Ya han empezado las zancadillas y dificultades para desacreditar al alcalde de La Línea de la Concepción, Juan Franco, uno de los más votados de España junto con el de Estepona, quien, basándose en la singularidad de La Línea y en el pertinaz abandono de la ciudad por parte de las administraciones públicas, que nunca atendieron de verdad sus demandas y necesidades, llevó en su programa político, que obtuvo el respaldo mayoritario de su pueblo, la posibilidad de que La Línea, siendo española y gaditana, como reza su himno, pudiera administrar sus bienes sin injerencias de las administraciones provincial o autonómica y ser considerada una más de las actuales Ciudades Autónomas de España.
Cuando se conocieron los resultados de las elecciones municipales, el alcalde de La Línea, Juan Franco y su partido localista La Linea 100×100, recibieron las zalameras promesas de reconocimiento de la singularidad de La Línea, sin duda el primer paso para lograr después ser Ciudad Autónoma. Hubo promesas y pactos basados en esa aceptación de la singularidad. Especialmente por parte del vicepresidente de la Diputación de Cádiz y alcalde de San Roque por mayoría contundente de votos, Juan Carlos Ruiz Boix que se convirtió en valedor de Juan Franco, convencido, sin duda, de que La Línea necesita otro tratamiento por parte de las Instituciones y de la Administración.
Pero el triunfo rotundo de Ruiz Boix ganando otra vez la alcaldía sanroqueña para el PSOE, de poco le ha servido.
El PSOE a nivel provincial, una vez conseguido los votos de La Línea 100×100 le ha vuelto la espalda y lo ha dejado tirado, como se ha puesto de manifiesto en el portazo que la ejecutiva provincial ha dado a sus pretensiones de conseguir para San Roque la presidencia de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, que se quiere vaya a parar, otra vez, a manos de un algecireño, el candidato del PSOE Juan Lozano, que no consiguió la alcaldía algecireña, que sigue en manos de Juan Ignacio Landaluce, del PP.
Ruiz Boix a pesar de contar con el respaldo mayoritario de su pueblo y de la fuerza que ello da, ya fue rechazado por el PSOE provincial y nacional que lo eliminó de su pretensión de ser cabeza de lista por Cádiz en las elecciones generales, para acceder como diputado nacional al Congreso, ya que manifestaba su deseo de que el Campo de Gibraltar tuviese una voz potente en Madrid, en el Congreso de los Diputados, cosa que desaparecido del hemiciclo, el ex diputado Salvador de la Encina, no existe ahora.
Pero tuvo que encogerse, replegarse y ver fallidas sus aspiraciones.
Esto le ha vuelto a pasar ahora con su pretensión de que la presidencia de la Mancomunidad del Campo de Gibraltar fuese para San Roque.
Le han dejado en Diputación, eso sí como un vicepresidente más, en tercer lugar y encargado del Area de la Recaudación. Es decir, ni Turismo, ni Industria ni nada que tenga que ver con el potencial enorme de San Roque en esas áreas.
Su importante discurso en la formación de la Diputación, donde dio la bienvenida a su vecino el alcalde de La Línea con quien tantas cosas comparte en un territorio que hasta el 20 de julio de 1870 fue parte de San Roque, ha quedado en nada. Es decir, no ha servido de nada.
Ni tampoco al alcalde de La Línea al tomar posesión como diputado provincial y narrar, de memoria, sin un papel escrito en un admirable discurso la problemática de la ciudad de La Línea, su singularidad y sus aspiraciones, le salen las cuentas de sus proyectos.
Discurso al que salió al paso, el aspirante a presidente de la Diputación de Cadiz, por el PP, el jerezano Antonio Saldaña Moreno, que va “a muerte” contras las aspiraciones de La Línea, en una campaña que crece y crece y va a más, para desacreditar las aspiraciones de la singularidad de La Línea, masivamente corroboradas con el voto mayoritario del pueblo linense.
Unas declaraciones de la presidenta de la Diputación de Cádiz, Irene García, a una emisora de radio radicada en la ciudad de La Línea, han vuelto a incidir en lo mismo. Rechazo total a las pretensiones del alcalde y del partido La Línea 100×100. Ya ni siquiera apoyando la singularidad de La Línea.
El alcalde de La Línea, Juan Franco y el de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix ya saben a quien se enfrentan. A los suyos.
Sin embargo crecen las opiniones de quienes creen que la singularidad de La Línea y todo lo que se da en
la problemática de esta ciudad, no tiene otra salida que su conversión en Ciudad Autónoma, como lo son Ceuta y Melilla. Una fiscalidad especial, como la tienen también las Islas Canarias u otros territorios del Reino de España, abriría, sin duda, la puertas a un mejor desarrollo de las potencialidades de La Línea, un territorio pegado a Gibraltar, con el que, en lugar de enfrentarse y crear las fricciones y tensiones que tanto gustan a algunos políticos, se podrían afrontar multitud de proyectos conjuntos y afrontar, de una vez la necesaria potencialización de La Línea, hasta ahora negada a cal y canto. Las posibilidades, son inmensas.
El alcalde de La Línea de la Concepción, lejos de tirar la toalla y de arrugarse, se crece en sus propios convencimientos y certezas.
Un estudio avalado desde la Complutense
Y estos días, ha dado a conocer uno de los pasos importantes en su proyecto, que arrancó precisamente por un interesante Estudio Jurídico de primera mano que aportó en su día al Pleno de la anterior Corporación, el que fuera concejal andalucista, Angel Villar, convencido como otros muchos miles de linenses que la conversión en Ciudad Autónoma puede ser de gran trascendencia para La Línea.
Redundando ern aquel primer paso, se da a conocer ahora el informe jurídico del catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid, Antonio Cabo de la Vega, que da viabilidad a la posibilidad de que La Línea se convierta en una ciudad autónoma.
Este interesante estudio, se basa en motivos de interés general por su condición fronteriza con Gibraltar, su vinculación histórica al Peñón y las consecuencias económicas, políticas y sociales que de ello se derivan. Este hecho excepcional con respecto al resto del país considera el informe que brinda motivos suficientes para solicitar al Gobierno, el Congreso o el Senado el artículo 144 de la Constitución Española, que reserva esta posibilidad a territorios más pequeños que una provincia.
Motivos de interés general
Al ser de carácter abierto el marco territorial español, los propios territorios pueden configurar su estructura, que está asentada, en primer lugar, en las provincias. Sin embargo, el artículo 144 de la Constitución Española añade a esta lista entidades subprovinciales “si así lo requiere el interés general”, lo que proporciona el “asidero jurídico”, dice el informe, para proponer la autonomía de la ciudad linense. Precisamente, los legisladores de la Transición Española dejaron abierta esa posible incorporación de “territorios no integrados en la organización provincial”, teniendo en mente la reivindicación histórica de España respecto a Gibraltar. Paradójicamente, ahora este artículo sí puede servir para abrir la puerta a una posible autonomía para La Línea de la Concepción.
El artículo 144 también se activó en 1995 para dotar a las ciudades norteafricanas de Ceuta y Melilla de un mayor autogobierno. Ambas ciudades se mantuvieron como municipios fuera de Andalucía hasta 1995, dependiendo de Cádiz y Málaga para numerosas competencias y servicios.
Las bases de la singularidad
En el caso de La Línea, el informe detalla, a partir de una cronología
histórica, los motivos por los que la singularidad linense merece el
reconocimiento de un mayor autogobierno. Entre ellos, incide en la íntima
unión de la historia linense al devenir histórico de Gibraltar, la
importancia estratégica del Peñón, las consecuencias del cierre fronterizo
entre 1969 y 1982, las consecuencias de las decisiones del Estado español
respecto al contencioso, los distintos episodios de conflicto, la dependencia
económica linense de Gibraltar, el aeropuerto o la ubicación geoestratégica de
la ciudad.
Pese a que en 1997 la Comisión Tripartita –Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Gobierno central- acordaron dotar a la ciudad de la Carta Económica Especial, ésta ha sido posteriormente revocada y tampoco ha tenido un importante efecto en la mejora de las condiciones de vida de la ciudad. A estas circunstancias, añade las consecuencias del resultado del referéndum del Brexit y los posibles perjuicios de éste, si llega a producirse.
Otro factor que se especifica en el informe es la necesidad de que “los intereses específicos de La Línea de la Concepción y de sus ciudadanos, por ser los directamente afectados, se vean representados en comisiones multilaterales o trilaterales con el Peñón de Gibraltar sin tener que verse representados por una Comunidad Autónoma mayor y que durante su historia de autogobierno no ha mostrado una preocupación especial por los intereses linenses”.
Más fondos y autonomía de gestión
El dictamen revela, además, el efecto positivo en la gestión de recursos
económicos que tendría una autonomía linense, puesto que daría “un mayor
margen a la hora de determinar los tributos”, indica. Así, detalla como clave
“la necesidad de adaptar el régimen fiscal y tributario a la realidad del Campo
de Gibraltar”. Y la posibilidad de gestionar directamente los fondos europeos
del plan especial de Inversión Territorial Integrada (ITI), que ahora recibe
desde Cádiz y comparte con toda la provincia.
El informe cita los buenos resultados de estos planes en ciudades como Nápoles o Belfast –tras el acuerdo- y añade que “La Línea cumpliría sobradamente los requisitos exigidos, máxime cuando la dependencia económica exige, quizá, un tratamiento fiscal diferenciado y una respuesta presupuestaria integral y coordinada”.
“Retos como el elevado desempleo, la falta de infraestructuras adecuadas, el traslado diario de miles de linenses a Gibraltar, los problemas de movilidad y contaminación asociados a la alta densidad de población y, sobre todo, la posibilidad misma de que el Brexit suponga la consideración de La Verja como frontera exterior de la Unión Europea podrían así enfrentarse con mayor autonomía y a través de una administración más cercana a dichos problemas y a la ciudadanía de La Línea”, añade.
Además indica que “en el caso de que Gibraltar siguiera siendo parte de la Unión, o participando de sus estructuras”, el informe acoge la creación de la Agencia Europea de Cooperación Territorial (AECT) como el método más adecuado para la cooperación transfronteriza Gibraltar-La Línea.
El proceso legislativo
El procedimiento para conseguir la declaración de Ciudad Autónoma tiene que
pasar por que la Diputación de Cádiz o la propia Junta de Andalucía inicien la
petición. Y, una vez recibida ésta, el Gobierno, el Congreso o el Senado
activen el artículo 114.a) de la Constitución Española, justificando esos
“motivos de interés nacional” o “interés general” a los que se ha aludido más
arriba. De tener éxito esa gestión política, se iniciaría la tramitación
parlamentaria de una ley orgánica a través de la que el Estado reconocería
la autonomía de La Línea de la Concepción, como una institución ajena a la
Comunidad Autónoma de Andalucía, pero integrada en la provincia de Cádiz.
Un ‘referéndum linense’
Pero también puede hacerlo el propio municipio, como indica el
informe: “Hay que explorar la propia vía municipal, es decir, la posibilidad
misma de que sea el Ayuntamiento de la Línea de la Concepción, en tanto
corporación municipal que quiere acceder con su propio término territorial al
autogobierno, el que inste sin intermediarios ni intercesiones a las
Cortes Generales o al Gobierno para la adopción de una Ley Orgánica
–necesariamente aprobada por la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados-
que busque el interés nacional en la zona concediendo un régimen de
autogobierno a la ciudad”.
Para ello, el dictamen recomienda convocar la “consulta participativa local” para preguntar a la población si está de acuerdo en que se active este proceso. En su rueda de prensa, el alcalde linense aclaró que los términos de la pregunta estarían muy claros dentro de los límites legales para no rebasar, en ningún caso, el marco legal constitucional español.
La pregunta de la consulta
La pregunta podría ser ésta, indica el dictamen: “¿Cree usted conveniente que
el Ayuntamiento de La Línea de la Concepción eleve al Gobierno de la
Nación y a las Cortes Generales una petición para instar la conversión del
municipio en comunidad autónoma de acuerdo con el artículo 144 a) de la
Constitución española?”. El resultado de este ‘referéndum local’ no es
vinculante, pero si no se toma en cuenta por parte del Ayuntamiento, la
corporación local tendría que justificarlo.
“Si una vez celebrada la consulta el resultado fuera positivo, la corporación local se vería aún más legitimada y apoyada en su pretensión. Acto seguido podría elevar, como se afirma en la pregunta, una petición formal al Congreso, al Senado y al Gobierno de la Nación para la activación del 144 a)”, especifica el informe jurídico.
Incluso en el caso de que el Gobierno no autorizase la celebración de esa consulta local, el Ayuntamiento podría elevar la petición al Estado por sí mismo con toda la fuerza jurídica aunque, eso sí, “tendría menos fuerza política y mediática, pero la petición revestiría la misma naturaleza jurídica”, aclara el catedrático de Derecho Constitucional. Se podría establecer, además, la presencia de tres representantes locales para la defensa de la propuesta ante el Congreso, en caso de prosperar la activación de la iniciativa legislativa.¿Gaditana o provincia número 51?
Si llegase a prosperar la conversión en ciudad autónoma, cabrían dos opciones: o que La Línea siguiese perteneciendo a la provincia de Cádiz pero no a la Comunidad Autónoma de Andalucía, o que el legislador estatal creara una nueva provincia, la 51, que coincidiese con el término municipal de la ciudad. Aunque el catedrático de la Complutense admite que la provincia 51 “plantearía una serie de problemas de difícil solución y de casi imposible encaje político”.
La circunscripción electoral de los linenses seguiría siendo, por tanto, la provincia de Cádiz, pero el Ayuntamiento pasaría a ser una comunidad/ciudad autónoma semejante a Ceuta y Melilla. Es decir, el pleno pasaría a convertirse en asamblea autonómica, contaría con su propio Estatuto de Autonomía. Y esa asamblea legislaría a través de un reglamento especial.
Sin embargo, judicialmente seguiría unida al Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía en Granada. El informe destaca “la
posibilidad de dotar a la futura autonomía de La Línea de un régimen
económico-fiscal diferenciado, al igual que ocurre con Canarias o, bajo
ciertas especificidades, como los de Ceuta y Melilla”.
“La historia reciente de La Línea nos muestra una preocupación singular del
Estado central por la existencia de una frontera tan peculiar, aunque
ello no haya redundado, como dijimos, en una mejora de las condiciones
socioeconómicas del municipio español”, concluye el dictamen.
No obstante, el alcalde linense incidió especialmente en que “ahora se abre un proceso político largo de conversaciones y negociaciones”. Y en que, incluso dentro de su partido, La Línea100x100, harán una profunda reflexión sobre este informe jurídico para posteriormente pasar a explicarlo a los ciudadanos, antes de acometer el proceso legislativo que conlleva. Añadió que iniciará una ronda de conversaciones políticas con todos los partidos y todas las administraciones implicadas para explicarles el proyecto y conocer sus opiniones. Y concluyó que “tampoco nos cerramos a otras alternativas, pero queremos una solución para nuestra ciudad”.
El primer paso está ya dado.
Ahora, Juan Franco ha popularizado la frase: “La Línea, palante”. Es decir, no hay marcha atrás. Y el pueblo, con él.