El cambio climático, con sus fenómenos meteorológicos extremos en forma de altas temperaturas y lluvias torrenciales, constituye el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de determinadas plagas con capacidad para poner en riesgo la salud pública mundial. Así de contundente se pronuncia la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), quien advierte de la importancia de llevar a cabo medidas de control que contengan la expansión de vectores como los mosquitos Aedes albopictus -también conocido como “mosquito tigre”- o el Aedes aegypti, transmisores de importantes enfermedades como el virus Zika, el Dengue o el Chikungunya, entre otras.
«Es de vital importancia que los líderes reunidos en la Cumbre del Clima que se está desarrollando en estos días en Madrid aborden también la necesidad de emprender medidas coordinadas de control de vectores, que suponen un riesgo de primer orden por su capacidad de transmisión de enfermedades, y que pueden llegar a poner en jaque la salud pública mundial”, insta la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta.
En la misma línea se pronunció hace algunas semanas uno de los portavoces de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, quien advirtió de que la mitad de la población mundial se encuentra en riesgo de padecer Dengue debido, por un lado, a la creciente proliferación del mosquito del género Aedes que lo transmite, y el escaso número de medidas que se están implementando para controlarlo. Según datos de la propia OMS, en el año 1970 el Dengue sólo existía en nueve países, mientras que en la actualidad se ha convertido en endémico en 128 países y afecta a hasta 96 millones de personas cada año.
España, un paraíso para el mosquito tigre
El Litoral Mediterráneo, donde la temperatura ha aumentado hasta un 20% más que la media mundial, es un auténtico paraíso para el mosquito tigre (Aedes albopictus), desde donde se ha extendido como la pólvora por prácticamente todo el territorio nacional desde su primera incursión en Barcelona en el año 2004.
“En el punto en que se encuentra hoy la situación en nuestro país”, reconoce Fernández de Lezeta, “resulta imposible hablar de erradicar al mosquito tigre. Sin embargo”, añade, “es de vital importancia reforzar las medidas de control, tanto por parte de las Administraciones Públicas como de la población en general, a fin de intentar contener al máximo la presencia de esta especie y frenar su propagación”. Un control que pasa desde llevar a cabo necesarias “alertas hasta la coordinación entre los distintos agentes implicados y los tratamientos necesarios para una buena gestión medioambiental que evite su presencia y disminuya su población. En caso contrario, las consecuencias pueden llegar a ser muy graves”, alerta.