Desde lo semántico entre ver y mirar hay sus diferencias. Mientras que ver de acuerdo con la RAE, significa en su primera acepción “percibir por los ojos los objetos mediante la acción de la luz” o poseer el sentido de la vista. Mirar, por el contrario, aparece explicado con las siguientes palabras: “Fijar la vista en un objeto, aplicando justamente la atención”. En María Moliner se lee:” Aplicar a algo el sentido de la vista para verlo”
Por lo tanto, mientras ver alude a una determinada capacidad física, mirar es un cierto acto consciente y deliberado. Así vemos todo lo que miramos, pero no miramos todo lo que vemos. Basta tener los ojos muy abiertos para ver, pero para mirar o no hacerlo necesitamos ejercer en alguna medida, nuestra
voluntad.
Me gustaría hacer con ustedes, queridos lectores algunas reflexiones, que no solo fuesen la expresión de algunos deseos, y sirviese para mover nuestras conciencias en nuestras actuaciones, sino saber hacia donde hemos de enfocar nuestras miradas.
Dejar de mirar las estadísticas de coronavirus que diariamente nos proporcionan, sobre número de contagiados, porcentaje de ocupación hospitalaria y de UCIS, fallecimientos y solo nos dijeran los que se han recuperado, cuando va a terminar esta pesadilla, y no dejáramos de pensar que detrás de todos esos datos que nos ofrecen hay personas con nombres y apellidos e historias diferentes.
Dejar de mirar a nuestros mayores como si viviéramos en un País que no es para viejos, y que éstos con el tiempo se han vuelto invisibles, y según marcan el Plan de Vacunación y las autoridades sanitarias, al ser los más vulnerables deben ser los primeros de las filas junto con los sanitarios y los profesionales esenciales en vacunarse.
Dejar de mirar a los caraduras y aquellos que se creen imprescindibles para que el mundo funcione y se pasan las colas por la entrepierna, se cuelan y se creen con todos los derechos, incluso como si hicieran un gran sacrificio por vacunarse y el resto de la humanidad debería estarles agradecidos eternamente a estos vacunados enchufados.
Dejar de mirar a la guerra de las vacunas y las farmacéuticas como un escenario para ver quienes tienen más privilegios, y que cuando se les coja cometiendo esta acción tan insolidaria, se apliquen medidas ejemplarizantes y ejemplificadoras.
Dejar de mirar hacia lugares fantasmagóricos o paradisiacos sustituyendo con los familiares espacios rurales o urbanos de nuestros rincones interiores, para que nos obsesionemos en salvar la Semana Santa, mientras que cada uno de nosotros no estemos a salvo con las vacunas y el tratamiento adecuado, que nos haga inmunes.
Dejar de mirar hacia todo aquello que nos debilite y nos provoque mayor fatiga pandémica y nos fortalezcamos tras más de un año de virus y restricciones, convenciéndonos que lo más importante es la ausencia de enfermedad.
Dejar de mirar a la directora Gerente del Hospital de Alcalá de Henares, Dolores Rubio que propuso quitar el móvil; que hoy en día es como llevar el mundo en el bolsillo; a los pacientes para que no hablaran con sus familiares y decidieran no aceptar su traslado al Hospital Zendal ¡Increíble, pero cierto ¡¿Saben ustedes que continúa en su puesto y nadie le ha pedido cuentas ni la ha cesado?
Dejar de mirar a los que se dicen patriotas, pero no lo son, porque cada vez que tienen ocasión predican no con las manos tendidas y dicen en qué podemos ayudar para sacar adelante nuestro País, sino en expulsar insultos y descalificaciones e intentar desgastar y debilitar al Gobierno provocando hartazgos e infundiendo miedos y desilusiones.
Dejar de mirar a los líderes del PP que les molestan las coincidencias entre los juicios del Caso Gürtel y las Elecciones Catalanas, cuando todos recordaremos que el señor García Egea, actual Secretario General de su partido defendía., a capa y espada, cuando se daban una y otra vez la misma entre los juicios de los ERE y las Elecciones en Andalucía, porque eran los tiempos de la justicia.
Dejar de mirar el enchufismo y valorar la meritocracia para desempeñar las funciones que cada cual tiene. Hemos de fulminar cualquier tipo de corrupción por muy insignificante que nos parezca. Hemos de ser intolerantes con quienes de alguna manera dicen defender que el fin justifica los medios.
Dejar de mirar hacia donde quieren que miremos. Si los agricultores que trabajan sus campos, sus tierras y sus cultivos cada vez cobran menos y han de recurrir a todo tipo de ayudas, y los consumidores pagamos más ¿Dónde está el secreto? Pues en que los intermediarios, que son los que menos ponen y arriesgan, son los que realmente ganan.
Dejar de mirar hacia el dedo y poder contemplar la luna, porque estamos enredados y turbados en el follón de lo cotidiano y no somos capaces de plantearnos y planificar en condiciones, cómo serán nuestras vidas después de una pandemia que ha dejado en el camino millones de contagiados y muertos. ¿Si nos enfrentamos a otras pandemias en el futuro volveremos a cometer los mismos errores?
Dejar de mirar a los muchachos y muchachas de la derecha española, a ver si un día nos llevamos la sorpresa de que se han salido de sus cuentos en que solo contaban sus casas, salen de sus realidades virtuales y de sus tubos estrechos, sus peleas por el poder, de un nuevo insulto contra el presidente Sánchez y descubren que las voces de la calle van por otro lado.
Dejar de mirar las letras de las canciones de Luis Bárcenas y sus mariachis, resumida en ocho folios en los que canta todo tipo de rancheras con Mariano Rajoy destruyendo los papeles de la caja B que en su día le animaba diciéndole “Luis sé fuerte”, y confesando a la Fiscalía Anticorrupción que el PP se financió ilegalmente entre 1982 y 2009.
Dejar de mirar a quienes como don Luis cumple una condena de 29 años por el caso Gürtel y a su mujer doña Rosalía Iglesias con una pena de 12 años, o a quienes según él recibieron complementos salariales o sobresueldos, entre otros, Rajoy, Cospedal, Trillo, García Escudero, Cascos, Acebes. Y es que al ínclito Bárcenas le obligaron a tirar de la manta porque le prometieron que su señora no entraría en la cárcel.
Dejar de mirar a quienes en un Estado democrático y de derecho quieren confundir los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, y tras hacer mutismo político, indicar desconocer a Bárcenas porque es algo del pasado, acusan a la Fiscalía General del Estado de haber urdido una conspiración para perjudicar al PP, por lo que al final la culpa es de Sánchez y el PSOE.! No me negarán que, si no fuera tan trágico, suena a comedia!
Dejar de mirar a un lado y a otro con lo que nos quieren distraer y ver si se aplazará de momento, el juicio por los papeles de Bárcenas, hasta que no mejore el señor Cristóbal Páez, ex gerente del PP y afectado por el COVID 19, y despejar una pregunta sobre la propuesta de don Luis de tener un careo con don Mariano Rajoy ¿Se celebrará o no se celebrará?
Dejar de mirar para el limbo político, diciendo no lo sé o eso son cosas del pasado, cuando en este presente rabioso, el pasado lunes día 8 de febrero por la caja “B” del PP, en la que el extesorero de Génova, se enfrenta a otros cinco años de prisión por el presunto pago con dinero negro de las obras de la sede del partido. ¿Existe o no este PP?
Dejar de mirar a los que nos inundan con historias, opiniones y galimatías, cuando ni saben toda la verdad, ni de la realidad conocen de la misa, la mitad, cuando solo se dedican a las broncas y el poco sentido del Estado o arrogarse la responsabilidad de determinar cuando está en peligro España y la democracia. ¡Por favor déjense de gaitas y monsergas, no mientan más y prediquen con el ejemplo ¡
Juan Antonio Palacios Escobar