He de confesarles queridos lectores, que el pasado jueves 16 de Julio me sentí orgulloso de ser español, europeo y ciudadano del mundo y me emocioné profundamente. Hubo momentos en que dos lagrimones recorrieron mis mejillas…
Creo que dimos ante todos la imagen de un País, unido y resistente. De una España que a lo largo de sus más de cuatro décadas de historia democrática ha sido capaz de superar muchos y difíciles retos gracias a saber mantener en algunos momentos nuestra unidad dentro de nuestra pluralidad.
Qué desde una difícil y dura transición en la que todo el mundo supo ceder y se tragó sus sapos, y a los que algunos iluminados, años después de forma suficiente y despreciativa nos bautizaron con el Régimen del 78, en alusión a la aprobación de la actual Constitución vigente
A mucha honra, soy de ese régimen democrático, pero no miro para otro lado y les digo con todo el respeto que nuestra Carta Magna, puede y debe reformarse con la voluntad política de todos y todas. Lo que jamás se me ocurriría es despreciar como algunos memos, todo aquello que ignoran.
Teniendo como escenario el Patio de la Armería del Palacio Real, se celebró no un funeral bajo cualquier culto religioso, sino un acto civil que era reflejo de una sociedad laica que desde la unidad, el respeto y el reconocimiento cumplía con una obligación moral y un deber cívico con las victimas del COVID 19, con los servidores del Estado y con el conjunto de la sociedad española que una vez más ha sabido estar a la altura.
Desde allí escuché palabras de los representantes de los profesionales que estuvieron en primera línea, de los familiares de las víctimas, de la máxima representación del Estado y del Gobierno, dentro y fuera del acto, algunas de las cuales quiero recordar, sin identificarlas con las personas que las pronunciaron, porque los principales protagonistas ya no nos pueden decir nada, se los llevó el Coronavirus.
Sé que entre los representantes, ninguno de ellos se van a sentir molestos, no solo por su grandeza personal y generosidad, sino porque todos estaban allí para dar testimonio de unidad, respeto y reconocimiento, en un acto emotivo y necesario, y poniéndonos a prueba como País, estábamos dando una lección de pedagogía, generosidad y ejemplaridad.
Todos los que asistían allí aquel solemne y sencillo acto y ampliábamos el círculo tras las pantallas de nuestros televisores estábamos a para honrar a todos los muertos anónimos y silenciosos, y teníamos la conciencia que mantenernos unidos era el mejor homenaje que le podíamos prestar y que la memoria es un deber.
Sabíamos que las personas que había detrás de los EPIS o de uniformes de protección no eran héroes, aunque los sintiéramos como tales y les diéramos nuestros aplausos de afecto y reconocimiento cada día a las ocho de la tarde. Eran personas, pero estaban al lado de los nuestros en el dolor, cuando alguien les pedía no me dejes morir solo.
La mayoría de los españoles y españolas hemos contraído una obligación moral y un deber cívico. La primera, la de reconocer, respetar y recordar siempre, la dignidad de los fallecidos y el deber cívico de preservar e impulsar los mejores valores que fundamentan nuestra democracia.
Estando dentro de aquellas imágenes en el Patio de la Armería del Palacio Real estaba siendo testigo de que las víctimas, que estaban siendo despedidas y homenajeadas, como corresponde a un País, sabio como el nuestro, con todo el honor, la dignidad y la unidad, y los españoles nos merecíamos, al menos en momentos como éstos, verlos y sentirlos juntos, siendo los representares de todos y enviándonos un mensaje de responsabilidad a toda la población.
Su recuerdo permanecerá para siempre, y aunque despedimos a quienes han perdido la vida a menudo de la forma más cruel, en soledad, y en esta ceremonia lo hicimos con honor, dignidad y unidad, creo que con este sencillo y emotivo acto homenajeamos también a la sociedad, a quienes han padecido la enfermedad y a quienes han trabajado sin descanso para protegeros a todos los demás.
Ahora estamos en otra etapa de la Historia de esta Pandemia, el virus continúa entre nosotros, desde el fin del Estado de Alarma y no podemos bajar la guardia manteniendo las recomendaciones sanitarias ya que tenemos 224 brotes activos. Cuando ustedes lean estas palabras las cifras habrán crecido hacía arriba o habrán descendido.
Si demostramos inteligencia política y salvamos escollos y diferencias en favor de pactos, acuerdos y consensos, no me cabe duda que todos saldremos beneficiados, en caso contrario de intentar tensar, crispar y dividir, los resultados serán negativos para todos.
Cuando escribo estas palabras acaba de finalizar la quinta sesión de una de las cumbres más duras de la historia Europea. Más tarde se ha hecho púbico que esta Cumbre, cuando había negros nubarrones que hacía no ser muy optimistas., ha terminado con un acuerdo que no contenta a nadie, que es una condición necesaria de un acuerdo posible.
Los líderes europeos han decidido movilizar 750.000 millones de euros, que la Comisión Europea tomará prestado en los mercados financieros en nombre de la UE y que se distribuirán en forma de 390.000 millones de subvenciones y 360.000 millones de préstamos. España recibirá 140.000 millones del Fondo de Reconstrucción, 72.700 de ellos a fondo perdido.
Creo que tanto los promotores del Fondo Recuperación como los mal llamados frugales o recortadores de fondos y créditos, con el holandés Mark Rutte al frente han negociado hasta extenuación, y que aunque han estado en franca minoría, al necesitar el apoyo unánime cualquier acuerdo estas características, si ha contado con Austria, Suecia, Dinamarca y Finlandia, que además de pequeños y ricos, comparten el temor a incontrolable de la extrema derecha.
Todos, unos y otros, saben que aquí no se la jugaba España, ni Italia, ni Portugal, se la jugaba la Unión Europea, Necesidad obliga y se ha podido comprobar que al igual que en nuestro País a nivel nacional las fuerzas estás distribuidas de otras manera, y los equilibrios y desequilibrios se conjugan en base a otras mayorías que hay que tener en cuenta en cada momento.
Ha habido tres condiciones muy favorables a los Países del Sur, a pesar de todos los obstáculos y difcultades,su unidad, España, Italia y Portugal han permanecido como un bloque durante todo el proceso negociador , la segunda es que en todo momento han contado con el apoyo de Alemania y Francia, Merkel y Macron y la tercera sin entrar en más detalles de datos que ya analizaremos con calma en otro artículo, es que se ha logrado evitar otros condicionantes que hubieran sido negativos para abordar las necesidades de los proyectos planteados por los países del Sur.
Casi todos los agentes sociales políticos y económicos, entre ellos la Patronal y los Sindicatos han coincidido en aplaudir el acuerdo. UN pacto histórico en la Unión Europea para salvar la crisis más grave de nuestra historia. Es muy difícil de entender por mucho que nos la expliquen la postura del PP y los bandazos de su líder Pablo Casado que ha estado siempre entre contradicción y la ausencia.
Veamos si no, Cuando supimos el pasado martes bien temprano el positivo resultado de la Cumbre valoró y celebró el buen acuerdo que se había logrado, y digo yo que algo habría tenido que ver el Presidente Pedro Sánchez, que había estado batallando en las cinco sesiones de la Cumbre, noventa horas de trabajo.
Después el señor Casado, comenzó a echarse flores y a decir que la Unión Europea había aceptado la propuesta de los Populares para finalmente y partir del miércoles lamentó la negociación de Sánchez en Bruselas y criticó que se hubiera presentado en la Unión Europea sin los deberes hechos. ¿Don Pablo, por favor aclárese usted, en qué quedamos?
En el orden interno, el Congreso de los Diputados debatió y votó esta semana la Conclusiones de la Comisión de Reconstrucción social y Económica, Presidida por el socialista y ex –Lendakari de Euskadi y Presidente de la Cámara Alta, Patxi López.
No entendemos señoras y señores del PP, en los momentos más graves, cuando el País más necesita de ustedes, ni están a la altura ni dan la cara. De las medidas en cuatro grandes bloques en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica, el PP no apoyó ni el de Reactivación Económica ni el Documento de Políticas Sociales.
Al final el Congreso dio su aprobación a tres y que además a tres, que además del de Política económica fueron los Sanidad y Unión Europea, que salieron adelante con una mayoría reforzada de más de 200 votos. Señoras y señores del PP no caigan en el error de la miopía política, no prestándole el apoyo al Presidente Sánchez sino negándoselo a los españoles y a su bienestar.
Con esta posición, señor Casado evidencian una concepción pobre, cateta y hortera de la política, en la que se está pendiente de quien se anota el punto que de los intereses de todos los ciudadanos de este País, y ese metedura de pata no nos la podemos permitir.
Juan Antonio Palacios Escobar.