Nos perdemos ensimismados en el YO y agobiados por las exigencias del YA. Desorientados en medio de la vorágine de la selva urbana, cual caballo de Troya que no sabemos que encierra ni hacia dónde va, faltos de mensaje y pedagogía, entre rupturas y regresiones, locuras en redes que ponen en peligro cualquier proyecto colectivo para ensalzar la megalomanía personal de los favoritos por la gente, frente a los aferrados al sillón.
Este tránsito del YO al YA, es como la luz y la oscuridad, el yin y el yang, el bien y el mal, el fiel y el infiel, y tantas dualidades en las que nos movemos a lo largo de la mitología y la historia y que reafirma la cultura de los opuestos y los contrastes.
Pero no teman, que no voy a filosofar sobre las diferentes posibilidades que la vida nos ofrece, ni los principios metafísicos, místicos y religiosos, y en la encrucijada de un proceso electoral, que tendrá su punto y seguido el próximo 28 de Abril y el punto y aparte el 28 de Mayo, nos muestra el mejor y el peor de los catálogos de yoes en busca de un ya que llegará para algunos, y será una esperanza frustrada para otros.
Vivimos, afortunadamente en una sociedad plural, en la que debería estar presente en cada momento el NOSOTROS por encima del YO, y la REFLEXIÓN por delante del YA. Sin ir más lejos el 8 M, por segunda a vez se está agitando la batalla de la revolución feminista, y todos buscan el voto de las mujeres, sin darse cuenta, que ellas demandan posiciones claras y soluciones.
Estamos ante un panorama electoral lleno de indecisión e incertidumbre, en una sociedad de las prisas, de lo quiero y YA, lo que no deja de condicionar nuestra conducta a medio y largo plazo, y determina nuestra actuación en el presente.
No soy amigo de consejos, lo que no me impide reflexionar y hacer sugerencias sobre lo que veo y observo en la realidad. Hemos de recuperar el humanismo y la humanización, volviendo a recuperar la confianza del ciudadano de a pie en el NOSOTROS solidario, por encima del consumismo y de las prisas y el estrés del YA.
Frente al YO egoísta que no tiene en cuenta al otro, están quienes están más pendientes del TENER que del SER. Los que cifran el éxito en su modelo de coche, su cuerpo escultural, su popularidad o su riqueza en lugar de tomar conciencia de que hemos de superar el encorsetamiento y la robotización.
Del amarse a sí mismos al creer en los demás, de la inmediatez a tomarnos nuestro tiempo, de tener nuestra propia personalidad a ser marionetas del poder. Hemos de entrenarnos para saborear cada momento como si fuera el último que nos toca vivir y no convertirnos en esclavos de la gratificación inmediata.
Desde el YO nos pasamos la vida en busca del YA, como objetivo a conseguir con rapidez, sin diferenciar claramente entre el pensar y el sentir, tratando de encontrar la tolerancia, la templanza, el respeto al otro, la confianza y la ayuda de los demás.
En ese YA , en el que sobran los insultos y empujones, la deshumanización de unos y otros solo consigue un gran objetivo, nuestra destrucción como seres humanos: Hemos de estar preparados para los cambios que se producen a una mayor velocidad, pero no nos debe impedir el conocer en profundidad lo que nos rodea.
Nuestras vidas y nuestras rutinas, han de situarse por encima de los yoes, y darnos cuenta que ni todo lo novedoso es bueno ni mejor que lo anterior , ni necesitamos demasiadas cosas para vivir, sin embargo es aconsejable, sobre todo cuando se tiene una responsabilidad pública mantener una mentalidad abierta y curiosa.
En estos meses escucharemos muchas mentiras en forma de promesas electorales, y desde el egoísmo de quienes formamos la Comunidad desconfiaremos de lo que todos nos lo presentan muy fácil y de aquello que encapsulado en un lenguaje político no comprendemos.
No alcanzaremos a comprender como quienes han conseguido colmar sus ambiciones, en el egoísmo de su YO, siguen en una senda de insatisfacción, pensando que la única forma de sentirse bien en sus miserias, es que hay que hacer cosas malas para lograr algo bueno.
Todos los informativos de los distintos medios de comunicación son notarios de la actualidad política, y nos la cuentan a través de sus protagonistas, y nos damos cuenta que sus manifestaciones no tienen en absoluto nada que ver con la realidad.
Así cuando hablan con aparente entusiasmo de cómo mejorar la sociedad para que sea más justa y equitativa, es probable que estén queriendo decir lo contrario. Por tanto un YO que debería trabajar para nosotros pero que solo piensa en salvar su trasero en el más breve tiempo posible, o lo que es lo mismo YA.
Es este egoísmo causado por las luchas individualistas por el poder, el que hace que un demócrata sobre el papel se comporte como un tirano, y un dictador se maquille con el traje de un pseudodemócrata, y entre monólogos duraderos y diálogos breves, no conectan con nadie y tratan de imponer sus ideas.
Entre el YO y el YA. . Se repite casi siempre la misma secuencia como si se tratara del Día de la Marmota, sobran los motivos para no reproducir esas conductas autoritarias, para no introducirse en caminos sin retornos y resistirse a admitir los derechos de los otros.
Son fechas de negociaciones, discusiones y guerras sucias por los puestos en las listas y los sillones, escaños en las instituciones, y en medio de esa batalla de yoes, no debe extrañarnos que los ciudadanos y ciudadanas se pregunten entre el cabreo y la perplejidad ¿Cuándo hablaran de lo nuestro?
Algunas de las situaciones que se dan se parecen más al teatro esperpéntico que a una discusión seria sobre proyectos y soluciones para los problemas. Y a algunos cuando abren la boca para anunciar sus programas, nos da la sensación que estamos entre el chiste, la comedia y la tomadura de pelo.
Ahora, el YO, se exhibe inmediatamente y se convierte en un YA instantáneo en las redes sociales, y por esas autopistas de internet circula todo, lo peor y lo mejor del ser humano, sin reglas ni límites, dando lugar a una utilización bastarda del lenguaje que puede presentarnos como villano al político honrado y como héroe al sinvergüenza.
Son momentos de hacer promesas que terminan no cumpliéndose y de firmar documentos que son papeles mojados, que el tiempo
extravía en cualquier cajón de un suntuoso despacho, en los que podemos encontrar desde grifos de cerveza hasta quienes asumen sus responsabilidades o los que se lavan las manos. Además como en el mundo del futbol se hacen fichajes famosos que en ocasiones cuajan y en otras salen ranas.
Y la publicación el pasado martes del decreto de Convocatoria de Elecciones Generales del 28 de Abril conlleva que durante casi tres meses y hasta el próximo 27 de Mayo, tras los comicios autonómicos, municipales y europeos, estarán prohibidos los actos de inauguración y las campañas institucionales de propaganda. Así, que oído cocina.
No obstante, asistiremos a una guerra de yoes entre los candidatos de las distintas formaciones, y oiremos acusaciones para todos los gustos y de todos los clores. A los electores no nos interesan su riqueza léxica en descalificativos, sino su capacidad para resolver los retos que España tiene planteados .Aplíquense YA, en estos menesteres y dejen de presentarse como los YOES que no son.
Juan Antonio Palacios Escobar