En un informe hecho público el pasado 4 de febrero -Día Mundial del Cáncer- sobre lo que cuesta la enfermedad en España, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ya estimaba que el 45% de estos costes, alrededor de 19.300 millones de euros, lo asume la familia. Este porcentaje lo van a asumir previsiblemente un número mayor de familias y con una mayor vulnerabilidad generada por el COVID-19.
Esta crisis sanitaria está generando ya consecuencias a nivel laboral, económico y social en la sociedad española de las que no están exentas las familias con cáncer. Para paliar esta situación de vulnerabilidad, la AECC ha aprobado una partida extraordinaria de 3 millones de euros para que la población con cáncer pueda tener sus necesidades básicas cubiertas y mitigar los efectos sociales derivados del COVID-19 entre los que pueda haber pacientes que se hayan vistos afectados por procesos de ERES o ERTES, así como por despidos.
Otras medidas que la AECC está tomando para paliar las consecuencias sociales del COVID-19 en la población con cáncer son la adaptación a las medidas dictadas por el Ministerio de Sanidad del servicio de alojamiento gratuito para pacientes que necesiten trasladarse a otra localidad para recibir tratamiento. En este sentido, la AECC proporcionará alojamientos adaptados para evitar el contagio y, de no tenerlo disponible, asumirá los gastos de un alojamiento alternativo.
La población con cáncer es extremamente vulnerable en el ámbito sanitario, pero también en el social, ya que el cáncer provoca que, cada año, alrededor de 27.000 personas se sitúen en una situación de riesgo de exclusión social al que hay que añadir los efectos causados por el COVID-19.
En España cada año se diagnostican alrededor de 275.000 casos nuevos y hay 1,5 millones de personas afectadas por la enfermedad.