La pandemia generada por la COVID-19 ha situado a la industria turísticaante la peor situación económica y social de su historia. El sector que más aportó en 2019 a la economía española, llegando a representar el 14,3% de su PIB, según el World Travel & Tourism Council (WTTC), es hoy es el más castigado por la crisis. Esta situación pone en riesgo la supervivencia de numerosas empresas turísticas que generan 2,8 millones de puestos de empleo en España. Uno de los principales agravantes ha sido el desplome del turismo internacional en España que, durante los últimos meses, ha sufrido caídas históricas. Lo constatan las cifras de la Estadística de Movimientos Turísticos en Fronteras (FRONTUR), que registraban un descenso del 72% de la llegada de visitantes internacionales al país durante los siete primeros meses de 2020 y una caída de los paquetes turísticos cercana al 90%, con un impacto notable en el alojamiento hotelero. Así, la evolución de la industria turística y, por ende, de una de sus piedras angulares, la actividad hotelera, se ha visto aún más afectada por el desplome de ingresos, las restricciones y cuarentenasimpuestas a los viajeros y por laimplantación de medidas que dañan gravemente al conjunto de la oferta turística española, tales como las limitaciones a los aforos en la hostelería o las restricciones relativas a la movilidad y las reuniones de empresas, entre otras. Estos factores, sumados a la falta de soluciones contundentes para el sector, han dado lugar a que en la actualidad permanezcan aún cerrados más del 80% de los hoteles y a que se esperen nuevos cierres próximamente en zonas vacacionales. Frente a este panorama, el presidente de CEHAT, Jorge Marichal, afirma que “hasta que haya una mejora de la situación sanitaria no se puede prever la reanudación ni de vuelos ni de llegada de turistas y visitantes” y solicita al Gobierno unasensibilidad especial hacia la industria turística para evitar la destrucción de puestos de trabajo y la desaparición definitiva de miles de empresas del sector. “Sabemos que en la actual mesa de negociación se está planteando esa sensibilidad especial con el turismo y que el Gobierno tiene datos suficientes, entre los que se encuentran los relativos a la Seguridad Social, el IVA y otros tantos parámetros, para poder evaluar la afectación en determinadas zonas y actividades. Muchos establecimientos están sufriendo como consecuencia de la crisis y no tenemos perspectivas de recuperación a corto plazo”, apunta Marichal.