La periodista Amparo de la Gama, ha denunciado en las páginas de El Confidencial, un grave incidente que, según informa, ha creado un gran malestar en la Familia Real Saudí, cuya mayoría de miembros, sí acude a Marbella a pesar de que el actual Rey Salman ha dejado de venir a la Costa del Sol de vacaciones como hizo durante más de 30 años, eligiendo ahora Tánger, donde el pasado verano celebró la boda de su hija con más de tres mil invitados llegados de todas las partes del mundo.
Precisamente el año pasado hizo una breve escapada desde Tánger en helicóptero (a tan solo 15 minutos de Marbella) para asistir al cumpleaños de una de sus nietas, regresando de inmediato a Tánger, cosa que no ha ocurrido este año, donde si ha habido celebraciones familiares importantes, con la presencias del príncipe heredero de Arabia Saudí, su hijo mayor y otros hijos y nietos, así como los hijos y nietos de su hermano el fallecido Rey Fahad, que si han venido ocupando cada verano sus palacios, especialmente el Al Ryad y el Mar Mar (réplica de la Casa Blanca), trayendo con ellos, desde Ibiza, algunos de sus grandes yates, como el Atlantis, que ha podido verse frente a las costas de Marbella, ya que por su tamaño no puede recalar en Puerto Banús. Los miembros de la Familia Real de Arabia Saudita han sido, hasta ahora, fieles a sus vacaciones en Marbella, donde cada verano gastan un río de oro en compras (algunos grandes almacenes se dice que abren especialmente unas horas en la noche para que las princesas adquieran todo un cargamento de productos de moda, joyas y perfumes).
Desde que el Rey Salman se ha aposentado definitivamente en su palacio de Tánger, donde se le construye un puerto especial para su yate Tueq, con el que se sabe se desplazó en viaje privado a Gibraltar y donde goza de una playa privada exclusivamente para su séquito, Tánger ha subido como la espuma y hoy en día es una de las ciudades con más auge de toda África. La inversión saudita se hace notar por todas partes. Y la presencia de dignatarios árabes y sus familias llenando los establecimientos comerciales y dando vida y riqueza a Tánger, es algo evidente.
Sin embargo la familia real saudí, sigue prefiriendo Marbella a pesar de haberse encontrado con algunas dificultades que parecen expresamente diseñadas para expulsarla de Marbella. Incidentes inexplicables, como el que relata Amparo de la Gama sin duda que pueden contribuir a ello.
Durante todo el verano, desde que llegaran a Marbella nada más terminar el Ramadán, la familia real saudí, como otras importantes del Golfo (Qatar, Emiratos (su presidente tiene en El Batatal un Palacio impresionante), Abu Dabi, Bahrein), han disfrutado del clima suave del verano habitual de Marbella y de los atractivos que la ciudad ofrece como lugar de compras como La Cañada, Puerto Banús, Ricardo Soriano, etc. y de lugares de recreo y de excursiones cercanas. De hecho el helipuerto del palacio Real ha tenido una gran actividad de vuelos no solamente entre Tánger y Marbella, así como de Fez y de otros lugares de Marruecos, sino de otras excursiones a Granada y Córdoba, igual que aviones privados al servicio de la Casa Real saudí.
El incidente relatado por Amparo de la Gama, que al parecer ha sido corroborado por camareros y empleados de los restaurantes afectados, así como por los escoltas, podría hacer un gran daño a la economía de Marbella y por ende a la economía de España, si el mismo se aprovecha para el traspaso definitivo de la Familia Real Saudí a Tánger, donde tanto se les mima y cuida.
El Confidencial publicaba ayer que: El príncipe Abdullah, hijo del rey Salman de Arabia Saudí, ha interpuesto una queja ante el Ministerio del Interior español por, según su versión, el trato vejatorio que la policía nacional dio a su familia y a su séquito la noche del martes en los restaurantes de Marbella Finca Besaya (en plena Milla de Oro) y El Ancla, situado junto al complejo Guadalmina, donde reside el ex presidente del Gobierno de España, José María Aznar) .
En la Finca Besaya llegaron a encañonar a una de sus hijas, que celebraba allí su cumpleaños, según denuncia a este diario M. G., escolta de la familia real saudí que estuvo presente durante los hechos. Por su parte, la Policía Nacional niega que hubiera «ni violencia ni intimidación».
Según la versión de los escoltas, «la policía nos trató realmente como si fuéramos terroristas. Nos rodearon con las armas (metralletas se dice) y la princesa Susu, nieta del rey Salman, lloraba asustada. Ninguno entendíamos qué estaba pasando. Yo he sido policía y ya estoy jubilado, estoy con la Casa Real Saudí desde los años ochenta y jamás había visto algo semejante. Este incidente va a traer cola…», mantiene M. G.
Dada la gravedad de las acusaciones de los escoltas del cuerpo de seguridad de la Casa Real Saudí a El Confidencial, este periódico se ha puesto en contacto con el departamento de prensa de la Policía Nacional, que asegura que «las dos actuaciones en sendos restaurantes de Marbella se hacen sin violencia y sin intimidación. Lo que realizaba el Grupo de Investigación de la Unidad Territorial de Seguridad era perseguir una irregularidad en el servicio de falsos escoltas intrusos, para que la normativa de seguridad se cumpliese.
Cumpleaños y metralletas
Los escoltas que han denunciado el hecho insisten en que «la actuación fue desmedida. Pidieron pasaportes y documentación sin dejar explicarnos y mientras nos encañonaban, lo que daña nuestra imagen pública. En el restaurante nos miraban como si fuéramos auténticos delincuentes. Nosotros protegíamos a las princesas y las montamos en un coche para que las llevaran directas a Palacio. El mismo hijo del rey Salman llamó para dar la orden de que el chófer devolviera a las niñas a casa.
Cumpleaños y metralletas
Los escoltas que han denunciado el hecho insisten en que «la actuación fue desmedida. Pidieron pasaportes y documentación sin dejar explicarnos y mientras nos encañonaban, lo que daña nuestra imagen pública. En el restaurante nos miraban como si fuéramos auténticos delincuentes. Nosotros protegíamos a las princesas y las montamos en un coche para que las llevaran directas a Palacio. El mismo hijo del rey Salman llamó para dar la orden de que el chófer devolviera a las niñas a casa.
La actuación fue desmedida
Pidieron pasaportes y documentación sin dejar explicarnos y mientras nos encañonaban, lo que daña nuestra imagen pública.
Los hechos tuvieron lugar la noche del martes en los restaurantes de lujo marbellíes Finca Besaya y El Ancla. En el primer establecimiento celebraba la princesa Susu su 17 cumpleaños, y en el segundo, su padre, el príncipe Abdullah, cenaba con su familia para despedir sus vacaciones estivales en Marbella. En ambos restaurantes y a la misma hora se puso en marcha el dispositivo policial de registros de escoltas por parte de la Policía Nacional.
M. G. explica que Abdullah, primogénito del rey, había estado por la tarde en Tánger visitando a su padre Salman en la residencia de verano que tienen en Jiblia. Venían cansados y decidieron salir a cenar fuera con su séquito. Con ellos estaban la seguridad que vienen contratando desde hace años, donde hay un exlegionario, un ex policía local y un policía nacional jubilado. Gente de confianza de muchos años. En la intervención de la policía invitaron a que el mismo príncipe pusiera las manos encima de la mesa. Él no dejaba de decir que les dejaran en paz, que tenía inmunidad diplomática. Nadie entendía nada.
Pensábamos en un atentado
Este medio (El Confidencial), se ha puesto en contacto con el personal de los dos restaurantes donde tuvieron lugar los hechos. En ambos han declinado hacer declaraciones, aduciendo la protección de la intimidad de sus clientes y de su local. Una de las clientas de Finca Besaya, que esa noche cenaba en el establecimiento, C. S., informa a este medio: Estábamos en los postres cuando vimos que la policía entraba y se formaba un barullo tremendo. Hubo mesas que se levantaron y se fueron. Pensábamos que había habido un atentado o algo así… Con la psicosis que hay, nadie está tranquilo. Ver a la policía con la metralleta impresiona. Luego les bajaron a la parte de los aparcamientos de los coches y ya no vimos más.
El expolicía M. G. mantiene que el mismísimo príncipe les ha comunicado personalmente la protesta que va a realizar al Ministerio del Interior que dirige Juan Igancio Zoido. Y avisa del daño que estas actuaciones, a su entender, tienen para la ciudad. «Es gente que deja millones en Marbella. Cuando salimos con ellos, vemos que se dejan muchos miles y miles de euros diarios en la ciudad. Este es el turismo que debemos cuidar.
Su padre Salman ya no quiere venir a España. Y ahora van a conseguir que sus hijos tampoco quieran pisar Marbella.
En las fotos del archivo de nuestro director José Luis Yagüe, algunos aspectos de la estancia feliz del entonces príncipe y hoy, Rey Salman de Arabia Saudita en Marbella, donde tantos beneficios ha dejado la inversión saudí y tanto ha fortalecido la economía de la región y el desarrollo del llamado turismo de calidad o turismo de lujo. Ahora, el Rey Salman es mimado en Tánger para que se olvide de Marbella y de España.