Hoy hemos llegado a tener en Andalucía el mayor número de contagiados desde que comenzó el coronavirus. Son 846 en 24 horas. Esto es para tragar saliva porque mañana continuará la borrasca. Paralelo a los contagios, lo que más ha proliferado este verano extraño y largo son las opiniones, los dimes y diretes. Es cierto que la pandemia nos ha decepcionado porque muchos creíamos que nos convertiría en mejores personas pero también porque se ha tomado como un asunto político y no epidemiológico, se ha tomado como una oportunidad para cargarse al adversario ideológico y no para escuchar a quienes saben.
Todos queremos que nuestros hijos y nietos vayan con normalidad al colegio, padres , maestros, políticos. Y también estamos de acuerdo que no es lo mismo asistir de forma presencial que a través de una pantalla, pero la semana que viene hay que entrar o no en las aulas y la gente tiene ya inyectado el virus de la confusión y del miedo que puede llegar a ser más duro que el otro. Se cambian las disposiciones, donde dije digo, digo diego. Se amenaza si nos reunimos más de diez o si no estamos dispuestos a que en clase se reúnan más de veinte alumnos.
El Presidente no ha aportado nada nuevo cuando ha retomado las homilías. Eso de que sean las autonomías quienes pidan los estados de alarma y serán los responsables de la misma no vale. ¿Se imaginan lo que puede hacer un Torra con el mando único y con el Estado de Alarma en Cataluña?. Lo cierto es que no se ha avanzado nada en cinco meses. El Acuerdo PSOE-Ciudadanos para llevar el Decreto hasta una Ley de Salud Pública dando competencias a las comunidades autónomas sin tener que llegar al Estado de Alarma, se ha quedado parado ante el silencio de Ciudadanos. Con lo que nos dice Sánchez puede haber hasta diecisiete estados de alarma diferentes en todo el Estado.
Hoy, Feijóo ha comentado que va a presentar al Gobierno un texto de modificación de la Ley Orgánica de la Salud buscando que todos los territorios puedan contar con herramientas jurídicas que permitan a las Comunidades gestionar la pandemia de forma homogénea y sin necesidad alguna de que cada medida tomada tenga que ser discutida por órganos judiciales.
Es necesario contar con una base que permita decidir con rapidez en cada caso, en cada lugar y en cada territorio. Esto es lo que hay que hacer y me alegro de esta propuesta porque después de cinco meses seguimos estando en la casilla de salida. Si somos un Estado no puede haber diecisiete respuestas diferentes, Sánchez.
Algeciras, 26 de agosto de 2020
Patricio González