La primera vez que se interpretó el Himno de nuestra tierra fue por la Banda Municipal de Sevilla el 10 de julio de 1.936. Sólo una semana antes del comienzo de la guerra civil y justo un mes antes de que asesinaran vilmente al Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante que había escrito la letra porque la música ya venía de un himno religioso (Santo Dios).
Ya no se volvió a oír más el Himno hasta la muerte del Dictador. En la primavera de 1977, Carlos Cano llevó a cabo una adaptación que fue cantada por la Coral Heliópolis de Sevilla. Después vinieron multitud de versiones.
La bandera, blanca de paz y verde de esperanza, representa un orgullo de libertad que apunta a España y a la humanidad. Es universalista. Otra cosa es que aquí no hayamos acabado de entenderlo. El Himno nos conmina a levantarnos de cuerpo y de alma pero también de honor.
“Hombres de luz que a los hombres, almas de hombres le dimos”. Desde Séneca a Antonio Muñoz Molina se han encargado de regalarnos la luz que no siempre hemos aprovechado. De Maimónides a Federico; desde Averroes a Antonio Machado; Desde Góngora a Picasso ó desde Becquer a María Zambrano.
Nuestro reto cada 28 de febrero es el de releer el Himno de Andalucía para que podamos rescatar un poquito, al menos , de esa luz.
He seguido el Acto Institucional de Sevilla. Acto serio, elegante y de sentimiento. Me he vuelto a emocionar con el Himno y con el Acto.
En nuestra comarca lo han cantado en siete de los ocho municipios de una u otra manera, cumpliendo todos los protocolos. Algeciras ha editado un vídeo y ha hecho un “vámonos que nos vamos”. Decepción por los dirigentes de mi ciudad.
Algeciras, 28 de febrero de 2021
Patricio González