Anoche, en el Hotel Rena Cristina, se entregaron los premios de la comarca, que otorga la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, ese aparcamiento de políticos que valen para todo menos para plantarse ante sus jefes de Cádiz.
Mientras aquí dábamos esos premios entre nosotros, jiji, jaja, en Cádiz la presidenta de la Junta llegaba prometiendo un nuevo hospital, una ciudad de Justicia, y un museo. Varios millones de euros.
En la comarca, con la segunda población de la provincia, muy por encima de la capital, seguimos esperando la ciudad de la justicia, el materno de Algeciras, el hospital de La Línea, que ya casi está, y no hablemos de carreteras, líneas de ferrocarril, y mil agravios más.
Pero la culpa la tienen los políticos de aquí, que no son capaces de levantar la voz lo suficiente para revertir esta situación de años.
Los de aquí no son capaces de decir a sus compañeros que la provincia no se acaba en Conil, que hasta San Diego todo es Cádiz, y que llevamos mucho retraso.
Y mientras, con un jiji, jaja, queremos taparlo todo. Con unos premios descaifenados y tramposos. No quiero decir con esto que los galardonados no lo merecieran, pero sí que la mancomunidad ha hecho trampas.
Cuando en la web se proponía en algunos apartados a otros candidatos, en algunos salia y en otro no. Una mano negra decidía quien podía optar al premio y quien no. Un engañabobo.
La mancomunidad se la da de participativa, pero a la hora de la verdad ha vetado a personas, por capricho, por afinidad, o por no se que.
En eso gastamos nuestro tiempo, en vez de decir basta ya y que nos atiendan, en Madrid, en Sevilla, y en Cádiz.
Por cierto, en Cadiz, han creado una plataforma de sindicatos colectivos y partidos concejales 123 actuaciones urgentes por el empleo. Pero no se equivoquen, Sólo para la bahía de Cádiz. Aquí no llega.
Pero vamos, que esto no es nuevo. ¿Recuerdan la campaña de la novena provincia? Pues ahora estamos peor, porque lo que se consiguió nos lo han vuelto a quitar, porque los nuestros estaban con un jiji, jaja, en vez de estar atentos a lo que realmente nos hace falta.
Por José María Yagüe