En la parte nueva de San Pedro, en el Boulevard, de carretera abajo, hay unos cuántos puntos de atracción gastronómica que son toda una revelación.
Hace pocas semanas, la Academia Gastronómica de Marbella descubría un pequeño restaurante, de no más de 30 comensales en sala, que es toda una revelación, por la gran calidad de su cocina, donde Víctor Navarro hace gala de sus conocimientos y su experiencia y un inigualable servicio de alta escuela, a cargo de su socio, Gumersindo Torres Suárez, hijo de aquel mítico Gumersindo de los años gloriosos de La Fonda, de Horcher, en la Plaza del Santo Cristo y que era la mano derecha de uno de los más grandes profesionales de la Hostelería que han pasado por Marbella, Ramón Ballesteros. Ramón Ballesteros sentó cátedra de cómo se ha de servir una sala, de cómo hay que saber dejar al cliente satisfecho, de cómo había que engrandecer la hostelería. A su lado, Gumersindo padre lo hacía posible.
Tanto que cuando Horcher de Madrid cerró La Fonda
a Gumersindo lo “ficharon” para llevar la hostelería de La Zagaleta, la antigua
finca de Adnan Khashoggi que antes había pertenecido al Rey de los Productos
Farmacéuticos de Francia Henry Rousell, suegro que fue de nuestra querida y añorada Cristina Onassis,
una gran enamorada de Marbella, como se cuenta en el Libro “Lo que yo vi, lo
que yo viví” que narra la historia de los grandes años de Marbella.
La Zagaleta que tanto prestigio y fama de turismo de gran calidad ha dado a Benahavís, es ahora un complejo de golf y mansiones de gran lujo, donde, hasta su jubilación Gumersindo padre, ha demostrado su buen hacer en Hostelería con el sello de La Fonda, en la Casa Club del lujoso complejo. Ahora, su hijo lo hace también en VIGU.
Victor y Gumersindo
los dos socios que tienen en VIGU una fábrica de satisfacciones y de delicias
para el paladar, lo llevan en la sangre.
Víctor en la cocina,
lleva el sello de aquel mítico Víctor de Guadalmina que supo hacerse con la
mejor clientela de toda la zona residencial del Atalaya, del Paraiso y
Guadalmina.
Su arroz fue famoso.
Ahora, el de su hijo Victor en VIGU está siendo calificado como insuperable.
Hablan los comensales del arroz con bogavante, como de algo sublime. Pero son
todos los arroces, el de verduras, el de marisco, el caldoso de carabineros,
los que en VIGU son insuperables.
Es verdad que la
carta tiene unas buenas carnes, con un solomillo trinchado con foie, la
paletilla y también delicias como las gambas con huevo o unos simple boquerones
al limón, pero muy bien fritos.
Víctor domina la cocina andaluza, los platos de nuestra
tierra que gustan y ahí, radica el secreto del éxito, de los comensales
satisfechos que vuelven y son clientes para siempre.
Tiene mucha calidad y
un precio medio con una buena relación calidad-precio. El caso es que quien
acude a VIGU se hace cliente para siempre.
Fotos de CACHO
Dirección: Avenida
Salamanca, Edificio El Mirador, Bloque 3, local 5B, 29670 San Pedro de
Alcántara, MARBELLA