Los tropiezos de los favoritos -aunque estén entre los mejores jugadores del mundo- ya apenas son noticia en los torneos abiertos porque el entrenamiento con computadoras ha producido un gran aumento en la capacidad defensiva de los jugadores no profesionales. Pero hay resultados que siguen asombrando; por ejemplo, que el chino Yifán Zuo, de 13 años, se imponga a uno de los jóvenes españoles más brillantes, Jaime Santos, de 22. Además, hubo varios empates muy llamativos.
Zuo juega Campeonatos del Mundo y de Asia desde que tenía 9 años, y ese bagaje se notó mucho en la partida con Jaime Santos, rematada con una espectacular combinación. El error del español fue el habitual en él, tantas veces repetido que le ha costado incluso la pérdida de varias medallas en Europeos y Mundiales: jugar demasiado rápido, dilapidando así su inmenso talento.
Otros héroes de la jornada fueron el serbio Blésic, el indio Nadar Anand y e israelí Eremburg, que hicieron tablas con el estadounidense Nakamura (5º cabeza de serie), el chino Yu (4º) y el ruso Matlákov (14º). Otra sorpresa fue el empate del español Manuel Fenollar sobre el gran maestro italiano Vocaturo.
Todos los demás astros de esta 17ª edición ganaron, y entre ellos debe incluirse a un prodigioso indio de 12 años, Dommaraju Gukesh, quien acaba de convertirse en el 2º gran maestro más joven de la historia, solo 17 días más tarde que el poseedor del récord desde 2003, el ruso Serguéi Kariakin. Tras batir al argentino Eugenio Crespo, Gukesh se enfrenta en la 2ª ronda a un hueso muy duro, el ucranio Pável Eliánov.
Una de las novedades más interesantes de esta edición es un experimento con interés científico. Algunos participantes han aceptado jugar con una pulsera electrónica que mide pulsaciones y gasto de calorías durante las partidas. A juzgar por lo visto en pruebas similares realizadas en la Final de Maestros de Bilbao y otros torneos, los resultados confirmarán la evidencia de que el gasto físico del ajedrez de alto nivel es igual o mayor al de varios deportes olímpicos.