El pasado 16 de Febrero tuvo lugar la presentación ingreso de Julián Díaz Robledo en la Academia de Ciencias, Bellas Artes y Buenas Letras. en acto se celebró en el Hotel Miguel Angel de Madrid. Se transcribe la presentación de forma íntegra:
Excmo. Sr. D. Andrés Ollero, Dignísimas Autoridades, Señoras y Señores:
Lo primero que debe hacer un ponente ante un distinguido auditorio es presentarse: Soy Julián Díaz Robledo, empresario, escritor y agricultor.
Y cabe preguntarse: ¿Qué hace un agricultor en una Academia de las Ciencias, Buenas Artes y Buenas Letras? A lo largo de mi exposición lo entenderán.
Desde el pasado año, el multifacético José SeguraHaro venía gestando la creación de una Academia de las Letras enel entorno de su Proyecto Nacional de Cultura de Granada Costa, para incidir de forma más directa y efectiva en la sociedad y no sólo a través de las páginas de un periódico, que con un número importante de socios veníamos elaborando.
Cuando el Proyecto se hizo realidad, amí me correspondió ocuparme de un tema fundamental, que es la alimentación, puesta a prueba sobradamente con la introducción de frutos tropicales, que procedentes de los más alejados países del Trópico, había sido capaz de traer en mi etapa de empresario a los mercados españoles.Pero en este caso,además, por haber sido pionero en la introducción de nuevas especies exóticas anuestrastierras andaluzas, que hoy prosperan con éxito en su privilegiada costa mediterránea.
Hipócrates, el sabio doctor griego dijo:Que tu alimento sea tu medicina y que tumedicina seatu alimento.Lo que vino a decir en su mensaje, que la fruta sea tu medicina y la medicina sea tu alimento.
Sin ánimo de corregir a tan sabio personaje como Hipócrates, quiero recordar al auditorio, que la historia es la relación de las interacciones entre los pueblos. Y en esa relación, la agricultura ha sido siempre la protagonista compartiéndola con la ganadería.
Desde la remota antigüedad, la producción de alimentos dominaba el mundo, y esa producción en su mayor porcentaje lo generaba la agricultura.
Y la ciencia agrícola de cada momento histórico, se ha preocupado por domesticar las plantas silvestres para hacerlas mejorables y consumibles. Y la farmacopea ha tenido mucho que ver en esta mejora, aprovechando las numerosísimas propiedades de las frutas para fabricar las medicinas.
Debemos entender por ello, que la Agricultura tiene mucho que ver con la Medicina. Y por derecho propio ocupa un hueco en esta Academia y que con gran orgullo represento como Delegado Nacional del Aula de Frutos Tropicales.
Viene al caso comentar que, en mi desaforado afán por los frutos exóticos, recorrí el mundo país a país que los producía, y de ellos traía semillas o plantas a España para intentar reproducirlos en Andalucía, por mor de su bendito clima subtropical.
El resultado es obvio: Los aguacates, mangos, litchis y 36 especies más, fructifican con éxito, como lo dice mi libro Frutos Tropicales en la Costa Andaluza.
Y como escritor, desde mi juventud ya lejana, he venido publicando artículos diversos en periódicos y revistas españolas, y en importantes medios internacionales. Tengo publicados nueve libros y el décimo que puede ser único en su contenido y estoy terminando, lleva el título Tropicales raros, raros, raros todos desconocidos de la flora exótica del este asiático, Malasia, Indonesia, Borneo, Tailandia y algunos de Sudamérica.
Mis colaboraciones mediante conferencias en todos los países, especialmente en Sudamérica, me obligaron a escribir el libro Otras tierras, otros cielos (memorias viajeras) en el que pueden verse, además de algunos viajes desde 1952 a 2013, la relación y el motivo de cada uno de ellos.
Por mi trayectoria profesional como empresario y lo que supusomi aportación a la agricultura española, Su Majestad el Rey D. Juan Carlos de Borbón, con fecha 5 de enero de 1983, con motivo de su cumpleaños, me condecoró con la Encomienda de Número de la Orden Civil del Mérito Agrícola.
Soyfrutero por tradición familiar. Mi padre fue mi maestro. Desde mis comienzos tuve confianza en mí mismo y en los demás. Lo conseguido se debe a mi espíritu de trabajo, a la eficacia de mis empleados y al apoyo de mis familiares. Todo ello representa para mí, la elevación del propio trabajo con dignidad e inteligencia, según aquel aforismo que siempre me ha acompañado: Vocación no es trabajar en lo que se ama sino amar aquello en que se trabaja.
Hoy, distinguido como delegado de nuestra Academia, quiero poner mis capacidades a disposición de la misma, y con la ayuda de mis compañeros académicos nominados de los que tanto he aprendido en los últimos años, contribuir a los objetivos que con la Academia nos hemos obligado.
Con mi gratitud al presidente por la distinción que me ha concedido y a cuantos asociados han participado en el Proyecto Nacional Granada Costa, con mi total aprecio más sincero.