La crisis diplomática que puso tierra de por medio entre Madrid y Rabat tiene las horas contadas. La embajadora marroquí en España, Karima Benyaich, retomará sus funciones y regresará a Madrid en los próximos días, cerrando así el capítulo de fricciones que dio comienzo tras el ingreso hospitalario del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en Logroño para tratarse de una grave afección causada por la COVID-19, según trasladan fuentes diplomáticas marroquíes a “ATALAYAR”, la revista que así lo publica y de la que nos hacemos eco..
A falta de confirmación oficial, el Ministerio de Asuntos Exteriores acoge con satisfacción la noticia adelantada por el digital “Rue20”.
La vuelta de la embajadora Benyaich, de nacionalidad hispano-marroquí, supondría la reapertura formal de las relaciones bilaterales entre España y el Reino alauí tras meses de tensiones. Aunque por el momento no se ha concretado la fecha para el retorno de la diplomática, fuentes próximas aseguran que su vuelta es inminente.
En los últimos días, los líderes de ambos países han marcado la senda del reencuentro. El rey Mohamed VI dedicó el viernes unas palabras a España durante una alocución con motivo del 68º aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo. En ellas, el monarca subrayó su intención de “inaugurar una etapa inédita basada en la confianza, la transparencia, el respeto mutuo y la honra de los compromisos” con Madrid.
En respuesta, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, agradeció el mensaje de Mohamed VI y aseguró que el Ejecutivo siempre ha considerado a Rabat como un “aliado estratégico, tanto de España como de la Unión Europea”. Antes, el monarca Felipe VI envió un mensaje de felicitación conjunto con la reina Letizia por el 58 cumpleaños del monarca marroquí. Un mensaje que se suma al emitido en julio por su 22º aniversario en el trono, señal inequívoca de cercanía.
Las partes consideran que la crisis ha sacudido los cimientos de sus relaciones bilaterales, sin embargo, interpretan esta situación como una oportunidad para recalibrar y mejorar su cooperación. Entre bambalinas emerge la figura del nuevo titular de la cartera de Exteriores, José Manuel Albares, al frente del Ministerio en sustitución de Arancha González Laya desde el pasado 10 de junio. El diplomático pidió desde el primer momento “tiempo y discreción” para resolver el conflicto diplomático con Marruecos.
Las delegaciones de España y Marruecos han mantenido abierto un canal de comunicación a pesar de la crisis. El propio Mohamed VI reveló haber intervenido directamente en las labores de mediación, sin embargo, el viraje de 180º puesto en marcha por el Gobierno en su relación con Marruecos parece encauzar ahora una crisis que tuvo como clímax el ingreso irregular de 10.000 menores en Ceuta en un lapso de 72 horas. La resolución de esta crisis migratoria continúa aún con la repatriación de un total de 700 migrantes, una medida aplacada por la Justicia.
Benyaich, en el cargo desde 2018, abandonó España hace tres meses tras ser llamada a consultas en mayo por la exministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. Las declaraciones de la diplomática en las que acusaba a España de “actuar a espaldas de Marruecos, acogiendo y protegiendo a este criminal y verdugo poniendo como pretexto las razones humanitarias y ofendiendo así a la dignidad del pueblo marroquí” irritaron al Ejecutivo. A su vez, el representante español en Rabat también fue reprendido por el Gobierno marroquí. Para Marruecos, el ingreso de Ghali en España colmó el vaso.
El reconocimiento de la soberanía marroquí por parte de España sobre el Sáhara Occidental, las aspiraciones marroquíes en Ceuta y Melilla, la cooperación migratoria y el tráfico a través del estrecho marcará la agenda hispano-marroquí en los próximos meses. Benyaich jugará un rol importante sobre estas materias, sin embargo, antes tiene el cometido de organizar un encuentro de alto nivel entre ambos países, prevista en principio para el pasado mes de diciembre.