Con la presencia de numerosos obispos y sacerdotes llegados desde Malta, con el arzobispo monseñor Charles Scicluna Jude a la cabeza; deTánger, el arzobispo Santiago Agrelo; de Sevilla, Cádiz-Ceuta y de otros muchos lugares como de Gran Bretaña, desde donde viajó el secretario de la Nunciatura, Monseñor Vicent, representando al arzobispo Mennini o el obispo Ralph Heskett, de la diócesis de Hallan en Londres, que ha sido hasta ahora administrador apostólico de Gibraltar, se ha celebrado la solemne ceremonia de entronización y toma de posesión del nuevo obispo de Gibraltar, el maltés monseñor Carmelo Zammit.
El ministro principal del Gobierno de Su Majestad en Gibraltar, Fabián Picardo acompañado de su esposa, del vice primer ministro, Dr. Joseph García y Sra. y otros ministros del Gabinete y miembros de la Oposición; el teniente general de los Royal Marines, Ed Davis, como representante de S.M la Reina Isabel II en Gibraltar, con su ayudante de campo; el speaker del Parlamento y alcalde de Gibraltar Adolfo Canepa, el ex ministro principal Sir Peter Caruana, representantes de otras confesiones, destacando la presencia musulmana con el imán de la mezquita, así como el rabino y otros destacados hebreos que dieron testimonio de la coexistencia pacífica de las diferentes religiones monoteístas que existen en Gibraltar y con una gran cantidad de fieles, representantes de las 6 parroquias católicas que existen en Gibraltar, llenaron el recinto de la catedral de Santa María la Coronada.
Representando al ministro principal de Malta, llegó el ministro Stefan Bountempo.
El obispo Carmelo Zammit se postró a los pies de la imagen de Nuestra Señora de Europa y sobre la cripta donde reposan los restos del querido obispo de Gibraltar, monseñor Charles Caruana, que falleció después de culminar una gran tarea apostólica y de dar realce mundial a la celebración de los 700 años de la Devoción a Nuestra Señora de Europa en Gibraltar, congregando a todos los rectores de los santuarios marianos de Europa y a una gran cantidad de príncipes de la Iglesia junto al enviado especial del Papa, en unas jornadas que el pueblo de Gibraltar siempre recordará.
El nuevo obispo, que ha estado durante años trabajando su apostolado en Gibraltar como misionero, fue recibido con un fuerte abrazo a la puerta de la catedral por el dean, monseñor Paul Bear que junto con el rector del Santuario de la Virgen de Europa, Charles Azzopardi, son los dos monseñores que ha regentado la diócesis durante estos años de sede vacante.
Una larga procesión de sacerdotes, diáconos y obispos, presidida por la Cruz y los Evangelios que portaba el Arzobispo llegó hasta las puertas de la catedral acompañando al recientemente consagrado como obispo, monseñor Carmelo Zammit.
Durante la brillante ceremonia de la entronización y la Eucaristía donde oficiaron también sacerdotes llegados de las distintas poblaciones del Campo de Gibraltar y la Costa del Sol, el nuevo obispo de Gibraltar pronunció una homilía en la que tras agradecer la presencia de todos y su apoyo, resaltó que humildemente se sentía honrado por las confianza que en él había depositado el Papa Francisco para servir a la Iglesia en Gibraltar. No tengo méritos para tanto honor y como me dijo el cardenal Nichols en su homilía durante mi reciente ordenación en Malta, esto no es ninguna promoción, ni de honores ni de rango, sino un firme encargo para dar testimonio de Cristo, para trabajar por la Iglesia y para cuidar un rebaño.
Mis deberes como obispo-continuó- son los de liderazgo, de difundir la enseñanza de la Iglesia y de santificar, difundiendo las buenas nuevas del amor y la misericordia de Dios. Mi compromiso está en difundir fielmente las enseñanzas de la Iglesia, servir a los necesitados y buscar a la oveja perdida. Y esto he de hacerlo con la colaboración de mis hermanos sacerdotes de la diócesis de Gibraltar que comparten conmigo este ministerio. Quiero ser un padre para todos, pero especialmente para mis hermanos sacerdotes. Y rezo para poder estar a la altura de las circunstancias y de todo lo que Dios, la Iglesia y el pueblo de Gibraltar espera de mí.
En Gibraltar como en la mayoría de otros países desarrollados, hay una inundación de la secularización. Vivimos en una cultura que promueve el hedonismo y el individualismo. El materialismo se ha hecho cargo de la vida de muchos. Pero estas son realidades que no tienen soluciones rápidas y a las que tenemos que hacer frente. Mi misión como obispo en los próximos años es dirigir y acompañar para dar respuesta a estos retos, resaltó.
Como muchos de ustedes ya saben, me encanta Gibraltar y me gusta mucho vivir aquí. En mis largos años de vida entre vosotros en Gibraltar he experimentado por mí mismo el deseo muy fuerte y el compromiso que hay aquí para vivir juntos en paz y armonía unos con otros sin las tensiones que existen en otros lugares debido a las diferencias religiosas, culturales o de otro tipo.
Como obispo estoy comprometido a ser un constructor de puentes. Francisco nos insta a ser una Iglesia donde todos puedan sentirse bienvenidos, amados, perdonados y animó a vivir según el Evangelio. Hay un lugar y un espacio en la Iglesia para todos, ya sean casados ??o separados o divorciados, para los pecadores y para el pueblo santo y para las personas no tan santas y, de todas las orientaciones sexuales. Que nadie quede excluido. Todos han sido creados a la imagen y semejanza de Dios. Todos tienen derecho a la misma dignidad y respeto en nuestra Iglesia y en la sociedad resaltó el obispo Zammit.
Tenemos ante nosotros la tarea formidable, en la situación actual, de la transmisión de la fe a la siguiente generación, de evangelizar a una sociedad moderna y en gran medida escépticos, tratando de difundir la semilla que incite a los jóvenes a servir a la Iglesia como sacerdotes y religiosos.
Algunos abuelos y los padres pueden preguntarse si van a ser los últimos católicos y los últimos creyentes en su familia! La única respuesta a estos retos es dar testimonio de nuestra fe en la forma en que vivimos nuestra vida. testigo fiel a los valores del Evangelio me ha inspirado de la gente en el pasado y seguramente va a inspirar a otros en el futuro.
Hay que esforzarse más para entender a las personas jóvenes y otras personas que son escépticos, y reconocer que ellos mismos son influenciados por la misma sociedad moderna y que ven las cosas diferentes a nosotros.
Nos acercamos al final del año jubilar de la misericordia proclamada por Francisco. He elegido como mi lema episcopal la expresión que se encuentra en el canto del Te Deum: «Señor, ten piedad de nosotros».
En mi vida-dijo el obispo-, María ha ocupado un lugar muy destacado, ya que en mi parroquia en Malta se celebran tres fiestas del pueblo dedicadas a María, y en Gibraltar tenemos esta catedral dedicada a María y también el santuario dedicado a Nuestra Señora de Europa. Me gustaría pedir a todos ustedes hoy que recen por mí a la Madre de Dios, y también que rodee a todos con su amor y protección.
¿Puedo terminar con los últimos versos del Te Deum: «Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad. Señor nos muestre su amor y misericordia, para los que ponemos nuestra confianza en ti. En ti, Señor, es nuestra esperanza, y nunca deberá esperar en vano «.
Que Dios bendiga a Gibraltar y todos sus habitantes, finalizó pidiendo monseñor Carmelo Zammit.