Los padres de los 12.500 estudiantes linenses llevan reclamando la suspensión de la enseñanza presencial desde antes de la vuelta a las aulas tras la época navideña, esta demanda es debida al aumento exponencial del número de afectados por el Covid-19 en esta localidad.
La virulencia de la cepa inglesa del coronavirus está afectando con gran incidencia al Campo de Gibraltar, especialmente al municipio de La Línea por la cercanía con la colonia británica. Esta situación ha llevado al alcalde de la ciudad, Juan Franco, a reclamar, junto al consejo escolar municipal, la suspensión de las clases presenciales a la Junta de Andalucía, cuyos responsables han rechazado esta petición alegando que «los niños no han sido un vector de contagio en los colegios andaluces durante la segunda ola».
Es tal la indignación de la ciudadanía que durante la reciente visita del presidente de la Junta al Ayuntamiento de Algeciras, una madre le reclamó mayor implicación con los municipios de la comarca campogibraltareña. Algo que está más que justificado debido a la precaria situación que están viviendo los alumnos en las aulas con protocolos anti-Covid a causa de la ola de frío que nos acompaña desde hace varias semanas, además de la elevada tasa de contagio entre la comunidad educativa que ha aumentado exponencial.
Parece increíble que tengan que ser los propios padres los que tomen la iniciativa de no mandar a sus hijos al colegio ante la pasividad del gobierno andaluz, haciendo un ejercicio de responsabilidad colectiva frente a la inoperancia de los responsables autonómicos. ¿A qué esperan para ordenar el paso a la enseñanza telemática como medida de contención frente a esta nueva ola que marca récords de contagios día tras día?