En su condición de profesor de Historia ha sido el viceprimer ministro de Gibraltar Dr. Joseph García quien ha procedido a inaugurar en primicia para la prensa y en nombre del Gobierno de SM en Gibraltar, la Exposición de Recuerdos Históricos sobre la creación en 1921 del Consejo de la Ciudad (City Council).
Con este motivo ha pronunciado un interesante y documentado discurso en el que ha dicho:
Discurso de apertura del Viceministro Principal, Joseph García
«Buenos días y bienvenidos: En nombre del Gobierno, es para mí un gran placer abrir este evento a los medios de comunicación. A partir de mañana estará también abierto al público. Esta exposición conmemora los 100 años de la creación del Consejo de la Ciudad (City Council) en 1921. El camino hacia el autogobierno nunca fue fácil para Gibraltar. Porque en muchos aspectos éramos únicos. Un pequeño territorio de un Imperio mundial, una fortaleza militar estratégica y un puesto de operaciones, pero también una colonia civil, y todo esto en uno. Y a veces los intereses militares y los de la población civil no coincidían. Así que cada paso que dábamos en la dirección de un mayor autogobierno estaba sujeto, no sólo al escrutinio de las fuerzas armadas, sino también a su autorización explícita. Durante décadas, esto fue un obstáculo para la evolución política de los gibraltareños. Como dijo Tommy Finlayson muy acertadamente [al nombrar su último libro sobre la población civil en la II Guerra Mundial] “Primaba la fortaleza”. No fue del todo inesperado, por tanto, que los principales pasos en ese pedregoso camino hacia el autogobierno sucedieran a los dos grandes conflictos que ha visto la humanidad.
El establecimiento de un Consejo Municipal en 1921 fue una consecuencia directa de la Primera Guerra Mundial. Su restablecimiento en 1945, seguido por un Consejo Legislativo (Legislative Council) unos años más tarde, fue una consecuencia directa de la Segunda.
Gibraltar desempeñó un papel importante durante la Primera Guerra Mundial. Era un punto de reunión crucial para los convoyes aliados. Aquí se reunían y navegaban hacia el este en el Mediterráneo, iban hacia el oeste en el Atlántico, y también lo hacían hacia y desde el propio Reino Unido. Y cuando la guerra terminó, hubo un verdadero deseo de recompensar a Gibraltar y a su gente por su contribución a la causa. Un deseo de reformas y modernización. Gibraltar es una pieza de museo victoriana, escribió un alto funcionario del Reino Unido muchos años después, y ya era hora de que soplase un viento fresco. Pero este sentimiento vino acompañado de cierta aprensión en cuanto a las consecuencias que podría acarrear cualquier transferencia de poder. La creación de un Consejo de la Ciudad en 1921 fue un reflejo de esta actitud. Fue, en efecto, el primer paso en la dirección del autogobierno, pero fue un paso pequeño y cauteloso. El Consejo, por ejemplo, se estableció con una mayoría automática de cinco funcionarios designados frente a cuatro miembros elegidos únicamente por los contribuyentes varones. Entre esos funcionarios se encontraban los diferentes cuerpos de las fuerzas armadas, cuyos representantes ocupaban sus asientos vestidos con el uniforme completo y defendían su propia parcela frente a los otros cuerpos, pero también de la intrusión de la élite gibraltareña.
Las competencias del Consejo eran esencialmente las que antes ejercía la Comisión de Salud a la que sustituía. Se hizo cargo de su personal y de sus instalaciones. El nuevo organismo seguiría estando presidido por un Presidente (Chairman) en lugar de un Alcalde.
Se trataba entonces, en ciertos aspectos importantes, de un Consejo Municipal a la carta. Reflejaba el delicado equilibrio de intereses contrapuestos que entonces caracterizaba la vida política gibraltareña. Sin embargo, su creación fue un hito importante en el desarrollo político y constitucional de Gibraltar.
Sentó las bases de lo que sucedería después. En particular, las exigencias de una mayoría electa en el Consejo de la Ciudad, algo que se logró después de la Segunda Guerra Mundial, durante la cual se había suspendido. Los estudiosos de la historia moderna de los gibraltareños comprenderán que, en términos institucionales, fue aquí donde comenzó realmente el viaje de nuestra representación política como pueblo. Los poderes del Consejo se ampliaron a lo largo de los años. Nuestros antepasados, como es lógico, presionaron para acumular cada vez más responsabilidades en un organismo que llegaron a controlar después de 1945. James Andrews-Speed fue su primer Presidente en 1921. El cargo de Alcalde acabó sustituyendo al de Presidente.
En 1955, Sir Joshua Hassan se convirtió en su primer Alcalde. El Consejo ejerció sus funciones hasta 1969.
Entonces se fusionó con el Consejo Legislativo para formar la Asamblea de Gibraltar (Gibraltar House of Assembly). Los objetos que nos rodean de esta exposición cuentan esta fascinante historia. Hay un total de 243 imágenes con textos descriptivos, fechadas y numeradas.
Once secciones cubren diferentes períodos de nuestra evolución política. Una de las secciones se titula ‘Creación e Instalaciones’. Me pareció pertinente saber que la sede original del Consejo Municipal estaba en realidad en Convent Place, en unos locales que fueron heredados de los Comisionados de Salud. Hoy en día, es maravilloso ver la exposición alojada en este edificio. El mismo lugar donde se celebraron las reuniones y deliberaciones de ese Consejo durante la mayor parte de su existencia. Quiero dar las gracias a mi colega el Ministro de Cultura y al Alcalde por haber facilitado el uso de este lugar.
El Gobierno se mostró encantado cuando el Archivero Anthony Pitaluga propuso una exposición para conmemorar el centenario de la creación del Consejo de la Ciudad. Y en nombre del Gobierno, quiero agradecerte formalmente a ti Anthony, a tu equipo del Archivo Nacional de Gibraltar (Gibraltar National Archives, GNA) y a los muchos voluntarios y colaboradores que se han ofrecido para hacer esto realidad. Gracias a todos. Gracias por vuestro entusiasmo, tiempo y dedicación. Y, una vez más, Anthony, tu labor como comisariado de exposición es extraordinaria. Esta exposición da vida a un componente importante de nuestro largo y difícil camino hacia el autogobierno.
Animo al público a que venga a visitar este retazo de la historia de Gibraltar. Le gustará a todo gibraltareño que se precie. Gracias”.