amigos de la coalición gobernante de tierras caribeñas, los americanos le han puesto precio como en las películas del Oeste, mostrando que la cosa va muy en serio, y lo hacen, entre otras cosas, por narcotráfico.
También me pregunto si de esa presumible acción, de ese ataque, surgieran pruebas de implicaciones españolas en los manejos de Maduro y su gente, ¿se podría dar el caso de que los americanos actuasen contra las personas que pudieran estar relacionadas tan íntimamente con el bolivarismo como los que conocemos?,, ¿podrían perseguir a presuntos beneficiarios del dinero venezolano?, ¿se podría dar el caso de que alguno o algunos se viesen en el cartel de “se busca” con un ofrecimiento de recompensa?. Además, los americanos que no olvidan, que imponen gobernantes o los defenestran en el sitio que sea a conveniencia, podrían incluso tirar de ciertas financiaciones iraníes, ellos ni olvidan ni perdonan, y es así porque se les ha permitido, pero esta es la pura y cruda realidad: ¡Es terrible ser enemigo de los Estados Unidos de America, y ser amigos también lo es!
¿Acaso no es posible que esto ocurra, a pesar de las noticias que se pueden recoger de los medios americano y europeos, y que son bastante maquilladas aquí?. ¿Acaso no podría darse la circunstancia de que la sufrida y maltrecha España recibiera de guinda del pastel unas sanciones traumáticas por culpa de estos mamarrachos? Porque en el caso de un posicionamiento en contra o un descubrimiento de pruebas contra quienes fuera, difícilmente se justificaría unas homilías de Sánchez o Iglesias echando la culpa a la oposición, no se podría decir que el Partido Popular, o VOX habrían provocado el desastre porque es evidente que se lo tendrían que guisar y comer ellos por aquello de las malas compañías.
Manuel Alba
24 de mayo de 2020