Vecinos de Guadarranque y Puente Mayorga han advertido días atrás que uno de los fortines existentes en la playa, catalogado como 175A, se había desplomado. Tras la visita de los técnicos de la delegación de Urbanismo, éstos han alertado de un inminente derrumbe del talud existente sobre la carretera costera entre estas barriadas sanroqueñas, que afectará a la propia carretera.
El alcalde de San Roque, junto a la teniente de alcalde de la zona, Mónica Córdoba, han indicado que el fortín es una construcción incluida en el Catálogo de Bienes Culturales de la Junta, y que ya se había advertido hace meses a varias administraciones del peligro que corría.
El derrumbe se ha producido por el efecto de los últimos temporales, que han debilitado la estructura, que se encuentra dentro de la zona de servicio portuario, cuya competencia de mantenimiento y conservación corresponde, según la legislación vigente, a la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras.
El alcalde recuerda que en varias ocasiones habíamos advertido a la APBA del peligro existente, solicitando que se adoptasen las medidas necesarias y oportunas para evitar la continua erosión que se venía produciendo en el frente portuario.
Recuerda el alcalde que hace ahora un año firmamos un convenio para regenerar la playa en ese lugar, que venía a tratar de limitar los daños de la erosión y hubiese mantenido en pie el fortín, que es patrimonio histórico, y hubiera dado seguridad a ese talud, que ahora está en riesgo inminente de derrumbe.
Ante esta situación, nos encontramos de nuevo con el silencio de la presidencia de la Autoridad Portuaria, Manuel Morón, y con el silencio de porqué se contradicen los informes técnicos municipales con los de la APBA.
En el informe realizado hace unos días por Urbanismo se indica que la protección de hormigón del talud presenta grietas y pérdida de la la capa de protección, y que la carretera presenta grietas y un leve hundimiento del firme, con desplazamiento hacia el talud.
Lo que fue el fortín 175A, ya derrumbado, se encuentra sobre la playa, interrumpiendo el paso de la misma, así como el hito de de limitación de la Zona Marítimo Terrestre
En junio del pasado año, el Ayuntamiento de San Roque ya alertó públicamente de la posible destrucción del búnker en la playa de Guadarranque, debido a la erosión del mar por la bajada de la cota de playa en torno a los dos metros. El búnker, declarado como Bien de Interés Cultural, presentaba entionces grietas y defectos. La competencia en la zona pertenece a la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, que preside Manuel Morón.
El alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix, visitó la playa de Guadarranque y pudo constatar como el hito que delimita la zona marítimo terrestre se encontraba casi dos metros por encima de su nivel anterior. Ahora, como se había denunciado que podía pasar, ese hito y el fortín se ha derrumbado.
El Ayuntamiento de San Roque llevaba más de un año alertado de los problemas que ocasiona la pérdida de arena en la zona, e incluso en febrero del 2016 se firmó un convenio con la APBA para dragar el rio Guadarranque, y con la arena resultante, regenerar la playa, convenio que no se ha cumplido por la entidad portuaria.
De hecho, en la zona de El Gallo, donde se ubica el búnker catalogado como número 177, la falta de este material impide en la actualidad el habitual paso peatonal por la playa de los vecinos entre las barriadas de Guadarranque y Puente Mayorga.
Vecinos de la barriada de Guadarranque han llevado a cabo desde entonces una recogida de firmas para que se regenere su playa con al arena sobrante de la bocana del río, que está prácticamente taponada. Además, vecinos de las barriadas de la zona de Bahía han protagonizado dos protestas: la primera una regeneración simbólica del citado tramo de litoral, y la segunda una marcha desde Puente Mayorga a Crinavis con la misma demanda.
Desde los servicios municipales se ha calculado que se necesitan unos 50 mil metros cúbicos de arena para devolver la zona a su estado normal, recuperando la cota de playa, lo que permitiría no ya sólo la protección del búnker afectado, sino también una seguridad para la carretera que discurre por encima y la recuperación del paso peatonal.
Desde el Ayuntamiento de San Roque se recuerda que los búnkeres se encuentran protegidos como Bien de Interés Cultural por la Ley 14/2007 de 26 noviembre, sobre patrimonio histórico de Andalucía y para ello la Junta de Andalucía posee un detallado catálogo de estas construcciones que le permite mantener un seguimiento de todas aquellas acciones realizadas sobre ellas.
El Catálogo de los búnkeres del Campo de Gibraltar fue realizado por los historiadores Angel Saez, Alfonso Escuadra y Pedro Gurriarán y recogen más de 300 búnkeres existentes en la comarca que conformaban la red de fortines construída en la primera mitad de los años 40 para defender la zona de un hipotético ataque desde Gibraltar.
La red defensiva, construida tras la guerra civil y en ocasiones con mano de obra de presos republicanos, constaba inicialmente de unas 500 fortificaciones desde Conil al río Guadiaro, de las que actualmente se conservan unas 300.
Los fortines del «Sistema de defensa contemporáneo del Campo de Gibraltar» (también conocidos como nidos, búnkeres, casamatas…) surgieron en la difícil posguerra española. Símbolo del enroque del naciente régimen del general Franco frente a la amenaza de las democracias occidentales en la Segunda Guerra Mundial, contaron con mano de obra de republicanos represaliados y dibujaron un paisaje muy característico en el litoral norte del Estrecho.
La zona fortificada comprendía el tramo de costa desde la ciudad de Conil de la Frontera hasta el Río Guadiaro si bien las zonas de mayor densidad de construcciones era la Bahía de Algeciras y más concretamente el istmo de Gibraltar. En la zona de Sierra Carbonera se instalaron numerosos búnkeres defensivos, que eran apoyados por observatorios y torres de transmisión.
Estas construcciones se encontraban protegidas como Bien de Interés Cultural inicialmente por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, y posteriormente por la Ley 14/2007 de 26 noviembre, sobre patrimonio histórico de Andalucía y para ello la Junta de Andalucía posee un detallado catálogo de estas construcciones que le permite mantener un seguimiento de todas aquellas acciones realizadas sobre ellas.
La fortificación de la Bahía de Algeciras durante el siglo XX fue uno de los principales proyectos llevados a cabo por el régimen franquista en los primeros años de la posguerra para garantizar la estabilidad de la frontera entre España y Gibraltar.
Tras el final de la Guerra civil el recién creado gobierno español tuvo como prioridad garantizar la integridad de sus fronteras ante eventuales ataques principalmente tras la caída de los regímenes fascista y nacionalsocialista de Europa.
Para proteger estas fronteras decidió crearse un sistema de fortificaciones a base de búnkeres anticarro y nidos de ametralladoras similar al creado en otras zonas de Europa. Según la mentalidad de la época el mejor modo de fortificar una zona fronteriza era el establecimiento de diferentes líneas de defensa formadas por búnkeres con artillería anticarro y nidos de ametralladoras.
Siguiendo el esquema desarrollado por Francia debía establecerse una única línea de fortines que defendiera la totalidad de la frontera, según los esquemas alemanes en la Línea Sigfrido debían construirse varias líneas de defensa sucesivas de tal modo que unas pudieran defender a otras en caso de un ataque masivo.
Con el final de La Segunda Guerra Mundial el sistema de fortificaciones creado en torno a la ciudad de Gibraltar perdió todo su papel estratégico en cuanto a una posible invasión de la ciudad del peñón por parte de España o alguno de sus aliados. Poco a poco todas las construcciones realizadas durante los años 40 fueron cayendo en el abandono y una gran parte de ellas fueron destruidas para permitir el crecimiento de las ciudades en las que se encontraban.
La mayoría de los fortines que aún hoy pueden encontrarse en la zona se encuentran en estado de total abandono si bien muchos de ellos han sido recuperados para uso público y reconstruidos. Ejemplos de recuperación de los búnkeres pueden encontrarse tanto en La Línea de la Concepción, donde el Ayuntamiento estableció la llamada Ruta de los búnkeres que permitía visitar varias de estas estructuras; en Carteia, musealizando uno de ellos con elementos propios y fotografías de mediados del siglo XX; o los ubicados en la punta de San García, que conforman un Centro de Interpretación Municipal.