Siendo un chaval, me gustaba ir a la biblioteca de mi colegio en el tiempo de recreo . Y así pasaba muchos recreos encerrado en la biblioteca. Cuarenta y cinco minutos diarios. El primer día estuve por allí me dediqué a mirar las musarañas. El segundo también. Pero el tercero decidí a echar un vistazo a la biblioteca y cogí un libro al azar (no tanto puesto que el que me llamó la atención era uno grande y grueso y su color fue uno y nada más que uno).
Era un ejemplar de las obras completas de Federico García Lorca, encuadernado en piel y de tapa flexible, editado por la mítica editorial Aguilar. Me sonaba el autor ( aunque poco) y no podía llegar a intuir lo que me esperaba en aquellas mil y pico páginas de ‘papel biblia’.
No podía saber que aquel libro y aquel autor iban a ser la causa de una de las tragedias que han marcado mi vida. Y es que al terminar de leer (me lo metí entre pecho y espalda en veinticinco días), , había decidido ser escritor, costase lo que costase. Quería ser escritor, quería ser como García Lorca. Y eso es un drama de los gordos.
Me entusiasmó, especialmente, el teatro de este genio. ‘La casa de Bernarda Alba’ me hizo temblar de la emoción y del miedo al mismo tiempo. El destino quiso que, pasados los años, viviera una situación en casa similar a la que cuenta Lorca al final de la obra, pero eso es harina de otro costal. ‘Yerma’ me llegó al corazón y fue la primera vez en mi vida que intenté comprender las diferencias que existen entre la mirada ejercida sobre la realidad de una mujer y un hombre. Algunos versos me los aprendí de memoria y sigo recordando muchos de ellos…
En fin, Federico García Lorca me abrió las puertas de la literatura de par en par.
Este 5 de junio hace ciento veintiseis años que nació en Fuente Vaqueros y, ahora, sigue enterrado en alguna cuneta perdida y olvidada. El 18 de agosto de 1936 alguien le asesinó sin piedad por ser artista y por ser gay(Nosotros le recordamos cada año en esa fecha en un acto que celebramos desde ESTRECHANDO aquí en Algeciras.
Y no puedo dejar de recordar esto que dijo: ‘Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo’. Y quiero pensar en los muros de aquella biblioteca escolar, en las cosas que salieron gritando de aquellas páginas y en cómo se llenó mi mundo para siempre. Lo pienso y me sigo emocionando del mismo modo que ese instante en el que cerré el libro.
Patricio González
Europa
Las instituciones de la UE han adquirido un creciente protagonismo como centro de decisiones con un impacto directo en la vida de los ciudadanos. En el futuro inmediato se enfrentan a retos de una extraordinaria exigencia que abarcan desde la aplicación de políticas para combatir el cambio climático que transformarán el modelo productivo y la movilidad a otras relativas a la inmigración o destinadas a reducir la insostenible dependencia de terceros en tecnologías, materias primas estratégicas o defensa. Con esas medidas encima de la mesa y una guerra en las puertas de la Unión desde hace más de dos años, las elecciones al Parlamento Europeo cobran una singular relevancia. El voto de los más de 370 millones de personas llamadas a las urnas, además de determinar el reparto de los 720 escaños en juego, condicionará el signo de esas actuaciones en un momento histórico en el que los Veintisiete necesitan reforzar su reducida influencia y aumentar su autonomía geoestratégica en un mundo bipolar dominado por el pulso entre Estados Unidos y China. El equilibrio de fuerzas en la Eurocámara también incidirá en la composición, prioridades y gestión de la nueva Comisión Europea.
Estos comicios se han caracterizado tradicionalmente por una alta abstención, producto de un extendido desconocimiento de la compleja dinámica comunitaria y de la falsa creencia de que son poco menos que intrascendentes. Nada más lejos de la realidad. El día a día de los habitantes en la UE está plagado de decisiones adoptadas por los organismos europeos, que tienen una correspondencia con el sentir libremente expresado en elecciones como estas. De ahí que sea precisa una elevada participación ( que no lo va a ser por los propios políticos) para que el Parlamento que surja de ellas refleje con la máxima fidelidad las soluciones por las que se inclinan los ciudadanos ante los grandes problemas pendientes, que son de tanta envergadura y concitan opiniones tan encontradas que ninguna excusa justifica renunciar al derecho al sufragio y dejar sus posibles salidas exclusivamente al criterio de los demás. Por desgracia, la campaña ha dejado al margen esos asuntos al verse monopolizada por cuitas nacionales.
Europa es un apasionante proyecto común todavía en construcción, que ha de avanzar con valentía hacia una mayor integración para ocupar el lugar que le corresponde en el mundo. El futuro de la UE, que es el de todos nosotros, depende del voto de cada uno y de que los políticos se lo crean..
Patricio González
No ha venido nadie en Campaña
Nos encontramos ya en el último día de la supuesta campaña electoral para las elecciones europeas. He esperado hasta hoy para ver si aunque fuese en el último día, vendría alguien por aquí a visitar esta comarca.
En el fondo sabía que nadie vendría pero, todavía, tenía una leve esperanza. Pero mi gozo en un pozo: Ni PSOE, ni PP, ni Sumar, ni Podemos, ni partidos y coaliciones nacionalistas ni nada de nada, por aquí no ha pasado nadie ni siquiera para que nos vuelvan a engañar, ya ni eso.¿para qué van a venir?.
283.000 personas que habitan en este Campo de Gibraltar abandonado de la mano de Dios. Y no hay nadie de ningún partido a quien se le caiga la cara de vergüenza por ni siquiera aparecer.
Luego nos dirán que hay que votar porque de no hacerlo no podremos protestar. Protestar, ¿por qué? Si ni siquiera saben lo que ocurre aquí y, por supuesto, ni les interesa.
Tenemos el derecho y el deber de votar pero por la misma regla de tres también tenemos el derecho a no votar.
Ustedes, todos, ni siquiera han venido, ni siquiera se han interesado por el Campo de Gibraltar. Me van a permitir reflexionar si quiero votar o no este domingo. No tengo ganas y la verdad es que no merece la pena pero, creo que, simplemente es una tema de vergüenza torera y a lo peor por eso voy a ir. Pero, desde luego, lo haré con un voto nulo pero no en blanco sino que llevará una frase escrita, sencilla pero clara y contundente : IDOS TODOS A LA VENTA DEL NABO.
Patricio González
El Cohete
El turismo va como un cohete y, sin embargo, esta semana nos encontramos con la noticia de la quiebra de uno de los grandes touroperadores. ¿Cómo son posibles ambas cosas al mismo tiempo? Pues de la misma forma que los grandes números de la economía española pintan en verde y los de la economía doméstica de muchos residentes en el país están en rojo. No son contradicciones, sino que son las dos caras de una misma realidad: un modelo económico que precisa una urgente revisión a fondo.
Vayamos con el turismo. Primero hay que subrayar que estamos ante la suspensión de pagos de un touroperador centrado en el mercado alemán, que es precisamente el que se ha reactivado con menor impulso tras la pandemia. Ya sea porque los alemanes son prudentes por naturaleza y conservadores en el gasto, o ya sea porque la proximidad del conflicto con Ucrania les ha hecho ser más temerosos, lo cierto es que ese país no ha compartido la fiebre turística de otros emisores, como ha sido el caso del Reino Unido. Añadamos a eso que tampoco el cambio climático está ayudando: los germanos están volviendo a sus playas porque ahora cuentan con un verano bastante más benigno y porque el invierno es algo menos crudo. Y esto va a ir a más sí o sí, porque la ciencia no engaña en estas cosas del impacto (y los destrozos) del ser humano en el clima.
Después está la evidencia de que el negocio tradicional de bajo coste turístico con un intermediario, tanto en su vertiente aérea como en la gestión del paquete vacacional, está tocando techo. La irrupción de las nuevas tecnologías, que facilitan el contacto entre el turista y el gestor del alojamiento, hace que el vendedor de paquetes vacacionales ya no sea la única opción posible para alguien que se va de vacaciones. Es más, corre el riesgo de convertirse en una alternativa minoritaria. A partir de esa realidad, también la tecnología ha hecho que todo aquel touroperador con elevados costes estructurales, ya sea en inmuebles o en personal, haya visto cómo en los últimos años los beneficios menguaban o sencillamente desaparecían.
Y todo eso debe servir de lección para que destinos como el nuestro vayan reduciendo su dependencia de esos gigantes de la touroperación. Doy por supuesto que decirlo es más fácil que hacerlo, pero a golpe de bofetadas vamos aprendiendo que no hay otra que reinventar el modelo. Ahora la prioridad es los empresarios alojativos no se encuentran con un agujero mayúsculo, pero mañana será estar prevenidos para nuevos sobresaltos.
Patricio González
Huida hacia adelante
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, se vieron las caras este miércoles en el Congreso, en la sesión de control al Ejecutivo. Un duelo dialéctico que, como en otras ocasiones, no aportó sustancia alguna. Ese tipo de intervenciones solo sirven para que cada bando alimente los ánimos de su tropa y para que los asesores de turno cuelen frases altisonantes en busca de la aprobación en las redes sociales.
Como era de prever, uno dijo que no se dejará atrapar por el fango y que seguirá adelante y el otro replicó que es tanta la corrupción en Moncloa y los ministerios que ya va siendo hora de poner fin a la legislatura y convocar a los españoles a las urnas.
La sesión de preguntas y respuestas llegó el día después de que conociéramos nuevos detalles sobre la investigación judicial en torno a la esposa del presidente, Begoña Gómez. Como Sánchez se ha empeñado en no dar explicaciones sobre lo ocurrido -a pesar de que dijo en la tribuna la última vez que subió a ella que lo haría encantado-, pues ahora ya sabemos que en Moncloa se tuvo conocimiento de la actuación judicial antes de que el presidente se tomase cinco días para reflexionar si seguía o renunciaba. El detalle no es baladí, porque Sánchez lo contó de otra manera: la versión oficial era que todo derivaba del inicio de las diligencias.
En esto hay que hacer un inciso: no faltan los que cuestionan las formas, los tiempos y los procedimientos del juez instructor pero para suerte de Gómez, de Sánchez y de todos los españoles, el sistema judicial es tan garantista que sobre eso se pronuncia otro tribunal.
Superado el inciso, lo evidente es que Sánchez da la sensación de estar en una huida hacia adelante, un riesgo mayúsculo incluso si no hay nada que ocultar. Cuando se coge la bandera de la regeneración, como hizo al decir que continuaba, se ha de asumir que eso conlleva la transparencia: si todo en la actuación de Gómez es correcto, pues no pasa nada por comparecer en rueda de prensa, aceptando preguntas (ya está bien de declaraciones institucionales) y ofreciendo respuestas. Los bulos (si es que lo son) se desmontan con datos y eso es lo que nos sigue faltando. Si después hay quienes prefieren seguir abrazando la desinformación, pues allá cada cual con sus preferencias. Pero la obligación de quien tiene responsabilidades públicas es, valga la redundancia, responder al público.
Patricio González
En Positivo
Hay dos eurodiputados a los que da gusto escucharle. Juan Fernando López Aguilar (PSOE) y Gabriel Mato (PP) a los que les dejas solos hablando ante un par de cafés y pueden pasar las horas. Discutirán, confrontarán, se llevarán la contraria, argumentarán y replicarán pero estoy convencido de que no perderán las formas. Y eso que las de cada uno se parecen bien poco a las del otro.
Ojalá los más de 700 eurodiputados que serán elegidos en los primeros días del mes entrante estén cortados por el mismo patrón. Pero desgraciadamente no va a ser así, o al menos es lo que nos dicen las proyecciones demoscópicas. Porque se avecina un Parlamento Europeo agrio, donde muchos de los escaños serán ocupados por diputados que no tiene fe en el proyecto comunitario.
Conviene detenerse en esto un instante: se trata de un fenómeno que ya lo vivimos en la política nacional pero como los tiempos van tan rápido y suceden tantas cosas, se nos olvida con facilidad. Recordemos que un partido como Vox se hizo un hueco en las Cortes abogando sin complejos por desmantelar las comunidades autónomas… hasta que llegaron las elecciones regionales y entonces se presentó a las mismas. Y cuando se encontró con que sus escaños autonómicos podían decidir gobiernos, reclamó sentarse en los gobiernos correspondientes. De manera que donde había dicho digo, dijo Diego y todo ello sin mayores explicaciones. Con Europa ahora, pues tres cuartos de lo mismo: se demoniza la UE como espacio común, se la culpa de todos los males, se anima a los agricultores a pensar que sus males proceden de Bruselas, pero allá que van los candidatos eurófobos a ver si consiguen un hueco en el Parlamento. Cuando lo consigan, se olvidarán seguramente de lo dicho y pelearán por sus cuotas de poder. Será entonces cuando habrá que ver qué hacen las otras fuerzas políticas presentes en la Eurocámara, pues dos no pelean si uno no quiere, al igual que dos no pactan si uno se empeña en no renunciar a ciertos principios…
Por lo demás, se agradece una hora al estilo de López Aguilar y Mato Adrover. Sobrevolaron las miserias del debate político actual y contrapusieron ideas, recetas y soluciones para cuestiones tan diversas como la economía, la migración, la crisis habitacional y también la defensa de derechos. Todo eso está en juego el día 9 de junio en las elecciones y sobran por tanto las razones para acudir a los colegios electorales. De todos depende la Europa que tengamos. Y si depende de los que creemos en Europa, pues mejor.
Patricio González
Vencer el hartazgo
Astraerse del circo que va de la mano de las campañas electorales es una tarea compleja. Ver estos días a quienes aspiran a gobernar las instituciones tomar las calles con sus rostros, visitar barrios lanzando a diestro y siniestro promesas gratuitas sin acuse de recibo y reuniéndose hasta con su sombra tratando de rascar un voto me hace pensar en esas reposiciones televisivas de viejas películas que conocemos tan bien que incluso podemos seguir algunos de sus diálogos.
Imagino, al ver llegar la caravana de la candidatura de turno, la cara que se le debe quedar a esa parte de la ciudadanía que reside en núcleos que demandan desde hace décadas tener un alcantarillado que les libre de pozos negros o vertidos , unas aceras que les permitan transitar sin miedo a sufrir un atropello al ir al comprar el pan, unas vías de acceso a sus casas que no sean caminos de cabras que ponen a prueba la amortiguación y la paciencia o un servicio público de transporte que sea una alternativa real al vehículo privado a la hora de cumplir con sus obligaciones profesionales, formativas e incluso disfrutar de su tiempo de ocio.Entiendo el escepticismo al escuchar, como una cantinela, compromisos de solventar numerosas cuestiones que se han cansado de reclamar a la institución responsable de velar por su bienestar en busca de una respuesta que muere en el trámite telemático o que, en el mejor de los casos, recibe como respuesta la confirmación de que la queja se ha remitido al departamento correspondiente.Comprendo perfectamente el cansancio de quienes, venciendo el pudor que produce airear los problemas personales, se arman de valor y deciden acudir a un medio de comunicación para exigir solución a una situación que condiciona o complica su vida.Soy perfectamente consciente del estupor que debe causar a estas personas escuchar a quienes han tenido la oportunidad de resolver algunas de sus reivindicaciones durante doce años y no lo han hecho y a quienes vienen a suplir a los que tampoco han estado a la altura.Pero también tengo claro que no podemos dejarnos vencer por el hartazgo y ejercer un derecho que es un bien preciado por el que lucharon quienes nos precedieron. Y sobre todo que, por mucho que hable la clase política, la última palabra es nuestra, de la ciudadanía. Así que ¡Ojo!, que no os engañen.
Patricio González
Partida de Póker
Con sólo pie y medio en la campaña electoral y yo sigo sin poder evitar construir analogías en torno a ella y a todo el jaleo que genera. Es verdad que algunas resultan muy absurdas. Pero otras tienen más sentido. O por lo menos eso me gusta pensar a mí.
Hay una en concreto que me parece más o menos acertada: la que considera que la política puede verse como un juego de mesa. Uno con su tablero, sus fichas, sus jugadores y sus reglas. Uno con un objetivo claro: conseguir más puntos que el resto de contrincantes. Puntos que permitan al ganador gobernar en solitario o al menos formar un pacto que logre resistir cuatro años. Al fin y al cabo, la política no es más que una lucha de poder. Los que lo tienen no lo quieren perder y los que no, lo anhelan con todas sus fuerzas.
En este sentido, y a pesar de que no hagan falta ni unas fichas ni un tablero, creo que la política es más parecida al póquer. Un juego donde cada jugador conoce sus cartas, pero no las de los demás. Uno en el que se puede fingir que se tiene un buen juego cuando se tiene uno malo, y recíprocamente, fingir que se tiene uno malo cuando en realidad se tiene uno bueno.
Uno en el que cada competidor debe saber leer las debilidades y las fortalezas de sus oponentes y también las suyas propias. Uno en el que es importante que cada uno encuentre el equilibrio entre lo que promete y lo que realmente podrá hacer más tarde. Un juego en el que no se puede pretender llegar al poder directamente, sino uno en el que se deben tomar las decisiones correctas que te acaben ayudando a conseguirlo.
Pero la política no es tan obvia como lo puede ser un juego de mesa. Y es que, en algún punto de la partida, recuerdas que el que la controla eres tú y no ellos. Sí, sí, tú. Como ciudadano o ciudadana. Tú, que pensabas que eras un mero espectador, que la cosa no iba contigo. Tú, que te limitabas a verla de lejos y que en el fondo siempre has podido decidir qué jugador gana. Pero lo has estado haciendo a ciegas.
Y aunque el ir a votar al final sea siempre eso, una cita a ciegas, creo que lo podríamos hacer mejor si nos comprometiéramos (y nos comprometieran) más. Porque no se trata de imponer, sino de dialogar, de construir, de escuchar, porque esa es la verdadera gestión política, y no lo es ponerse una venda cuando se toma posesión del cargo y no quitársela hasta unas semanas antes de las próximas elecciones.
Patricio González
Ex Alcalde de Algeciras
La Igualdad
No hay que ser muy demagógico para advertir que no somos iguales. Todos lo sabemos desde poco después de nacer. Aprendemos a balbucear nuestro nombre y ya intentamos saber qué significa con respecto a los demás y en qué lugar están los demás con respecto a nosotros mismos. Intentamos saber nuestro rango, nuestro margen y nuestra propiedad.
Un sistema democrático intenta paliar o al menos maquillar esas diferencias. También intenta exportar el sistema porque la conciencia democrática no tiene barreras ni premia los derechos de unos seres humanos sobre otros por tener un pasaporte u otro, o simplemente, no tenerlo.
Nosotros levantamos en nuestras fronteras africanas fronteras con cuchillas. Podemos darle el nombre que queramos pero son cuchillas que cortan las manos o los tendones de quienes intentan saltar las alambradas. El lenguaje que se utiliza no es en absoluto inocente y por eso, Gobierno y oposición se preocupan de definir las avalanchas, la legalidad y la muerte de los ahogados. También cuenta el número porque uno solo no vale nada, no tiene identidad, no es nadie.
Lo principal es defender la jerarquía, el rol que nos corresponde. Y si unos inmigrantes al abrir los ojos al mundo consideraron que también eran dueños de algo, estaban equivocados.
Si alguno de esos inmigrantes pretende tener nuestros derechos tendrá que ganárselo, sobrevivir a las cuchillas y al mar, vender más relojes falsos, más baratijas, pensar más que ninguno de sus compañeros, tener más suerte y ser más fuerte. Solo si llega a pasar todas estas pruebas, logrará llegar a ser como el último de nosotros.
Igual nos ocurre entre nosotros mismos y no protestamos y aceptamos el juego. Solo los que parten con más privilegios, acceden a una casilla superior. Y así sucesivamente hasta llegar a la cima de la pirámide, justo allí donde el paseo de cien metros de una Infanta hasta un Juzgado de Palma se convierte en una cuestión de Estado y vale mucho más que cien ó mil ahogados sin nombre.
Patricio González
La Gilipollez es transversal
Es la palabra de moda entre los políticos: LA TRANSVERSALIDAD. Pactos transversales, ideologías transversales. Así todo.
Gilipollas me resulta una palabra maravillosa. Su origen misterioso se presta a toda clase de leyendas. Mi favorita la encontré en un blog: SECRETOS DE MADRID. Allí nos explican que Baltasar Gil Imón de la Mota, consejero de Hacienda del siglo XVI, tenía dos hijas feísimas a las que intentaba casar sin éxito. Arrastraba a las dos por todos los convites públicos y los pretendientes salían escopetados. “Ahí va don Gil con sus pollas”, decían los cortesanos, que nos brindaron el insulto que más se conoce en nuestro léxico.
Pero ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de gilipollas? La definición de la RAE es muy pobre: “Necio o estúpido”. Notamos en seguida que a esa salsa le falta algo, hasta el punto de que más de uno tendrá ganas de llamar gilipollas a los académicos que la cocinaron. El paladar indica que gilipollas es mucho más que necio o estúpido: es, repelente, chuleta, maleducado, ignorante, malcriado y pelmazo. Que me traigan otra palabra que condense tantas palabras distintas y dejaré que me llamen gilipollas con mucho gusto.
Para los españoles, la democracia no es un sistema de elección de representantes, sino una forma de insulto velado. Cuando un español vota a un partido y ese partido pierde las elecciones, su conclusión, es que este país está lleno de gilipollas.
El votante medio del PSOE piensa que los del PP son gilipollas, el del PP lo mismo con los del PSOE, y pasa igual con los de Ciudadanos y los de Podemos: en España da igual quién gane, porque saldrá alguien que dice que vivimos en un país de agilipollados. De aquí la tesis: lo único transversal en España es la gilipollez.
El síntoma más evidente se nota en las discusiones de política, nuestro pasatiempo nacional. Si un individuo tiene ideas propias y no se pliega a los dictados de su bando, en seguida empieza a notar que la gente se enfada con él. Uno puede, pongo por caso, votar a Podemos, sin que por eso deje de percibir que en Podemos hay una buena remesa de gilipollas. Si lo dice, en seguida le saltarán al cuello los militantes, individuos incapaces de aceptar que la gilipollez española es transversal.
Los militantes, en su lucha permanente contra la realidad, han inventado un mecanismo ingenioso que se llama “y tú más”. El “y tú más” es un recurso inteligente para desviar la atención. Lo dicho , la gilipollez es transversal.
Patricio González
Ex Alcalde de Algeciras por el PA
El Futuro es Ayer
Einstein decía que no pensaba nunca en el futuro porque llegaba muy pronto. Y que lo diga, maestro. Escribo este artículo en un ordenador que da síntomas de quedarse antiguo. Se queda algunas veces atrapado en su mundo, se atasca cuando quiere y no puede, parpadea con no sé qué intención, da vueltas al reloj y se apaga cuando está cansado. Lo mismo le pasa al móvil, al cargador y a la plancha. Ahora todo caduca muy pronto, hasta las modas y las redes sociales.
El futuro, se acelera que es una barbaridad. El aquí y el ahora. La vida está llena de presentes, dicen en los manuales de autoayuda; el “vive el hoy” y todos esos bla bla bla herederos y copiadores de Paulo Coelho.
Estamos tan pendientes del futuro y de sus asuntos triviales, que el día menos pensado todo es pasado. Hasta ese porvenir que te parecía tan lejano.
Nos dicen que hay que ahorrar, no solo dinero sino también emociones. Y así se pasa la vida. Día a día nos escondemos para el mañana. Y ese ha sido el peor ahorro, que se pase la vida y no hayas consumido los “te quiero” que te dan en la casilla de inicio. Ahora es un poco tarde, pasa la vida y se quedan todos atascados en alguna zona entre cuello y pecho. En ese espacio se duermen, que no se olvidan. Pero te has hecho mayor y ya no hay manera de sacarlos de allí dentro.
El futuro viene tan rápido que crees que un día habrá tiempo para lo que tenías en tu cabeza. Y eso que tenías maduró tanto que se pudrió. Cayó el árbol de las ilusiones. Plaf. Al suelo. Esperar no sirve. No siempre hay que esperar. Nos han repetido tantas veces lo del tren que no se nos escape, que nos hemos conformado con subir a cualquier autobús. Y así andamos. Con las suelas gastadas y el billete del tren en la mano.
También nosotros tenemos caducidad programada. Se nos atascan las rodillas a cierta edad, se nos olvidan algunos nombres y tenemos sueño en horas de fiesta. Así que, más “te quiero”. Más osadía. Más besos. Más llamadas. Más perdón. Más “¿quedamos?”. Más vivas. Más oles. Más carne. Más música. Más audacia. Más insolencia. Más riesgo. Más determinación. Más cariño. Más ternura. Más sentimiento. Más querer. Que el día menos pensado llega… el futuro. Y te pilla sin haberte enterado.
Patricio González
La Vida
La verdad es que siempre he tenido y tengo bastante capacidad para aguantar el dolor físico, lo que se conoce como tener un umbral del dolor muy alto.
Vamos, que ante lo que otras personas quizás se quejan más, yo lo hago poco. Soporto bien a lo largo de mi vida todos los problemas de salud y el dolor físico que me ha tocado pasar.
Pero llega un momento en el que ya nada es un drama, ya nada duele tan intensamente, una vez que has pasado ese umbral. Te duele tanto que ya no te duele. Y me refiero al dolor físico porque el otro, el emocional, el que ataca al corazón, con ese nunca he podido. Y estas alturas de mi vida es muy difícil que cambie. Con ese, me hacen daño de verdad. He sufrido mucho por amistades interesadas, por desengaños, por cosas que te pasan en la vida, por cosas que no te pasan… por la hipocresía que se ha adueñado de todos los ámbitos de nuestra sociedad. Y lo he hecho por familiares, por amigos, por conocidos y por desconocidos. Y hasta aquí he hablado en pasado porque precisamente de eso quiero escribir ahora, de la capacidad que tiene el ser humano para adaptarse a todo, hasta al sufrimiento. Y es que llega un momento en la vida en el que ya nada es un drama. Es difícil a estas alturas pero he tomado la firme decisión de no sufrir más de lo necesario y ante cualquier problema tengo que ser capaz de decir «de otro peor que este ya he salido».
La hipocresía es de lo peor. Esta semana lo he podido comprobar. Pero he decidido firmemente que la vida es un 10% lo que te pasa y un 90% cómo te lo tomas y he decidido que yo voy a tomarme la vida muy bien.
A veces me dicen que soy afortunado. Y yo les digo que sí que lo soy, pero no porque mi vida sea fácil, mi vida no son solo familia, artículos, libros o viajes sino otras partes complicadas que no muestro y es que creo que uno puede hacer que su vida sea tan buena como quiera que sea en gran medida, dejando que los problemas tanto de salud como el daño que intentan hacerme ocupen el espacio más reducido que puedan ocupar. Creo que uno puede hacer que su vida sea tan buena como quiera que sea. Os cuento esto por si resulta que a través de mis ojos mi vida también os parece fácil y maravillosa. No quiero dar esa imagen porque no lo es.
No voy a contaros mis problemas porque hay algo que me gusta menos aún que dar una imagen falsa de felicidad y perfección, y es hablar de penas.
Lo dicho, la vida es un 10% lo que a uno le pasa y un 90% como nos lo tomamos. Y a pesar de la hipocresía, yo la vida me la tomo muy bien.Patricio González
La Cutrez de Eurovisión
La cutrez de Eurovisión forma parte de su diversión. Se soporta el exceso de purpurina porque al fin y al cabo es como un gran carnaval con música ochentera y, al menos en pantalla, sin alcohol. Pero la guasa tiene también su límite. La gran fiesta de la diversidad y la libertad se preserva bajo la inexistente posición apolítica que dice que abandera.
Es como esa supuesta «objetividad» que se le pide al periodismo. Como decía José Luis López Aranguren, las personas podemos ser inmorales, pero nunca amorales, porque la ausencia de una moral ya es una moral en sí. Con lo de «apolítico» pasa lo mismo. No se puede ser apolítico con el argumento de quedar así al margen de las ideologías, porque el apoliticismo es la de la ideología de que “ me importa un carajo el genocidio”.
En el caso de Eurovisión, la ideología es permitir que un Estado que está asesinando a miles de personas ante la pasividad del resto del mundo lave su imagen cantando el lá-lá-lá de turno.
Llama la atención la simpatía europea por Ucrania frente a Rusia y la apatía por Palestina frente a Israel. Lo de Estados Unidos se explica solo, lo de la UE hay que picarlo menudo para poder entenderlo. Resulta, además, extemporáneo el hecho de que incluso los conservadores españoles salgan al paso a defender el exterminio y tortura sistemática sobre un pueblo. Lo decía alguien el otro día pensando en España. Hubiera sido indefendible que cuando existía ETA se hubiera bombardeado Euskadi. Si lo extendemos, sería igual de indefendible que cuando existía el Grapo se hubiera atacado con carros de combate Galicia, o que cuando existía Terra Lliure se hubiera hecho lo mismo con Cataluña.
La supuesta apolítica de Eurovisión es cinismo en estado puro. Pero tampoco es desdeñable la hipocresía de quien sigue en el concurso, como Televisión Española, y quien lo ve, mientras se rasga las vestiduras por los niños y niñas asesinados en Palestina.
Patricio González
¿Y la Regeneración?
Después de suspender su actividad pública durante cinco días y someter, por consiguiente, al país a una especie de limbo presidencial, acompañado de una gran dosis de estrés emocional, donde lo personal y familiar se mezcló con lo institucional y lo político, el presidente del Gobierno de España y secretario general del Partido Socialista, Pedro Sánchez, anunció que seguía en el cargo y que iniciaba un proceso de «regeneración». Todo ello sin mayores explicaciones y sin tomar la medida que sería coherente con sus propios actos al decidir continuar en el cargo: la presentación de una cuestión de confianza.
La propia declaración del presidente obliga a la activación de ese mecanismo constitucional, pues, de lo contrario, Sánchez está dando la razón a quienes sostienen que aquel paréntesis no fue otra cosa que una estrategia orientada a beneficiar a su partido ante un calendario electoral marcado por los comicios en Cataluña el próximo domingo y en junio las europeas.
Cuando no se ha producido ni un año de su investidura, si el presidente cree que ha llegado la hora de esa profunda «regeneración» democrática, de la que no habló ni en la campaña de julio de 2023 ni al recabar los votos de la mayoría en el Congreso para acceder al cargo, lo que corresponde es que dimita y convoque elecciones o que se someta de nuevo a una votación de los diputados. Lo primero no puede hacerlo hasta finales de mayo, de manera que la única salida era esa cuestión de confianza.
Es más: ya está tardando el presidente en comparecer en el Congreso de los Diputados para explicar su hoja de ruta, pues lo visto entre el lunes y hoy confirma que ni su partido, ni Sumar, ni el resto de socios parlamentarios saben a ciencia cierta en qué consiste esa «regeneración», cómo quiere hacerla y, sobre todo, con qué apoyos.
En cuanto a su discurso sobre los bulos y los medios de comunicación, el presidente debe evitar la generalización. Si cree que su esposa o él mismo han sido víctimas de difamación, injurias o calumnias, solo tiene que activar los mecanismos legales para ejercer su derecho a la defensa.
Y si quiere, como ha planteado la Comisión Europea, batallar en serio contra la desinformación, también debe explicar en el Congreso de los Diputados cómo quiere hacerlo y, sobre todo, con qué garantías de que no se trata de una operación nuevamente en su favor y el de su partido.
Patricio González
Somos un Vino de Reserva
¿Se puede saber qué hacemos en este mundo los mayores ? ¿Para qué servimos?. En teoría para mucho, en la práctica para coger el Covid y lo que sea, para gastar dinero público en hospitales, medicinas y pensiones, para que nos hagan un ERE por viejos, para ser taxistas de nuestros nietos, y algunos, de sus hijos porque en estos tiempos se es padre o madre muy tarde. Eso de cada cosa a su tiempo ya pasó a la historia y debe ser porque es verdad que el tiempo es algo relativo, y en el fondo, se trata sólo de una ilusión que ideamos para entendernos.
Los mayores estamos ahí para apagarle los fuegos al Gobierno, apoyando con nuestras pensiones a nuestros hijos y nietos; estamos para pasarle al pariente o a la parienta, además de los hijos, la cuota de manutención si estamos separados o divorciados, somos una seguridad social en la sombra, pero si nosotros necesitamos esa seguridad social nos dan una cita para cuando ya no hace falta porque estamos ante el juicio final.
La mayoría de los medios tampoco nos quieren a los mayores porque saben que somos impermeables a la publicidad, es más difícil engañarnos, no somos una inversión de futuro en una comunicación basada en el show y en la guasa. Y que deberían pagarnos por escucharles.
Pero es que nosotros también hemos sido así y tenemos la ventaja de poder comparar y ahora que somos más sabios no van a poder con nosotros porque estamos en la flor de la vida, algo marchita, pero flor. Somos un vino de reserva que se bebe a pequeños sorbos, somos los que nos hemos dado cuenta que hay gente decente e indecente en todas las fases de la vida, somos los que nos reímos de nosotros mismos y de toda la cursilería que existe y los que sabemos de sobra que todo el tiempo pasado fue peor y por eso ni nos vamos a morir así porque sí, ni nos vamos a dejar que nos maten.
Cuidado que el tiempo también hace afinar la puntería y los mayores tenemos una puntería finísima, estamos vacunados contra todo, incluida la estupidez. Somos capaces hasta de coger el covid y morirnos como acto de servicio a la hostelería y al cachondeo y para que los de menos sesenta sigan con su vieja normalidad.
Patricio González
A estas alturas no puedo cambiar
La verdad es que mi entorno familiar no para de decírmelo, que viva mi vida y me deje de ser abanderado de causas ajenas, que no merece la pena y que este mundo y esta vida está llena de hipocresía. Pero sigo cayendo.
Cuando a un amigo o amiga se la juegan, bien en temas personales o, incluso, políticos y le dejan tirado, siempre me pongo del lado del amigo y llego a enfrentarme a quien sea, (lo he hecho, incluso, a través de artículos de prensa) a sabiendas de que perderé esa otra amistad que antes tenía. Pero luego resulta que en la terrible hipocresía de la vida, estos ambos dos que antes se mataban, se vuelven a hacer amigos por la pura hipocresía de esta sociedad terrible que estamos viviendo. ¿Y quién sale perdiendo?. Pues yo que he dado la cara por un amigo y ahora lo que me encuentro es con un enemigo mientras que ellos vuelven a una amistad que aunque falsa, te deja siempre un mal sabor de boca.
Igual me pasa en temas políticos en defensa de nuestro Campo de Gibraltar y contra el abandono a que nos tienen sometidos, en los que muchas veces me encuentro sólo y no veo reacción alguna en ninguno de las muchas carencias que tenemos. Y esto me lleva, a estas alturas de mi vida a perder amigos cuando siempre he separado la política y las ideas de cada uno, de la vida personal.
Llegas a preguntarte, ¿Por qué me tengo que meter en camisas de once varas?, ¿Por qué clamo en el desierto cuando, realmente, la mayoría de las veces no merece la pena?.
Pues nada, me sigue pasando y no tengo remedio. Así me voy quedando con los amigos verdaderos. Los otros empiezo desde ya a liquidarlos. Me llevo muchos palos. Veo a diario, la hipocresía en las mismas redes sociales donde me encuentro frases que no sienten, gente que en la realidad no se pueden ni ver pero que en las redes son todo dulzura. Esta es la hipocresía y es lo que hay.
Yo, como digo, a estas alturas no puedo cambiar y lo hago por lo mismo que decía aquella fábula en la que aquel hombre comentaba que cuando era joven quería cambiar el mundo. Y que ahora que era mayor, seguía haciendo lo mismo, no para cambiar el mundo, sino para que mundo no lo cambiara a él.
Patricio González
Ex Alcalde de Algeciras (PA)
Tras la Declaración Conjunta sobre los avances en el Acuerdo UE-Reino Unido en relación con Gibraltar, se abren muchas expectativas
La noticia de un cercano y posible acuerdo sobre el futuro de las relaciones entre la Comunidad Europea, España y Gibraltar, después de más de 300 años de desencuentros, de momentos de crispación y de inútil enfrentamiento derivado en campañas de intoxicación anti gibraltareña y en cierre de la frontera o mas recientemente en intentar poner palos a la rueda para frenar y asfixiar a Gibraltar con colas, movilización de pescadores exacerbando el odio al Peñón o fomentando las largas e inhumanas colas, ha motivado muchas opiniones en su gran mayoría favorables al Acuerdo.
De entre todas ellas destacamos por su realismo y mesura la del magistrado Manuel Gutiérrez Luna que hasta su jubilación ha sido presidente de la sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y antes lo fue de la Audiencia Provincial en su sección de Algeciras y que se ha mostrado y se muestra como un entusiasta valedor de la entrañable comarca del Campo de Gibraltar, cuya problemática y realidad socioeconómica tan bien conoce.
Dice al respecto el magistrado Gutiérrez Luna que «Siete años hace que Reino Unido decidió salir de la Unión Europea y con él, Gibraltar Desde entonces, la regulación del status jurídico del Peñón, y sus relaciones con España, se dejó para que se negociara entre Reino Unido, España y la Unión Europea.
Varios han sido los intentos de cerrar esos Acuerdos, que, entre otras muchas cuestiones, afecta a trabajadores españoles que, a diario cruzan la Verja, en número superior a los 1.500.
Por fin, estos últimos días, se ha alcanzado en Bruselas un pacto de “lineas de políticas generales” sobre Gibraltar, a un alto nivel, con avances significativos y se anuncia progresos en las próximas semanas; y que ha de favorecer la prosperidad compartida en la zona del Campo de Gibraltar.
Y pese a las críticas que se puedan hacer por los no partidarios de este Acuerdo, lo cierto es que, como toda cuestión relacionada con el Derecho -y ésta lo es-, no se puede dejar de lado un asunto que afecta a miles de personas de ambas partes, deseosas de que exista paz, armonía y entendimiento.
La Verja que separa Gibraltar de La Linea debe desaparecer, y parece va ser así, e igualmente el uso compartido del aeropuerto gibraltareño, ya que, contribuirá a su uso conjunto, y al propio tiempo, una mayor unión de la que existe entre ciudadanos de ambos lados.
Cuestiones tan importantes como la armonización fiscal, control de pasajeros en el aeropuerto, equiparación de derechos laborales y pensiones, tránsito de mercancías, movilidad de pasajeros, sin colas, así como la relativo al medio ambiente, queda por determinar, pero que equiparará a Gibraltar con otros territorios europeos.
Concluyo con la esperanza de que el fin del Acuerdo sea inmediato y se aborden todas las cuestiones que interesan a los ciudadanos campogibraltareños en este siglo XXI. El tema de la soberanía de España sobre el Peñón, no ha sido parte de la negociación, por lo que queda intacta esa más que centenaria petición.
Pero reitero que lo importante es dar salida en estos momentos a cuestiones que afectan e interesan a todos y que redundará en esa anunciada mayor prosperidad de la zona», termina diciendo el magistrado Gutiérrez Luna.
Aparte de ésta interesante declaración del magistrado Gutiérrez Luna otras muchas opiniones de destacadas personalidades se han hecho oír al respecto. El diputado nacional y presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados, Juan Carlos Ruiz Boix es uno de los fervientes defensores de ese Acuerdo. Y desde la Junta de Andalucía y desde otros muchos estamentos también hay una corriente favorable a la firma del Acuerdo.
En “La Tribuna Hoy” Andalucía y en mas de una ocasión hemos apuntado las muchas formas de lograr esa “Prosperidad Compartida” que haga de todo este entorno de una de las Bahías más bonita de Europa y estratégicamente a caballo entre Europa y Africa, un polo de riqueza, si se dan unas sugestivas condiciones que lo propicien.
Goza Gibraltar de una posición privilegiada en el mundo de los negocios. Lo demostró cuando su Centro Financiero supo captar a las más importantes compañías de seguros y de juego, actualmente radicadass en Gibraltar o cuando se nos mostró, aunque dentro de las limitaciones de espacio físico, como Toyota, a través de una firma gibraltareña como Bassadone Motor, ensambla y acondiciona alguna de las variantes de sus vehículos; el auge de Península Patroleum, etc. como alguno de los muchos ejemplos de la capacidad gibraltareña para los negocios y la creación de trabajo.
Con esta finalidad, Gibraltar desplegó una serie de oficinas en los más importantes centros de riqueza y negocios del mundo: Hong Kong, en China, Washington y Nueva York en los Estados Unidos potenciando con la Cámara de Comercio Amcham con las mejores relaciones con Gibraltar, que ha sabido esgrimir la larga data de las buenas relaciones norteamericanas con el Peñón donde tanto se ayudó a la US Navy, recordando que el General Eisenhower tuvo el mando absoluto en el Peñón donde estaba el Cuartel General aliado que dirigió la campaña de Africa contra Rommel.
Las oficinas de Gibraltar en Bruselas, en Londres, en lugares como Brasil están listas para difundir la más atractiva propuesta tendente a captar empresas que puedan tener su central en el Gibraltar World Trade Center, que está comunicado con todos los World Trade Center que en el mundo son y disponer de suelo, de naves industriales y de mano de obra abundante en los polígonos cercanos de Campamento, el polo químico entre Puente Mayorga y Miraflores con el de La Pólvora al lado y poder favorecer proyectos de envergadura en el mundo del Turismo y el Ocio que sean sugestivos para las grandes corporaciones americanas (o Chinas) en la amplitud del valle del Guadiaro teniendo como base el prestigio mundial que ya tiene Sotogrande con una apetecible zona de bosques y naturaleza que lo engarzan con Castellar, sin olvidar que el escaso término municipal de La Línea también podría desplegar alguna oferta, aunque no tanto industrial como residencial, ya que, a poco que se puedan conseguir ventajas que hagan apetecible la instalación de empresas y de industrias bajo el paraguas de la “Prosperidad Compartida” (Gibraltar aporta capacidad de gestión y captación en el mundo entero, una élite de profesionales muy preparados, hablando el idioma del dinero,World Trade Center, etc. etc y la zona adyacente del Campo de Gibraltar suelo y mano de obra con las ventajas fiscales o laborales que sería obligado legislar) precisaría de una ciudad residencial que bien podría desarrollarse en La Línea de la Concepción.
Es decir que la “Prosperidad Compartida” presenta un abanico de posibilidades si se saben conjugar las potencialidades de uno y otro lado.
Esta claro que ello ha de suponer una singularidad para el territorio, que ha de contar con medidas excepcionales, al menos para los términos municipales de San Roque y La Línea con extensión a Castellar y Los Barrios quizá dada la importancia del Polígono Guadacorte en este último.
A ver los políticos, bien asesorados por los técnicos, una vez logrado y firmado ese anhelado Acuerdo, cómo van a ser capaces de hacer posible la “Prosperidad Compartida” . Gibraltar tiene mucho que decir en cómo hacer y actuar ante esta nueva perspectiva y como hacerla sugestiva para las empresas que han de crear riqueza y empleo. Y la Administración de la Europa Comunitaria y de España ver como darle una forma sugestiva con la legislación adecuada.
España y Gibraltar, eliminadas las trabas de la frontera y logrado el paso con fluidez han de abordar con amplitud de miras si esa Prosperidad Compartida persigue la creación de un polo de creación de puestos de trabajo y bienestar a las puertas de Africa, en pleno Esrecho y si la Comunidad Europea lo bendice con las grandes inversiones que lo hagan posible.
La más urgente, un nuevo trazado que haga posible la Alta Velocidad saliendo por Los Barrios y Los Alcornocales hacia las grandes llanuras de Medina, el aeropuerto de Jerez, Los Palacios, etc. y sin paradas ninguna, circunvalar Sevilla para plantarse a 400 kilómetros hora o más, en Córdoba y de alló a Madrid, Barcelona y Europa.
Y la arcaica línea Jerez-Algeciras “mata vacas” utilizarla para tráficos lentos y turísticos que sirvan para admirar el paisaje y la belleza de la Serranía.
José Luis Yagüe Ormad
Es decir que la “Prosperidad Compartida” presenta un abanico de posibilidades si se saben conjugar las potencialidades de uno y otro lado.
Esta claro que ello ha de suponer una singularidad para el territorio, que ha de contar con medidas excepcionales, al menos para los términos municipales de San Roque y La Línea con extensión a Castellar y Los Barrios quizá dada la importancia del Polígono Guadacorte en este último.
A ver los políticos, bien asesorados por los técnicos, una vez logrado y firmado ese anhelado Acuerdo, cómo van a ser capaces de hacer posible la “Prosperidad Compartida” .
España y Gibraltar, eliminadas las trabas de la frontera y logrado el paso con fluidez han de abordar con amplitud de miras si esa Prosperidad Compartida persigue la creación de un polo de creación de puestos de trabajo y bienestar a las puertas de Africa, en pleno Esrecho y si la Comunidad Europea lo bendice con las grandes inversiones que lo hagan posible.
La más urgente, un nuevo trazado que haga posible la Alta Velocidad saliendo por Los Barrios y Los Alcornocales hacia las grandes llanuras de Medina, el aeropuerto de Jerez, Los Palacios, etc. y sin paradas ninguna, circunvalar Sevilla para plantarse a 400 kilómetros hora o más, en Córdoba y de alló a Madrid, Barcelona y Europa.
Y la arcaica línea Jerez-Algeciras “mata vacas” utilizarla para tráficos lentos y turísticos que sirvan para admirar el paisaje y la belleza de la Serranía.
José Luis Yagüe Ormad
El vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Maroš Šefčovič, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, José Manuel Albares, y el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Cameron, junto con el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, se han reunido en Bruselas este viernes 12 abril.