Como en los tiempos del estado de alarma, el presidente Pedro Sánchez compareció en Moncloa para anunciar las medidas aprobadas en el Consejo de Ministros extraordinario, un paquete de medidas orientado a mitigar los estragos económicos derivados de la guerra en Ucrania. A falta de ver letra pequeña en el Boletín Oficial del Estado, la primera impresión es la de un presidente que busca, por encima de otras consideraciones prácticas, un salvavidas ante el descalabro electoral de la izquierda en las elecciones andaluzas del pasado domingo.Es el caso de medidas bien intencionadas en el corto plazo, como la ayuda directa de 200 euros para las personas con las rentas más bajas o sujetas al Ingreso Mínimo Vital, pero que no dan respuesta a esos perceptores si la inflación se prolonga en el tiempo, como ya apuntan todas las previsiones, tanto desde el sector público como el privado.Lo mismo cabe decir de prorrogar hasta final de año el descuento a los carburantes, a sabiendas de que la realidad del mercado ha reducido a cero esa pretendida ayuda al conductor, por cuanto la subida de precios ha sido muy superior e igualmente tiende a mantenerse. Y tampoco hay garantías de que el anunciado gravamen adicional a las empresas energéticas vaya a redundar en beneficio directo para el consumidor: lo será en todo caso para la Administración por la vía recaudatoria, con el riesgo de que eléctricas y petroleras repercutan ese coste fiscal extra en el precio de sus servicios.Siendo todo eso preocupante, lo es tanto o más la sensación que dejóPedro Sánchez de un gobernante con una mayoría absoluta amplísima, cuando la realidad es bien diferente. Hasta el inicio del Consejo de Ministros hubo notables tensiones entre socialistas y Unidas Podemos sobre el paquete de medidas y sualcance, y habrá que ver si el bloque más a la izquierda se siente satisfecho con lo aprobado. Como también está por ver qué apoyos adicionales consigue para la convalidación del decreto-ley, porque el talante exhibido por Sánchez no facilita el entendimiento con el principal partido de la oposición y tampoco con el resto del arco parlamentario. Un presidente que presume de tener enemigos políticos, económicos y mediáticos pero no garantiza sus aliados no es precisamente garantía de firmeza en tiempos, como estos, de incertidumbre y, por tanto, de consensos.
Algeciras, 28 de junio de 2022
Patricio González
4 Años más
En la tarde noche del domingo con Canal Sur sintonizado, sobre las ocho de la tarde, apareció en la televisión pública, el gurú Narciso Michavila de la metroscopia GAD-3 y nos contó como iba a dar los resultados basados en un Trucking de 9000 personas hecho en una serie de días de la campaña. Y dio sus previsiones. Y no sólo las dio sino que “clavó” totalmente los resultados. A las ocho dijo que el PP sacaría entre 58 y 61. Y que el PSOE, de 30 a 33.
Todos sabíamos que el PP ganaría las elecciones. Así lo habían dado todas las encuestas pero ninguna llegaba a dar la mayoría absoluta y todo se basaba en el tipo de apoyo que iba a ofrecer VOX.
Pero Michavila lo clavó todo y el PP legó a conseguir 58 parlamentarios, tres más de la mayoría absoluta. Y se acabaron todas las elucubraciones e, incluso, las amenazas como las de Adriana Lastra que llegó a decir que si no ganaban tendrían que irse a la calle. Se habían quedado sin argumentos para atacar. Ya no podrían usar a VOX como excusa. Mayoría absoluta.
Un cambio en Andalucía totalmente histórico porque era un feudo totalmente socialista y, además, VOX había quedado de manera testimonial porque, en ningún caso, iba a hacer falta para el gobierno de Andalucía. Eso ofrece cuatro años de estabilidad total y de poder llevar a cabo todos los proyectos que nos han prometido sin excusa alguna. Me alegro que el PP pueda gobernar sin ninguna carga, ni siquiera la de “Ciudadanos”, que me dio pena porque Juan Marín ha trabajado bien en la gestión. Hoy decía que la política es injusta pero Marín no se acuerda ya que hace cuatro años obtuvo veintiún diputados sin hacer nada, solo la ola que tenía Ciudadanos. Eso fue tan injusto como lo es ahora lo contrario.
Adelante Andalucía consiguió meter la cabeza en el Parlamento donde ya hacia bastante tiempo que no había una fuerza andalucista que no fuera franquicia de Madrid.
En definitiva, este domingo 19 de junio ha sido una auténtica fiesta de la democracia. No vale, ahora, decir que la izquierda se ha quedado en casa. Aquí cada uno sabe lo que tiene que hacer. Y ya decía el propio Narciso Michavila que en la última semana de campaña los datos iban en esa tendencia. Buscar, ahora, otras excusas es absurdo.
El PP ha ganado por mayoría absoluta y esa es la realidad. Nos esperan cuatro años de estabilidad. Felicidades.
Algeciras, 21 de junio de 2022
Patricio González