En los últimos días, y por distintas razones, mis interlocutores han pronunciado, alegremente, la palabra ética, incluso a alguno hube de preguntarle ¿Cuál es tu sentido de la ética?
Oímos permanentemente frases en las que se incluye mi ética me lo impide no lo considero ético ese tipo carece de toda ética la ética de los negocios, la ética del deporte y así hasta el hartazgo. Ética por aquí, ética por allí y, al final, ética por ninguna parte. ¿Saben de qué hablan cuando pronuncian esta palabra? ¿Lo sabemos nosotros cuando la escuchamos?
Yo sé de personajes muy críticos con la sociedad en que vivimos, que cobran prebendas, y pienso que eso no es ético. Yo sé de comunicadores que piden a gritos una sociedad más ética mientras ellos construyen cada día noticias falsas o tendenciosas, y pienso que eso no es ético. Yo sé de médicos que han hecho su juramento hipocrático, pero a la hora de recibir dádivas de la industria farmacéutica, prefieren ser serviciales con éstas antes que con sus pacientes, y pienso que eso no es ético. Yo sé de abogados que estudiaron el derecho y ahora lo utilizan solo para violarlo en nombre -dicen- de la defensa de su cliente… y pienso que eso no es ético. Yo sé de padres que educan a sus hijos sobre la base de la mentira y se enfadan cuando son ellos los que les mienten; se dé políticos que se llenan la boca de pueblo¨ y hasta lucen lágrimas de cocodrilo cuando la pronuncian, y mientras tanto, roban a la luz del día las pertenencias de esa entelequia llamada pueblo llano, y además se niegan a revelar el origen de sus fortunas; yo sé de sindicalistas que invocan la ética del trabajo y de la solidaridad, mientras se embolsan las subvenciones que les regalan y venden a sus representados al mejor postor; yo sé de quienes se santiguan en nombre de una religión, para utilizarla en beneficio propio, mientras desatienden cada uno de sus mandamientos y sé de personas que invocan la amistad -hermosa palabra- e hinchan sus pechos mientras la pronuncian, pero que en cada ocasión que encarte, olvidan y traicionan a sus amigos, sin prestarles ayuda todo eso pienso yo que no es ético, y la lista de ejemplos podría seguir hasta el aburrimiento, (ya me agobia esta breve enumeración). Y no son solo modelos que yo conozco; todos tenemos una larga lista, todos lo sabemos, todos somos conscientes.
Y lo jodido, además, es que si preguntáramos a los sujetos, como al que yo le pregunté que cual es su sentido de la ética, si creen que la ética es importante, estoy absolutamente convencido de que todas dirían que sí y hasta es posible que se ofendan por la impertinencia de la pregunta.
En su cinismo, cuando pregunté a uno que cual era su sentido de la ética, la respuesta, más cínica aún, fue: Para mí, todo lo que es legal es ético y así caminamos por este valle de lágrimas, hermanos, quedando en evidencia que, en nuestros días, la ética no es más que una etiqueta, una marca, un sello que se coloca en un sobre vacío, sin contenido y sin destinatario
Antonio Poyatos Galián