Sin el paisaje sonoro de cada espacio no nos sentimos en condiciones de estar bien. Por eso es importante bailar en nuestras calles y barrios o cantar en cada balcón o en cada esquina tocar algún instrumento. Desde versiones originales intentamos capturar historias, gentes que tengan cosas que contarnos, visibilizando fantasías u ocultando realidades.
Con el inexorable paso del tiempo aunque nada quede definido, descubrimos nuestra transformación personal que nos invita a mirar más allá de nuestras certidumbres y costumbres visuales, y nos atrevemos a conversar con los demás y con nosotros mismos, a dudar sin complejos y a interpretar con libertad lo que la realidad nos plantea.
Cada personaje tiene su sonido y su música particular , sinfonías que nos conmueven o nos dejan fríos como el mármol , flexibilidades y enrocamientos , triunfos y derrotas , miradas y cegueras , sumisiones y rebeldías , juicios y sentencias, llantos y alegrías , caras y caretas , talentos y torpezas.
En demasiadas ocasiones los políticos no saben ver y oír lo que la sociedad les pide y les grita, y no toman decisiones o sus actuaciones son inadecuadas e insuficientes, de tal manera que en muchas ocasiones da la sensación de que nos referimos a dos mundos separados por una gruesa línea, que suenan de manera muy distinta y en la que en una parte están algunos gigantes con todo el poder y en la otra miles de enanitos desamparados.
Distinguir con claridad entre militantes y dirigentes, estableciendo una jerarquía que no es sino disponibilidad y servicio de quienes han sido elegidos para una responsabilidad. Confunden en un intento patrimonialista, partido, electorado, sociedad e instituciones, lo que en muchas ocasiones conduce inevitablemente a una atmosfera de corrupción.
Hablan, hablan y hablan hasta la saciedad de sus cosas pero no dicen nada sobre cómo resolver nuestros problemas, y se sienten atrapados emocionalmente en una telaraña de increíbles obstáculos que solo existen en sus elucubraciones. Hay momentos que la vida nos lleva a hacernos preguntas trascendentales a las que no encontramos respuestas.
Es preferible que dudemos ante un cambio de perspectiva, a que nos envuelva el ruido ensordecedor de la soberbia y no nos dejemos llevar por la suave y armoniosa sinfonía de la humildad… Con frecuencia intoxican con frases y expresiones frívolas y argumentos insustanciales.
Aunque aspiremos a dejar nuestra huella en todo lo que hacemos, hemos de admitir que como humanos somos imperfectos y contradictorios. En esa danza diaria de equilibrios y desequilibrios, no hay que dejar de escuchar la voz de nuestros sueños si queremos marcarnos nuevos planes con los que descubrir posibilidades desconocidas.
Entre silbidos y silbatos, paraísos e infiernos, promesas con sabores y melodías con olores, palabras que construyen y voces que cohesionan, tímidas alegrías y escandalosas timideces, la disponibilidad para aprender y la audacia para actuar, vamos escribiendo nuestras historias entre salidas y llegadas.
Nos perdemos muchas cosas que no podremos recuperar por mucho que nos esforcemos. La vida , hay veces, que nos sitúa en la cima, y somos reconocidos y admirados pero hemos de estar preparados para caer en la profunda fosa del olvido y el desconocimiento , para que el teléfono deje de sonar , porque este andar el camino siempre nos da una de cal y otra de arena.
Juan Antonio Palacios Escobar