Peor que un mal Gobierno es un desgobierno. Lo que ha ocurrido en las últimas horas no tiene precedentes. Cuesta creerlo. Más parece una gigantesca broma. Una alucinación, o, tal vez, una pesadilla.
1º El Gobierno sacó la quinta prórroga del Estado de Alarma con los votos de PNV y Ciudadanos, a los que hay que sumar otros pequeños partidos (sumó un total de 177 síes, contra un total de 162 noes).
2º Una vez aprobada la prórroga, pasadas las 21 horas, el PSOE, Podemos y Bildu, hicieron público un comunicado (firmado por Adriana Lastra, Pablo EcheniqueyMertxe Aizpurúa) en el que se acordaba, «derogar de forma íntegra» la reforma laboral del año 2012.
3º Poco antes de las 24 horas del miércoles, el PSOE emitió una nota en la que rectificaba el Acuerdo anterior, cambiando completamente el primer punto y sustituyéndolo por otro que refleja la literalidad del pacto suscrito por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en noviembre de 2019 y que fue la base del Gobierno de coalición.
4º Sobre las 9 de la mañana del jueves, Iglesias afirmó que se reafirmaba en lo pactado y dijo: «El acuerdo entre los tres partidos es derogar íntegramente la reforma laboral». Poco después, el ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, declaró en Onda Cero, que la rectificación de última hora del miércoles se iba a aplicar
5º Ya sobre las 8,15 de la mañana del jueves, la CEOE lanzó un duro comunicado en el que califica el acuerdo de irresponsabilidad y desprecio a los acuerdos sociales. Estos son los hechos absolutamente impresentables.
Amagar con cambiar la legislación laboral cuando vamos a entrar en la mayor recesión de la historia desde la guerra civil y el paro puede dispararse en unos meses hasta superar el 20%, según ha estimado esta semana el gobernador del Banco de España, Hernández de Cos, es jugar con fuego. Y sobre todo cuando es a cambio de unos votos innecesarios
Sin duda, el PSOE tendrá que depurar responsabilidades. La persona que firmó el acuerdo con UP y Bildu es Adriana Lastra, nada menos que portavoz del Grupo Parlamentario Socialista y vicesecretaria general del partido, que, además, se equivocó en la votación y se abstuvo. Ella tiene mucho que ver en este episodio. Y es difícil de creer que no consultara con Sánchez. También es difícil que este tema se solucione con un chivo expiatorio y, seguro, que provocará otros lamentables incidentes.
¿Puede mantenerse un Gobierno de coalición en el que el vicepresidente actúa continuamente como si fuera la cabeza de un gobierno paralelo?
Ese era el miedo que mostró Sánchez cuando se negó a pactar con Podemos. Ahora vemos que tenía toda la razón. Iglesias se apunta todos los tantos y mete al Gobierno en toda clase de líos con tal de sacar rédito político. Es como si se estuviera preparando para unas próximas elecciones. A lo mejor por ahí van los tiros.
Algeciras, 22 de mayo de 2020
Patricio González