El ancestral rito anual de la Matanza, se ha celebrado en La Cumbre de Molvizar, para deleite de una centenar de amigos. Vicente González y su mujer Paqui habían encargado que se cebara a base de maíz, frutos, bellota y pienso, un magnífico ejemplar que luego hizo las delicias de los comensales que pudieron disfrutar de un día excepcional.
En el Restaurante La Cumbre de Molvizar, se come a la antigua usanza, es decir, bien. Nada de pitiminí ni monsergas. Tiene un enorme horno de carbón de encina que proporciona unos asados magistrales, dando a las carnes un sabor único. Eso unido a la fama que tienen sus platos de cuchara, sus guisos caseros, sus berzas, su carne con tomate natural, su arroz con conejo y perdiz o su excelente menú del día, la han dado fama a muchos kilómetros a la redonda. De Granada capital, a tan solo veinte minutos de Molvizar, empresarios y personalidades relevantes se escapan hasta este emblemático restaurante de la Costa Tropical de Granada, para comer como Dios manda.
El rito de la Matanza ya apenas si está en uso, dicen que porque asusta a los chiquillos que no están acostumbrados o a ese modernismo que no entiende de ritos. Se comen la hamburguesa, sin pensar en más.
El caso es que, como decía el llorado Juan Luis, de Tarifa en sus divertidas intervenciones en el programa de “El Loco de la Colina” en Canal Sur, el cerdo es comestible desde el morrillo al rabo y por eso aseguraba que del cerdo le gustaban “hasta los andares”. Es una gran realidad. Viviendo esta Matanza en La Cumbre, de Molvizar lo pudimos comprobar deleitando nuestro paladar con las morcillas saliendo humeantes de la gran olla con agua hirviendo o los filetes a la brasa del secreto, la presa o los lomitos.
Vicente y Paqui demostraron ser unos anfitriones excepcionales. Para empezar habían subido de la huerta unos tomates sabiendo a tomate, que picados con ajitos sobre la marcha y regados con ese aceite de oliva que proporciona a La Cumbre y a los grandes restaurantes gran gourmet, como Santiago y El Copo, Angel Alvárez de “La Hacienda de Isabel” y “La Alquería de Zafra” era una delicia natural que se apreciaba para abrir boca, igual que las habas frescas en esa costumbre netamente granaína o los rabanitos recién sacados de la tierra, aunque a mi me embelesaron las berenjenas fritas con azúcar de caña, en un punto crujiente, sublime.
Luego, ya vinieron las delicias típicas de la matanza antes de pasar al gran salón donde las grandes mesas contaban al centro con la típica ensalada de naranja, las delicias del bacon, la habas y otras exquisiteces, para ir abriendo boca. Puso Vicente unas jarras de vino joven que acababan de traerle de un cercano lagar, es decir, vino clarete de las viñas de Molvizar y Salobreña, que era una delicia, entraba bien y no hacía daño. Al momento se pasaba su efecto. Delicioso.
“Aquí todo natural”, repetía ese Vicente, medio descamisado por la faena, que gozaba viendo gozar a los demás, saboreando algo único. El matarife, todo vestido de blanco, sabía muy bien donde tenía que cortar para llenar la parrilla. Y a fe de los comentarios de todos, sí que acertaba, proporcionando al paladar sabores exquisitos y poco comunes.
La fiesta prometía. El maestro Gordillo, que quince días antes, mano a mano con el otro gran maestro del piano, Felipe Campuzano había deleitado a los comensales del almuerzo de José Antonio Gómez Gutiérrez, de Cope-Marbella, en el incomparable marco de los salones del Da Bruno Sul Mare, se había subido al escenario para tocar el piano, con esa sabiduría con que sabe hacerlo el genial compositor y caldear musicalmente el ambiente.
Pronto se arrancaron cantantes, como su hermana Ani Gordillo para encandilar con La Copla, mientras llegaba Lorena González, la hija de Vicente y Paqui, que canta flamenco de maravilla y que recientemente ha acompañado al bailarín Antonio Canales en su gira artística por España. Los compases de Maria la Portuguesa y España Cañi, arrancaron a algunas parejas a bailar.
La fiesta de la Matanza en La Cumbre, de Molvizar, fue completa.
Video de la Segunda Parte con Actuación de Pedro Gordillo y su Hermana Ani y un poco de humor por parte de Vicente Gonzalez Garcia (Propietario de Retaurante La cumbre de Molvizar
Fotos de Helena Olaya-José Egea Pozo.