Se acerca las Navidades y todos esperábamos ansiosos las medidas que se iban a tomar desde la Junta de Andalucía para ayudar al tejido empresarial local, ninguno pensábamos que el presidente autonómico anunciaría una desescalada a dos velocidades que perjudicara enormemente a los empresarios de la hostelería.
Parece increíble que se imponga dos horarios completamente distintos, uno continuo para las tiendas y otro encapsulado para cafeterías y bares cuando en estas fechas tan señaladas van de la mano. Una cosa restringir aforos y limitar horarios, algo lógico en una situación de pandemia, y otra muy distinta interrumpir el horario de apertura durante dos horas a media tarde, de seis a ocho, para luego dar la posibilidad de reiniciar la actividad de ocho a diez y media.
Esta «pausa» lo único que ha generado es un tremendo malestar entre los empresarios de la hostelería, con razón, se quejan de no poder cuadrar los turnos de los trabajadores y de que esta medida elimina de un plumazo los cafés-meriendas que son una importante fuente de ingresos muy necesaria, sobretodo, con la difícil situación económica que están atravesando.
Los representantes de este colectivo afirman que reciben muchas exigencias de las administraciones públicas para luchar contra el Covid-19 y pocas ayudas; una vez más, son los más perjudicados por las nuevas restricciones y reiteran que vuelven a no contar con ellos para consensuar unas medidas acordes a la emergencia sanitaria que estamos viviendo y que perjudiquen lo menos posible al sector.
Todos esperamos que antes del día dieciocho de diciembre, que empieza la segunda fase de la desescalada, el gobierno andaluz rectifique y unifique los horarios para hacer más llevadera esta temporada estival y así darles un respiro a los pequeños empresarios de nuestra ciudad.
Ignacio Holgado