Para el nuevo grupo político «Otra Línea es Posible (OLEp—LaLínea)», «ha habido una falta de previsión de la situación del barrio y proponemos la adaptación para uso administrativos, docente y sanitario, antes que la demolición y reconstrucción.
Desde “Otra Línea es Posible (OLEp—LaLínea)” emitimos hace días un comunicado mostrando nuestra sorpresa y preocupación por la situación de toda la zona de San Bernardo y, muy particularmente, por la dejadez del antiguo Hospital del SAS.
Nuestra indignación era fruto de la falta de previsión, de diligencia y de un plan de futuro del equipo de gobierno de La Línea 100×100 para los edificios que ya llevan tres años en desuso y, en general, en relación a la barriada de San Bernardo, sus comercios y sus vecinos.
La respuesta del alcalde no se hizo esperar. Lanzó en redes sociales un video en el que culpaba a la Tesorería General de la S.S., a la Junta de Andalucía, a algún que otro Ministerio, al Gobierno Central, … raro se nos hizo que no culpara de todo al viento de levante o al escarbajo picudo. Parece ser que cualquiera es responsable del abandono de la barriada de San Bernardo, menos el partido que gobierna, La Línea 100×100.
Ahora, con al menos tres años de retraso, el Alcalde quiere sacar a los vecinos a la calle para protestar. Protestar, naturalmente, contra otros políticos y otras administraciones ¿Ahora?
La última novedad que vende el Alcalde es que más barato demoler el edificio, dadas sus condiciones estructurales, que rehabilitarlo para ubicar algún uso que revitalice todo el barrio ¿Alguien ha visto un estudio del coste de la demolición y reconstrucción? ¿Y el coste de la adaptación a otro uso, por ejemplo a uso administrativo? ¿No, verdad? Y no se ve PORQUE NO SE HA HECHO. De esa falta de planificación ¿culpamos también a otros o es culpa del equipo de gobierno de La Línea 100×100, que en SEIS años ni siquiera se ha preocupado de saber cuánto costaría una cosa y cuánto la otra para poder así comparar y tomar una decisión seria?
Bien, pues desde Otra Línea es Posible (OLEp—LaLínea) vamos a volver a hacerle el trabajo al equipo de gobierno. No nos importa, es por el bien de la barriada de San Bernardo y de La Línea. Lo hemos estado haciendo en estos dos meses que llevamos trabajando y seguiremos haciéndolo, pese a quien pese.
Los principales problemas del edifico del antiguo Hospital es la presencia de fibrocemento (amianto) en toda la estructura, salvo en la zona anexa de Urgencias, que es de hormigón, y el posible estado de deterioro de las planchas de apoyo de la estructura sobre pilotes. Lo primero es un problema grave para la demolición, ya que la presencia de amianto obliga a la redacción de un proyecto específico (y caro) de retirada y gestión de residuos.
Grosso modo, estamos hablando de un edificio de unos 17.000 m2 construidos. La demolición implica la retirada de instalaciones (eléctrica, carpintería, hidráulica, etc), retirada del fibrocemento por empresa especializada con medidas de aislamiento y traslado controlado y una vez quede expuesto el esqueleto del edificio hay que cortar, retirar las estructuras.metálicas y picar la zapata de hormigón. Un estudio aproximado, consultado con técnicos especialistas y comparándolo con actuaciones similares, arroja un coste cercano a 5 millones de euros impuestos incluidos. Aproximadamente 1.5 millones para la demolición y unos 2 millones de euros para el tratamiento de residuos, más impuestos.
Una demolición similar llevó a cabo la empresa IDOM Consulting en el antiguo Hospital de La Palma, en Son Dureta, propiedad también de la Tesorería General, con un coste de mas de 3 millones de euros sin el condicionante de la presencia de amianto en las estructuras.
Obviamente, para dotar de actividad económica a la zona, no basta con demoler, hay que construir un nuevo edificio. Suponiendo una construcción similar a la que se dispondría con la adaptación sin demoler, de unos 15.000 m2 de techo, a un coste mínimo (muy aproximado y muy optimista) de 750 euros/m2, el nuevo edificio ronda los 12 millones de euros. Por tanto, la medida de demolición supone un coste mínimo, siendo muy optimistas, de unos 19 millones de euros.
La Línea 100×100 esgrime la imposibilidad de adaptar el antiguo edificio a nuevos usos. Esta afirmación, técnicamente, no es cierta. Es más, vistos los costes aproximados de la demolición y construcción de un edificio nuevo ¿quién se atreve a decir que la adaptación no es más económica, rápida, viable y la solución para la situación actual del barrio y de la ciudad?
Aducen que “la presencia del fibrocemento impide la adaptación”. Falso, el amianto de los forjados puede perfectamente encapsularse con hormigón proyectado, si fuera necesario. Es más, habría que hacer pruebas de carga en la estructura e igual reforzando puntualmente, donde fuese necesario, no sería imprescindible tocar los forjados de fibrocemento. En palabras de uno de los técnicos que hemos consultado “el amianto es un problema si lo tocas, si no lo tocas, basta con encapsularlo, y no da problemas”. Pero claro, para todo esto, hay que preocuparse y estudiar posibles soluciones, no sirve con quejarse de que “nadie te ayuda”.
En concreto, el uso administrativo es al que la normativa exige menos requisitos, por ejemplo, desde el punto de vista estructural. Podría justificarse una actuación de refuerzos puntuales de la estructura metálica, donde las pruebas de carga lo indicaran y sería viable albergar usos de administraciones públicas locales o no en un edificio idóneo para ello, con reformas menores en la distribución interior que no involucran a elementos de riesgo.
A la vista de todas esta información, nos parece lo más razonable y así se lo pedimos al equipo de gobierno comandado por Juan Franco, que emplee los recursos municipales, de inmediato, en hacer un estudio más detallado y pormenorizado del coste efectivo de la adaptación del edificio a uso administrativo o docente. Comparando con el coste de demolición y reconstrucción, parece evidente que será más ventajosa la adaptación. Y una vez cerciorados fehacientemente de esto último, dotar de contenido al edificio adaptado con parte de la administración local, parte dedicada a formación (nos consta que existe un proyecto interesante de formación profesional) y parte cedida a empresas privadas del sector sanitario, cuyo interés en ubicarse en las instalaciones del antiguo hospital nos consta que se ha hecho llegar al consistorio.