Me preocupa el presente y, sobre todo, el futuro de mi país. Está claro que no hemos aprendido nada del pasado porque con demasiada frecuencia estamos repitiendo los mismos errores de antaño.
Como yo lo percibo, la partidocracia reinante que administra el erario nos está llevando por una senda extremadamente peligrosa, y la deriva que están tomando los últimos acontecimientos, léase intolerancia hacia los que no piensan como ellos, nos está transportando a una época, no tan lejana en el tiempo, como son los convulsos años 30 del pasado siglo. Y luego hablan de fascismo, desconociendo -o no-, que el fascismo es una actitud, no una ideología… y éstos de actitudes fascistas están sembrados.
El paro, la subida de impuestos y esta última recesión, ahora motivada por la pandemia que araña nuestra forma de vivir, acaban enviando al mismísimo infierno a las clases media y baja, cuando todos -menos ellos-, sabemos que los “decretos” de este gobierno a seis bandas que sufrimos, legislando a base de desatinos no arreglarán el problema económico que nos asfixia.
No debemos engañarnos. Nuestra querida España empieza a parecerse cada día más a aquel convulso país de los años 30 y nuestros gobernantes a aquellos que nos condujeron al desastre. Solo hay que leer la Historia de forma objetiva. Ahora el deterioro es de tal magnitud, que los partidos políticos y los sindicatos ya no son representativos de la sociedad actual, empobrecida por la voracidad de unos pocos y gobernada por una partidocracia encanallada y carente de valores, con un lenguaje cansino, añejo y machacón.
En lugar de coger el toro por los cuernos, como ayudar a los productivos, a las pequeñas empresas, a los comercios y a los autónomos, los sucesivos gobiernos disparan cañonazos contra un blanco equivocado. De seguir así, dentro de nada tendremos un país saturado de pobres, con una clase media ya extinguida y a la que ahora quieren quitarle el fruto de su trabajo de muchísimos años, como es la propiedad privada, que han conseguido a base de privaciones y esfuerzo, mientras las bandas que digo promueven que el personal malviva haciendo colas para coger las migajas que ellos quieran darles. ¿les suena lo de Cuba, Venezuela, etc.)? ¿les suena el Foro donde unos cuantos deciden el futuro del mundo? ¿les suenan las tres o cuatro personas que manejan el cotarro?
Y eso es mal asunto, porque cuando eso suceda, la confrontación social será inevitable y peligrosa. La paciencia de los pueblos tiene un límite, la Historia lo demuestra, y la Europa del Sur, y, sobre todo, España, han entrado en una etapa difícil y complicada, por la permisividad para todo y porque raramente se cumplen las leyes. Ello da lugar a manifestaciones de protesta de los que solo tienen derechos, pero no deberes, de los que piden sin ninguna intención de dar nada a cambio, así que, cada vez, esas manifestaciones ilegales son más violentas y más generalizadas ya que a los que incumplen las leyes, a los violentos, a los sediciosos, etc. no les pasa nada.
Por eso, no es de extrañar que aparezcan, como entonces, partidos o personas que ofrezcan a los ciudadanos alternativas a tanto dislate y tanto atropello, porque -piensan- peor no puede ser, aunque yo creo que, con solo cambiar la ley electoral, daríamos un paso importante.
Antonio Poyatos Galián.