Me aburren los tipos que intentan contarme detalladamente sus viajes o sus tonterías. Me aburre hasta el hartazgo, esa gente que te castiga de forma inmisericorde, contándote sus hazañas o los siete días que pasó en un crucero por las Islas Griegas, por ejemplo, como si el asunto fuera el hecho vital de su existencia.
Me aburre el universo de formas rectilíneas y bicolor en el que la vida me ha situado, navegando en un pestilente mar de corazones anegados por sus propias insatisfacciones y por sus opacas miras, incapaces de distinguir lo urgente de lo importante, el contenido del envoltorio, lo trascendente de lo intrascendente, convirtiendo lo banal de un hecho puntual, en el hito más importante que consiguieron a sus vidas.
Me aburren las mismas repeticiones, los mismos tonos grises, la languidez de las miradas y la vacuidad de las conversaciones del que no tiene nada que decir salvo inventarse sus propias mentiras y dar puñaladas, con resentimiento, a la honorabilidad de los demás.
Me aburre la repetición incesante de las mismas cantinelas en los labios de corazones ajados por la falta de motivaciones, sin que noten que, en definitiva, el sol se pone cada tarde, pero sigue saliendo cada mañana y ese es el hecho más importante, que no queremos ver, en nuestro día a día. Me aburren los tipos que me cuentan una parte de su vida, la cansina, la que quieren inventarse para justificar su tediosa existencia, falta de objetivos claros y comprometidos.
Me aburren los tipos que, sin estar jubilados, no trabajan en nada concreto, los pillos, los que no quieren trabajar, los que viven del cuento, los que ponen cataplasmas a unas heridas que lo que precisan es de una profunda cirugía que cambie sustancialmente su proceder, dejando de culpar al entorno de todos sus males y contándote, tediosamente, los muchos males que el mundo entero les ha producido.
Me aburre lo banal, lo vacuo, la ceniza, lo lacio, la nada, las rémoras, lo cansino, lo fácil y me encierro cada vez más en mi mundo de sensaciones quizá solo imaginadas
Antonio Poyatos Galián