José Luis Yagüe. Marbella
A las seis de la mañana, el Puente Málaga era un punto de confluencia incríble en la madrugada. Una auténtica riada humana bajaba de la Divina Pastora, de la Plaza Toros, con familias enteras del Barrio y hasta de Bello Horizonte que se perdían apresuradas por las calles del Casco Antiguo en busca de la parroquia, cuyas campanas llamaban ya a los fieles, junto con el disparo de los cohetes. Por el Balcón de la Virgen aparecían familias y más familias del barrio Alto, de Miraflores y el Trapiche. En la Plaza de la Iglesia ya no se cabía y pronto, los marengos, los pescadores a las ordenes del sempiterno Hermano Mayor, Manolo Haro, pantalón arremangado, listos para entrar con la Virgen a hombros en la mar, preparaban a la Reina de los Mares, para salir.
El Rosario de la Aurora, estaba a punto de comenzar. El obispo de la Diócesis de Málaga, monseñor Jesús Catalá Ibañez presidía. El párroco arcipreste de Marbella, Manilva, Estepona, José López Solórzonao, acompañado de otros sacerdotes, como el del Calvario y con la presencia del misionero blanco, padre Ostos, nacido en Marbella y apóstol en tierras del Congo y ahora en Sudamérica, iniciaban los primeros rezos y cánticos a la Reina de los Mares.
La Virgen del Carmen demostraba que está en el corazón de muchos miles y miles de marbelleros. La venerada imagen de la Madre de Dios, que milagrosamente fue rescatada de la quema de la iglesia en el 36 por la familia del carpintero Gambero, cuyas hijas Lucía y Encarni, la mujer de Palomero, (Hostal La Estrella) no faltan cada año a su encuentro con la Virgen.
Entre las típicas callejas del Barrio, camino de la barriada de Pescadores, el Rosario de la Aurora tiene una parada obligada ante la capilla de la Virgen del Carmen, donde nunca falta un ramo de flores. Un año más, este de 2019 con el obispo desgranando una tras otra el rezo del avemaria y la letanía, la multitud acompañó a la Virgen hasta la playa cercana al Puerto de Pescadores que sigue esperando la quimera del atraque para los grandes barcos de crucero, porque parece que no quiere dejar de ser nunca, eso, el de Pescadores.
Difícil contar la muchedumbre: 10.000, 20.000 criaturas rezando en la madrugada de Marbella. La alcaldesa Angeles Muñoz y la concejal y diputada María Francisca Caracuel entre el ramilletes de concejales, que se perdían entre esa multitud.
Cacho que hacía fotos junto a Josele y también a Andrés Lanza que como buen marbellero para acompañar a la Virgen siempre está dispuesto, me decía que la devoción a la Virgen del Carmen, desde hace unos años, patrona de Marbella, no ha menguado. Marbella, lo demuestra cada año en el Rosario de la Aurora: quiere a las Reina de los Mares. Y le reza y le pide con fe.
Toda esa muchedumbre de fieles se arremolinó ante el improvisado altar donde oficiaba el Obispo Catalá, que no dudó en dejar en tierra las sandalias del pescador y meterse mar adentró para bendecir las aguas y que la Virgen proteja a los hombres de la Mar. Y a los de tierra adentro. La Virgen se metió en la mar en la madrugada a hombros de los más fieles pescadores de Marbella.
Luego los churros no faltaron y en la casa hermandad de la Virgen del Carmen el Hermano Mayor de siempre Manolo Haro y los directivos actuales de la Hermandad de la Virgen del Carmen agasajaron al Obispo de Málaga y le agradecieron el gesto de estar por vez primera en el Rosario de la Aurora. El Obispo no esperaba tan grande multitud a los pies de la Virgen.
La jornada antes, la medalla de honor de la Virgen del Carmen, Manolo Haro se la había impuesto al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en una sencilla ceremonia en el templo de la Encarnación, ante el párroco López Solórzano y la alcaldesa de Marbella. Las celebraciones en honor de la Patrona de Marbella, la Virgen del Carmen, están al mayor nivel en este 2019.