En un año que parafraseando a la Reina Isabel II de Inglaterra que calificó de “annus horribilis” a 1992, este 2020 podría calificarse de terrible, ya que nos ha afectado la mayor pandemia en los últimos cien años y la política se ha llenado de populismos, tensiones y crispaciones. Pero toda realidad tiene sus dos caras, aunque en ocasiones no sean sincrónicas.
Los Reyes Magos han llegado con cierto adelanto, en Nochebuena, y tenemos entre nosotros, las vacunas anti Covad y el acuerdo post- Brexit. De las primeras ya iremos hablando y vacunándonos a lo largo del tiempo, del segundo lo llevamos trabajando cuatro años de duras negociaciones hasta llegar a un acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea de libre comercio.
No vamos a detallar el acuerdo, pero si destacar algunos aspectos que lo catalogan como un hecho histórico, y que en el marco de la Unión Europea han sido claves las figuras de Michel Barnier y Úrsula Van der Leyen, aunque por mucho que nos intenten vender la moto, quien ha ganado en algunos momentos ha sido la desinformación.
Era la primera vez que, tras crecer, desde su fundación, la Unión Europea disminuía, y uno de los países poderosos oficializaba su salida con una serie de medidas que parecen justas y equilibradas. El tiempo dirá como afecta a los ciudadanos británicos y a los de la Unión Europea.
Otra pregunta que debemos hacernos cómo hemos llegado a este momento, cuando tras 46 años en junio de 2016, el Reino Unido vota en Referéndum la salida de la Unión Europea. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la tensión y el populismo han dejado paso a la diplomacia, por tanto, ha sido un acuerdo trabajado.
Dicen que lo singular es subversivo, pero este acuerdo se refleja en más de quinientas páginas, aunque todo el proceso negociador se recoge en muchas más, detallando todas las condiciones del mismo que intentará aportar certeza y seguridad, a las relaciones entre ambas partes. Cuando la ministra de AAEE de España Arantxa González Laya, se le preguntaba hace poco en una entrevista, mostrara su optimismo de que habría acuerdo, aunque fuera a última hora.
Es único y se concluye con un divorcio, frente a quienes hubiesen preferido permanecer en la Unión Europea. De todas formas, a la hora de valorar unas negociaciones tan complejas como éstas, se suele hablar más de lo que se ha dicho y al final no solo ser lo que queda en los papeles sino como funcionan lo que expresan en las relaciones de la realidad. No obstante, La Unión Europea y el Reino Unido podrán tomar represalias si hay incumplimientos.
La pregunta que bien podríamos hacernos es ¿Habrá alguna posibilidad en el futuro de una vuelta del Reino Unido al seno de la Unión Europea? O bien se mantendrá el estigma de la separación como un síntoma de una independencia que en la practica no existe en ninguno de los aspectos desde el comercial hasta el jurídico en el mundo global e interdependiente en el que vivimos.
Toda situación nueva supone tener que superar riesgos, vencer obstáculos y resolver en la práctica lo escrito en los papeles. En este pacto entre la Unión Europea y el Reino Unido, se ha evitado el abismo traumático de una separación sin acuerdo, pero hay que ser. conscientes que social y económicamente, se amortigua de forma provisional la situación a partir del 1 de enero de 2021, pero no se evita el fuerte impacto económico, político y social de la ruptura que supone el Brexit.
Del abismo al alivio, porque se imaginan ustedes lo que hubiese sido terminar este periodo transitorio sin acuerdo, y con el telón de fondo del Covid 19 la Pandemia mayor del último siglo, y para más inri al Gobierno británico parece que se le acumulan los problemas y como consecuencia a todos lo demás, con dos nuevas variantes del virus, aparentemente más contagiosas, una detectada en Londres y zonas del sur del País y la otra ligada a personas llegadas desde Sudáfrica.
En este post Brexit hay cuatro colectivos ciudadanos que nos preocupan como País, los españoles que tienen fijada su residencia de forma permanente o temporal en el Reino Unido, los británicos que gozan de igual situación en España, los ciudadanos de Gibraltar que además de no votar la salida de la Unión han estado acostumbrados a gozar de todas las ventajas de la libre circulación de los habitantes de la Unión Europea y los trabajadores transfronterizos.
Tras el acuerdo entre las autoridades europeas y el Reino Unido, hemos de darle una especial solución entre España y este País a Gibraltar, y creo y así lo manifestaron en los cuatro memorandos anteriores al acuerdo que esa es la voluntad tanto de ambos países como de las autoridades de Gibraltar y de la zona.
Es más, la ministra de AAEE, Unión Europea y Cooperación, González Laya ha manifestado que el Gobierno “peleará hasta el último segundo” por un acuerdo sobre Gibraltar”. Sería “una verdadera lástima que el único lugar donde hubiese un Brexit duro “fuese el Peñón.
Pienso que las relaciones entre ambas partes a distintos niveles facilitarán la fluidez del paso de las poblaciones a ambos lados de la frontera. Tal y como ha manifestado el presidente de la Mancomunidad de Municipios, Juan Lozano, que en “las especiales circunstancias que estamos viviendo, más que nunca es necesario por parte de todas las administraciones apostar por la Comarca y dar respuesta a sus necesidades mediante la negociación y la consecución de un acuerdo favorable”
Esperemos que el Campo de Gibraltar no sea la única zona de la Unión Europea que tengamos que pasar un Brexit duro, ya que sería muy perjudicial no solo para la Comarca sino para la provincia de Cádiz, Andalucía y yo diría para España.
Juan Lozano convocó el Consejo de Alcaldes que acordó por unanimidad una resolución institucional exigiendo un acuerdo” urgente y positivo” sobre Gibraltar, que tenga en cuenta por encima de todo los intereses los de la ciudadanía.
El acuerdo es urgente y lo es pensando en el interés de la ciudadanía y debe liderarlo social y políticamente la Mancomunidad de Municipios y los Ayuntamientos, superando diferencias y con miras altas de lograr los objetivos que estaban planteados en los memorandos entre España y el Reino Unido. En caso contrario pagaremos las consecuencias de la torpeza de algunos títeres de tres al cuarto y con unas graves consecuencias políticas, sociales y económicos.
Tenemos que sustituir incertidumbre por seguridad, ayudas por desarrollo, suma de todas las administraciones por la resta protagonista de algunos personajes, propaganda por eficacia en las medidas y que esta situación sea un nicho de oportunidades para el Campo de Gibraltar, lejos de una carrera de obstáculos y un camino de dificultades. No podemos ser una vez más los que paguemos los errores o los platos rotos. Así que ¡Oído cocina!
Juan Antonio Palacios Escobar