Se han cumplido veinte años de la creación de la Subdelegación del Gobierno Andaluz en el Campo de Gibraltar. 20 años de aquel avance importantísimo de nuestra comarca en cuanto a nuestra propia autonomía con consideración como una subdelegación provincial más. Las tienen las ocho capitales de provincias y el Campo de Gibraltar y supone una aceptación, un reconocimiento por parte de la Junta de Andalucía de las particularidades, de las singularidades de nuestra comarca.
Ello conllevó también que al poco tiempo se creara la oficina del Coordinador del Gobierno Central en nuestra comarca. Avances que tenían bastante que ver con el espíritu de la Novena Provincia y que, desgraciadamente, hemos perdido.
Pero este cumpleaños de la Subdelegación me ha hecho pensar que no todo está perdido, pero que para que eso ocurra, tenemos que recuperar también la unidad de esta comarca, recuperar nuestras señas de identidad de la comarca más perfectamente definida de España.
Yo estuve feliz en la inauguración de la Subdelegación con José Andrés de Hoyos a la cabeza. Y estaba feliz porque suponía un logro importantísimo para el Campo de Gibraltar.
Hoy veo la foto de familia del veinte aniversario y me doy cuenta de que no hemos avanzado. En la foto los diferentes delegados territoriales de la provincia de Cádiz con el Subdelegado y punto pelota.
Lo normal entre instituciones es que en este acto en concreto, estuviese invitado el Alcalde de Algeciras, ciudad anfitriona de la Subdelegación. Pero, además, los otros seis alcaldes porque se trata de una institución comarcal. El coordinador del Gobierno Central en la comarca y, por supuesto, el Presidente de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar.
Eso sería hacer las cosas bien. Nuestras instituciones y nuestros representantes, todos juntos porque, además, es necesario para que los ciudadanos del Campo de Gibraltar empiecen a creerse de verdad que tenemos alguna posibilidad de progreso.
Pero no, nuevamente el sectarismo se impuso y el acto del 20 aniversario de la Subdelegación de la Junta de Andalucía en el Campo de Gibraltar, se convirtió, nuevamente, en un acto sectarista, en un acto de partido. Así nos va.
Patricio González