Todo lo que nos está ocurriendo ahora con la pandemia tiene, en gran parte, que ver con las actitudes descuidadas de muchísimos ciudadanos que le han perdido el respeto por completo al Coronavirus y que se creen que están a salvo de esta pandemia que, desgraciadamente, se sigue dilatando en el tiempo y que es una amenaza total a una forma de vida tal y como la entendíamos.
Se han cargado las tintas contra el Gobierno Central, los Gobiernos Autonómicos y los Ayuntamientos. Y muchas veces con razón. La desescalada fue precipitada, la gestión ha sido negligente y descoordinada por completo, y la contundencia para acabar con las actitudes incívicas, insolidarias e irresponsables, no ha sido la adecuada. Así ha sido y no hay más excusas.
Pero no todas las culpas son de las instituciones porque estamos viendo a diario imágenes que generan rechazo , angustia y hasta vergüenza. ¿Cómo es posible que en ciudades como Madrid, Sevilla o Salamanca, la botellona sea la reina de la calle?, ¿Cómo es posible que se organicen en castillos juergas con alcohol y drogas?. En Sevilla se han elevado las sanciones por consumo de alcohol en las calles y se persigue también la aglomeración de personas sin protección alguna. También se intenta actuar en el ámbito privado pero más allá de eso poco pueden hacer los alcaldes.
Resulta desesperante el comportamiento de muchas personas. Hemos pasado de ser un ejemplo en el Estado de Alarma a no respetar las normas básicas que nos repiten día a día.
El número de contagios se multiplica y no parece que los culpables sean las autoridades. Lavarse las manos, usar bien las mascarillas o mantener la distancia social no se está respetando. Y así es imposible detener el avance del virus.
Es necesario tomar medidas más severas. Y gastar lo recaudado con las sanciones en campañas informativas en las que se muestre con toda la crudeza posible lo que nos puede pasar si seguimos este mal camino que hemos elegido.
Hacer que los ciudadanos entiendan que la gravedad de la pandemia es enorme y muchas veces, mortal, y que la vida de miles de personas está en juego, tiene que ser el objetivo.
Algeciras, 20 de octubre de 2020
Patricio González