Marbella, que por derecho propio es en realidad la indiscutible Capital Mundial de la Gastronomía en el Sur de España ya que, como ha afirmado más de una vez la Academia Gastronómica de Marbella en esta ciudad y en su Triángulo de Oro de la Costa del Sol, es decir, más allá de la Milla de Oro que se ha quedado obsoleta, existen más de un millar de establecimientos de hostelería, con comedores a todos los niveles y con la elaboración de platos de las cocinas de medio mundo.
En este panorama excepcional de la gastronomía donde los turistas que llegan a Marbella han de encontrar esa variedad de cocinas para todos los gustos, aunque, impere la magnifica cocina española.
Lo importante es que ese abanico de diferentes cocinas del mundo, contribuye a fidelizar a un Turismo visitante, de todos los niveles económicos, es cierto, aunque Marbella se caracterice por ese turismo de calidad, ese turismo de lujo que le ha dado fama y que ha atraído como residentes, es decir con grandes mansiones, palacios, villas y apartamentos de gran lujo a personalidades del mundo de las finanzas, de la nobleza, del mundo de los petrodólares.
Todos, encuentran en Marbella complementos de ocio, con atractiva vida nocturna, además de playa, golf, tenis y paddel, casino, deportes náuticos y paseos en barco o en jetsky, pero también algo tan importante como el disfrute del paladar.
La Academia Gastronómica de Marbella desde su fundación hace ya más de 30 años mantiene un constante contacto con el sector y estimula, con sus periódicas visitas quincenales el trabajo que, al servicio del Turismo presta la gastronomía.
Y no solamente para atender al visitantes, sino a la población residente, dado el auge residencial donde muchos cientos de familias pudientes han decidido tener su casa en Marbella y especialmente dentro de ese Triángulo de Oro de la residencia de lujo Marbella-Benahavís-Estepona.
En ese más de medio millón de residentes en esta área privilegiada de la Costa del Sol, no todos son pudientes, destacando una clase media y trabajadora que también gusta de poder contar con lugares donde comer bien, donde disfrutar de sus horas de ocio y donde dar satisfacción al paladar con una buena mesa.
El Restaurante “Pinilla”
En el centro de Marbella, en los soportales del edificio Parque que muchos denominaron el barco, por su forma arquitectónica en la calle Alonso de Bazán, se encuentra el Restaurante “Pinilla” donde la Academia Gastronómica de Marbella ha acudido para conocer su oferta y los platos de su cocina.
Con una puntuación máxima los académicos de Marbella valoraron la calidad del producto, la excelencia de la cocina y sobre todo, ese punto excepcional del asado de cordero, nada que envidiar al degustado en otros restaurantes de la Costa.
El académico Pepe Leandro, un experto que por algo ha gerenciado buenos restaurantes y ha empezado como profesional trabajando en los mejores, se había fijado en que en el “Pinilla” una clientela fiel a la cocina tradicional española acudía a disfrutar platos de cuchara, de los asados y las ensaladas. Y con buen criterio pensó que era necesario dar realce a ese trabajo con una visita de la Academia.
“Pinilla” es un Restaurante familiar, donde, todos a una, sin lujos ni estridencias, pero con platos contundentes que colman el paladar de una clientela de tipo medio, se esfuerza en que día tras día, el cliente quede satisfecho.
David Pinilla Gálvez, un cocinero de experiencia que ha pasado por algunos de los asadores emblemáticos como la Sidrería Manolo, El Gamonal, etc. además de haber trabajo en Gran Bretaña, vio la posibilidad de ser él, de hacer que “Pinilla” fuese un referente a la hora de comer bien en Marbella y con acierto y buena cocina lo está logrando.
Tiene a Momi Neira, su mujer, como jefe de sala atendiendo a la clientela junto a su hijo David Pinilla Neira con otros camareros sirviendo las mesas como Norberto El Hadeimi García o María Isabel Urbano Burgos como ayudante.
En la cocina, el chef David Pinilla Gálvez cuenta con la ayuda de Carmen Pinilla, su hermana. Es decir, todos a una para que el Restaurante “Pinilla” preste un buen servicio a quienes quieren comer bien.
La Academia Gastronómica de Marbella se sentó a la mesa del Restaurante Pinilla y comenzó valorando, junto al Ramón Bilbao tinto crianza, una ensalada de aguacate y tomate Huevo de Toro, de Coín, con pollo, aderezado con tex-mex que le daba una sabor exótico.
Luego un pulpo a la gallega (pulpo a feria) con todo merecimiento, incluido el detalle de la patata gallega y el pimentón de la Vera.
Pero lo que impactó de verdad fueron unos chipirones con exquisita sala de almendra, algo delicioso, único.
Unas gambas de Marbella a la plancha se sirvieron antes del plato fuerte.
El insuperable solomillo de ventresca de atún servido con dos tomates al horno mereció el aplauso y el mejor veredicto de quienes eligieron este magnífico plato.
La sensación del almuerzo con que Pinilla sorprendió a los académicos de la de Marbella, fue el asado de cordero lechal, excepcional, acompañado de una buena ensalada verde y las patatas fritas. Los cuartos de cordero lechal al horno en fuentes de barro estuvieron insuperables y demostraron la maestría de quien, como David Pinilla, ha pasado por los mejores asadores, para saber dar el punto exacto.
Pinilla también sorprendió con los postres. Unas fuentes de fruta cortada, uva moscatel, mango, melón y piña sirvió para rebajar un poco el impresionante menú servido. Pero es que, tras la fruta vino la fuente de dulce con tarta y pasteles suaves, excelentes, con abundante nata.
Café, copa y sobremesa donde se analizaron los diferentes platos servidos con el sobresaliente a los chipirones en salsa, algo único para poner de manifiesto que en ese gran abanico de posibilidades para comer bien que existe en Marbella con mesas elegantes y de gran porte, hay también lugares que merecen resaltarse como el Restaurante “Pinilla” donde se da de comer con calidad. Y que merecen consolidarse y salir adelante.
Tras el aplauso con que se recibió al chef David Pinilla se informó de que los platos de cuchara: la fabada, los callos, los guisos de carne o pescado, son también una especialidad que cuenta con no pocos adeptos. Con un plato de guiso (los platos son enormes de grandes) el comensal queda listo y satisfecho. Algo que también merece la pena valorar.
Las “Estrellas Michelín” con esos platos “pitiminí” a precios estratosféricos, no tienen nada que ver con esto, aunque cumplan su misión para un público determinado.
Texto: José Luis Yagüe Ormad de Bernabé
Reportaje Gráfico
de «CACHO»
