Artículo publicado en: https://cronicadefrontera.com/2020/12/28/brexit-el-grito-desesperado/
La Corporación Municipal de La Línea de la Concepción al completo ha lanzado un grito desesperado a los negociadores de España, el Reino Unido y Gibraltar para que alcancen un acuerdo para el Peñón antes de Nochevieja y el Brexit sea pactado en esta zona. Gibraltar, La Línea y el Campo necesitan realmente ese acuerdo, basado en la movilidad, que no está garantizada por el ‘Pacto de Nochebuena’ entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE). El propio ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, destacó este aspecto en su difícil comparecencia del domingo por la tarde: la movilidad.
Sería una diabólica paradoja que el Reino Unido -que fue, en definitiva, quien decidió salir de la UE- disfrute de unas garantías que Gibraltar y el Campo de Gibraltar, a día de hoy, todavía no tienen. Y sería paradójico porque, a mi entender, no sería justo que precisamente el territorio que votó en un 96% por permanecer en la UE no tuviera unas condiciones de salida pactadas, cuando sí las ha logrado el Reino Unido.
En el caso de La Línea y el Campo de Gibraltar, el asunto es aún más grave: porque esta tierra sí continúa perteneciendo a la Unión Europea. Entonces, de no resolverse el espinoso asunto de los controles de Schengen y la policía que debe custodiarlos, resultaría que el territorio más europeísta dentro de esta esquizofrénica ruta del Brexit y su zona aledaña, que continúa perteneciendo a la Unión, serían los únicos territorios que no disfrutarían de las condiciones adecuadas para una salida ordenada. Los ciudadanos de esta zona no van a entenderlo, si no llega el acuerdo. Y tampoco deberían olvidarlo.
Comprendo que el asunto que separa a las delegaciones no es menor, dado que podría conllevar implicaciones de soberanía que los negociadores deben bordear con suma sensibilidad. Porque las posiciones de cada parte son muy claras. Ahora bien, llegados a este punto, y con el reloj en marcha a tres días del final del proceso de transición, sólo hay un camino y es el camino hacia adelante: están obligados a encontrar solución.
Ya que, si bien es importante la diferencia entre las delegaciones, no lo es menos la compleja situación de desorden a la que abocarían a toda esta zona, a ambos lados de la frontera, si en este tiempo de descuento no hubiera forma de concretar el ansiado acuerdo. Y, a lo ya expuesto, se sumaría otra decepción para la población de esta zona, ya harta de promesas incumplidas, trenes que no llegan y otros que pasan de largo, como sería el caso, sin parar en una estación clave.
Cuando ya las instituciones, empresas, mercados y ciudadanos respiran aliviados por el ‘Pacto de Nochebuena’, el sur del Sur de Europa lanza un grito desesperado de ayuda desde lo más profundo. Porque hay que cerrar la última puntada de un acuerdo que queremos, necesitamos y nos merecemos para dar carpetazo a las enormes interferencias que siempre han presidido las relaciones en esta zona. Para dialogar, frente a frente, de los problemas que verdaderamente nos afectan. Porque es vital desarrollar el enorme potencial que tiene este área, sin rehuir ningún escollo, pero desde una posición segura para todos los que vivimos en torno a esta frontera. No bajaremos los brazos.