Lo de romper el Estado de Alarma, el toque de queda y todas las normas habidas y por haber, está pasando ya de castaño oscuro. Y el resultado de todo esto es una estampida de turistas alemanes a Mallorca y jóvenes entregados por completo al alcohol y a otras cosas.
Hay quien le está echando a los gobiernos ( al español y a los europeos) la culpa de una conspiración para robarnos la libertad, cuando realmente la libertad ya nos ha sido robada hace bastante tiempo porque la está robando la misma que nos lo dio: Internet, que ha dado lugar a la lectura digital o lo que es lo mismo, a leer de todo y a no saber de nada.
Antes de la pandemia con una sociedad donde el personal se drogaba con mensajitos que no servían para nada, y lo hacían durante horas y horas, y se renunciaba a la educación y a la enseñanza sobre la base de conocimientos sistematizados y esfuerzos para lograrlos, la libertad empezó ya a morirse porque la libertad comienza por conocerse a uno mismo y a su entorno y si no llegamos a un mínimo en este sentido, entonces no somos libres. Se podrá ser votante, se podrá ser elector, o se podrá ser un libre borracho, pero es la negación total de lo humano porque estamos en el caso de la muchedumbre solitaria que va por el mundo como pollo si cabeza.
De verdad, yo no quiero esa libertad porque es totalmente falsa, porque nos condena a depender de otros factores, ya sean humanos ya sean materiales. Y también nos condena a depender de otra gente si sigue este proceso de desmembramiento de la razón y de la negación de lo positivo que ha traído a este mundo la civilización occidental.
Y además, ¿Para qué quiero ser libre si mientras existan estos borrachos y estas fiestas ilegales, pueden matarme de coronavirus y quedarse ellos aquí para seguir vomitando sus miserias y seguir matando a otros?.
Algeciras, 5 de abril de 2021
Patricio González