No aspiro a que se me vaya a comprender pero a pesar de ello voy a escribir esta tarde de domingo, tras haber sufrido una semana más de acoso, de invasión permanente de mi espacio personal y vital por los hechos y por sus interpretaciones y comentarios vertidos a modo de noticias o de opiniones en mayor o menor grado acertadas, en mayor o en mayor aún tergiversadas si eran políticos de uno u otro sector, de una u otra banda más bien, los que las vertían ¡Y así hemos de seguir hasta no sabemos cuándo!
Me tildan de demoledor atroz de todo lo que toco porque pocas cosas veo bien, porque de mí son contadas las veces que surge un comentario que apruebe lo que ocurre a mí alrededor, lo que sucede en este mundo en el que me ha tocado vivir Hoy he de empezar rompiendo los esquemas para decir que tuve la curiosidad de seguir el debate, más bien el espectáculo0 vergonzoso que se escenificó en el Parlamento de Cataluña el 24 de marzo, en el cual el señor Torrent dio su mitin aprovechando su cargo institucional sin caérsele la cara de vergüenza y los irreductibles payasos tristes independentistas siguieron con sus amenazas y bravuconadas Sin embargo confieso que me quede absolutamente admirado del discurso de Inés Arrimadas: ¡Quince minutos de sensatez en medio de un mar de imbecilidad, quince minutos en los que las sombras de los intereses partidistas no planearon en el ambiente y la voz templada de aquella mujer hizo una llamada a la sensatez, a la normalidad, a la convivencia sin el menor recurso al tono agresivo! Verdaderamente, en aquella exaltación de la mala leche desbocada de los unos y del oportunismo descarado de los populistas y socialistas que recordaban a aquel tierno y mítico maletilla de mis tiempos mozos, El Platanito, que iba recorriendo las plazas de toro pidiendo una oportunidad, porque tanto uno como otro lo que pedían era esa amplia mayoría que les dejase tocar una parcelita de poder, la señora Arrimadas hizo gala del talante y la clase, de la honradez y la visión de la realidad que se requiere para resolver la gravísima situación catalana.
Desgraciadamente me temo que esta mujer es como aquel mirlo blanco que buscaba Maura, y no veo ni en su propio partido ni por ningún lado ese rigor y esa sensatez Sensatez que se debería extender a otros terrenos y que me preocupan de manera extraordinaria, y no solo a mí, lo cual me tranquiliza porque el hecho de que haya no unas pocas sino muchas personas que comparten conmigo unas inquietudes, unas preocupaciones que no son por cuestiones accesorias y de poca importancia me dan fuerza y me imponen la tarea de hacer oír mi voz. El mundo mediático en el que nos desenvolvemos, la facilidad con la que se genera opinión, la docilidad con la se sigue por gran parte de la masa el mensaje que a través de las nuevas tecnologías se les transmite desde los centros de dirección y organización de los movimientos populistas, antisistema, llamando al vandalismo, a la obstrucción de la convivencia, a la desestabilización, la manipulación de las masas para hacerlas tomar las calles, cortar las carreteras, ocupar edificios públicos, siguiendo unos planes orquestados y unas consignas perfectamente adecuadas para que lleguen a sensibilizar a cada grupo en la medida en que toquen o afecten a sus particulares inquietudes o intereses nos está llevando a una situación muy peligrosa: ¡Si interesa seguir la vía institucional porque resulta favorable, se sigue!. ¡Si se puede infringir las normas jurídicas y el orden establecido desde loa vía institucional y se consiente, perfecto!. ¡Si no se permite infringir la Ley y la Justicia actúa, a tomar la calle y a recurrir a la barbarie!. Esto es muy preocupante y el Estado debe defenderse sin cobardía antes de que aumente el peligro Es intolerable, además, que quienes ocupan puestos como representantes de la ciudadanía ataquen a las instituciones del Estado sembrando confusión como se ve en estos días, y siempre que surge la oportunidad ¡No vale todo para llegar al Poder y no se puede admitir que se ataque al Poder Judicial cuando actúa como lo hacen los populistas o el inefable señor Iglesias y los suyos, engañando y mintiendo con descaro, tal vez pensando en las garantías y la seguridad jurídica que gozan los venezolanos o los cubanos bajo los regímenes que tanto admiran!.
Si en este país las cosas fuesen diferentes no se habría llegado tan lejos, si no hubiésemos sufrido el complejo que aún se mantiene por un pasado que nadie deja superar, seguramente hace años que en vez de tolerar se habría cerrado este capítulo del independentismo. Alemania, Italia, Austria, superaron su pasado en poco tiempo Las dos Alemanias se reunificaron, pero España tiene que ser diferente, siempre diferente. ¿Acaso la Alemania de la II Guerra Mundial no sufrió en su interior una auténtica Guerra Civil?, pero la España del erre que erre debe ser muy rentable para alguien porque aquí sigue y lo de ser tildados de facinerosos, antidemócratas o franquistas pesa mucho a la hora de ser rotundos.
¿Qué ha pasado estos días? ¡Nada! No ha pasado nada que no esté en el marco de la más absoluta normalidad, por mucho que se magnifique, no ha ocurrido nada extraordinario por mucho cacareo, por mucho grito o por mucha manipulación . Lo que ha ocurrido es lo que tenía que pasar, y lo que pasa todos los días. Si no hubiese ocurrido si habría que preocuparse porque significaría que ese tercer poder, el Poder Judicial, estaba de más y lo mejor sería echarle el cerrojazo. Lo que ha ocurrido es que la aplicación de las normas contenidas en la Ley de Enjuiciamiento Criminal se han aplicado con toda normalidad en los trámites de la instrucción un sumario seguido por la presunta comisión de unos delitos contemplados en el Código Penal, ese sumario ha concluido con el auto de procesamiento, el auto se ha notificado a los procesados y se han tomado las medidas cautelares . La única peculiaridad de este sumario ha sido que el hecho de ser aforados los hoy procesados ha impuesto la competencia del Tribunal Supremo y el Juez Instructor haya sido uno de sus magistrados, pero los sumarios se instruyen en todos los Juzgados de España, y se mandan a prisión todos los días en nuestro país a muchas personas ..
¿Qué cínico, verdad?. Pues no Si todos los ciudadanos somos iguales ante la Ley no soy nada de cínico y para mí pocos son los procesados, y si se tuviera que valorar el cansancio, el perjuicio moral, el daño que a todos los españoles nos viene causando toda esta historia, si llevásemos al terreno de lo penal los insultos, injurias, calumnias, etc ¡Si no fuésemos los españoles tan morbosos, si no le diésemos importancia a lo que en realidad no nos importa, no nos afecta en nada, estas cosas se verían de otro modo! Estos hechos no son cosa política, por eso el sumario no va contra otros personajes que llevan años y años gestando este complot, golpe de estado, traición o lo que se le quiera llamar . Eso sería un juicio político, lo que alegan los mamarrachos independentistas, los de Podemos y cuatro o cinco grupos de ignorantes más. El sumario se ciñe a hechos concretos acontecidos en fechas concretas y a la participación presunta de los procesados en ellos, en los actos preparatorios y en la perpetración de los mismos, y ahí no hay política que valga sino un Código Penal aprobado por las Cortes Generales.
Pero, insisto, si nos conformáramos con saber lo necesario y no diésemos pie a tanto derroche de cámaras, fotos, opiniones, tertulias, y tanta y tanta insistencia informativa y deformadora. Cada vez que algo es noticiable, es decir, morboso se alcanzan cotas de exageración peligrosa, incluso obscenas. Unos ven el momento de alcanzar su minuto de gloria en una televisión, otros su oportunidad de publicidad extra, otros aprovechan para alzar un poco su fama, su cache en decadencia . Así en nuestro país proliferan programas televisivos en los que se exhiben gentuzas que son llamadas famosas por ser meros exhibicionistas, hijos o nietos de alguien que alcanzó la gloria en alguna actividad y hoy cuentan sus penas, duelos, cuernos y quebrantos por los estudios televisivos, previo pago, porque a la gente le gusta eso ¡y hasta en ese tipo de programa se opina de crímenes atroces! Hemos asistido a vergonzosas exposiciones de dramas terribles como si se tratase de acontecimientos deportivos con retransmisiones en directo, aun poniendo en peligro las investigaciones policiales, . ¿Necesita un ciudadano normal ver en directo una detención?. ¿Le importa que un detenido esté tres o cinco horas declarando?. ¿Precisa, le es vital saber que le contó a la Policía o al Juez?.
Y por supuesto, con este asunto del sumario ordinario sobre delitos comunes presuntamente cometidos por personas que son políticos en Cataluña, no se olvide que se trata de esto y no otra cosa, estamos en la misma historia. ¿Qué le importa a un ciudadano cualquiera a la hora que llegan a declarar al Supremo?. ¿Qué necesidad tiene de saber si van a la cárcel tal o cual en un furgón, en dos o en un triciclo?, ¿para qué quieren ver las imágenes de la llegada allí?, ¿qué tiene de noticia lo que desayunaran el primer día en cautiverio?… Si todo fuese más simple, su se ícese el esfuerzo por dar mayor normalidad a lo que es normal al fin y al cabo, pues la noticia no es sino que estas personas llegaron al Tribunal Supremo y que tras los trámites legales oportunos se dictó su ingreso en prisión . Lo que ocurra después serán otras noticias los incidentes, las reacciones, todo. Pero si todo lo noticiable no se magnificara tal vez no se causaría mayor alarma social. Ahora quedan unos días de ferocidad que serán difícilmente soportables y, por supuesto, el discurso de Inés Arrimadas quedará olvidado, sepultado bajo el ruido de las estacas y así hasta que ya no se pueda más. Las noticias seguirán siendo apoteósicas y se tocarán todos los campos que dejen resquicio al cuchicheo, y mi opinión pues, aquí está aunque con pocas expectativas de llegar lejos. ¡Hoy hasta dan como noticia algo tan importante como que el magistrado del Tribunal Supremo que ha instruido el sumario tiene una motocicleta que cuida con esmero!
Me vuelvo a acordar de aquella cantante, Cecilia: ¡ Mi querida España !