Desarrollo Sostenible busca potenciar dormideros comunales de esta especie amenazada en zonas seguras, llamando la atención de ejemplares jóvenes durante sus vuelos migratorios
Uno de los capítulos más recordados de la mítica serie ‘El Hombre y la Tierra’ tenía como protagonista a Gaspar, un “buitre sabio” que agarraba piedras con el pico y, después de muchos intentos, lograba romper un falso huevo de avestruz para comerse su interior. En este episodio excepcional, Félix Rodríguez de la Fuente demostró que el alimoche es una de las pocas aves capaz de usar herramientas naturales y que esta capacidad es, además, congénita y no aprendida.
Hoy esta habilidad está siendo aprovechada por la Junta de Andalucía para ‘reclutar’ jóvenes alimoches con el objetivo de aumentar la población de estas aves necrófagas, especie que se encuentra en peligro de extinción en toda España.
La experiencia piloto que está desarrollando la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible consiste en la utilización de huevos de avestruz infértiles, cedidos por el zoológico de Córdoba, que son colocados estratégicamente en zonas donde estas aves realizan sus paradas durante sus vuelos migratorios. Lo que persigue el Gobierno de Andalucía con esta práctica es ver en qué medida el uso de estos huevos de avestruz contribuyen a fijar a ejemplares jóvenes en áreas seguras de la comunidad como futuros reproductores y, con el tiempo, utilizarlos para potenciar dormideros comunales de esta especie en Andalucía.
Hasta el momento los resultados están siendo satisfactorios. Así se desprende de las imágenes de las cámaras de fototrampeo situadas en las zonas controladas donde se están colocando los huevos de avestruz, a fin de monitorizar esta experiencia pionera y poder comprobar los resultados. Según estos videos, las aves se muestran claramente interesadas por los huevos y se están produciendo ejemplos muy interesantes de socialización entre ejemplares de distintas edades durante largos espacios de tiempo.
Una vez esté comprobado el éxito de esta experiencia piloto en muladares que gestiona la consejería, la siguiente fase contempla trasladar esta iniciativa a territorios de nidificación de esta especie en Andalucía.
Conservación de la especie
Esta es una de las actuaciones que está desarrollando la consejería que dirige Carmen Crespo para la conservación de esta especie. La situación del alimoche es crítica. De las 90 parejas de esta ave necrófaga que había en la comunidad a finales de los 80, ahora solo quedan alrededor de 25. Es, sin lugar a dudas, la rapaz más amenazada de Andalucía.
El año pasado, la Junta decidía incorporar la comunidad al Programa Europeo de Especies Amenazadas para el Alimoche y ceder temporalmente ejemplares a centros especializados existentes en el continente para reforzar la cría en cautividad. A cambio, sus descendientes son liberados en Andalucía. Asimismo, el territorio andaluz pasa a ser una de las zonas prioritarias para la reintroducción de otros ejemplares nacidos en estos centros, aunque estas crías no tengan como progenitores a algunas de las aves cedidas. El objetivo es común: evitar que se extinga el más pequeño de los buitres europeos.
En este sentido, la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha subrayado la apuesta del Gobierno autonómico por la conservación del alimoche, dentro de la Revolución Verde que lidera el propio presidente, Juanma Moreno. Crespo ha señalado como una prioridad “proteger el extenso patrimonio natural de Andalucía” y ha destacado “el tremendo esfuerzo” de quienes trabajan en el Plan de Recuperación y Conservación de Aves Necrófagas.