Histórico, magnifico, emotivo, grandioso fueron algunos de los calificativos que los mas de doscientos asistentes al Encuentro Interreligioso de oración por la Paz dijeron al expresar su gratitud por la invitación a los organizadores, el Iman Allal Bachar de la Mezquita del Rey Abdulaziz al Saud de Marbella y a los miembros del Obispado de Málaga en la persona de su delegado diocesano de ecumenismo y dialogo interreligioso, todo impulsado bajo el enorme interés y cariño del obispo Jesus Catalá.
El encuentro tuvo lugar a las 20.00 horas, abierto al público en general, y por parte de la Iglesia católica contó con la participación del vicario general de Málaga, José A. Sánchez Herrera. Junto a él, representantes de las comunidades Hare Krishna de Fuengirola y Churriana, las comunidades judías de Torremolinos y Marbella, cristianos católicos, luteranos finlandeses, protestantes holandeses, evangélicos alemanes, de las comunidades musulmanas de Marbella, Fuengirola, Torremolinos y Málaga, así como de la comunidad Baha’í de Marbella, Fuengirola y Málaga. Al encuentro se unieron también la Asociación Paz del Mundo y la Fundación Lux Mundi, que estuvieron en la organización y preparación, también el Movimiento de Focolares y la Fundación El Fuerte y Manos Unidas. La sociedad marbellí, así como su Ayuntamiento, las Fuerzas de Seguridad y el Cónsul de Marruecos también acudieron a la cita.
En palabras de Rafael Vázquez, «Se vivió un profundo clima de fraternidad, unidos en la oraciones a Dios que cada religión elevó respetando el orden de aparición histórica. Lo vivido anoche supondrá un antes y un después de las relaciones entre todos los credos presentes en Málaga y un ejemplo para otros tantos lugares. Un germen de fraternidad y de paz, a las puertas de la Navidad, en la que los cristianos hacemos memoria del nacimiento del Príncipe de la Paz», afirma.
Esta iniciativa, inspirada en el documento de Abu Dabi, «un documento único sobre la fraternidad por la paz y la convivencia común, que el propio Papa Francisco ha pedido que se de a conocer para poner en marcha este encuentro», firmado en Arabia Saudita con el gran imán de Al Azhar
El objetivo de esta cita era llamar a la sociedad, sea cual sea su religión, a la reconciliación y a la fraternidad, para lo que la diócesis de Málaga lleva años trabajando con representantes de otros credos presentes en la provincia, como cristianos de otras confesiones, musulmanes, judíos, budistas, hinduistas o baha’ís, entre otros.
La elección del lugar respondió a la oferta de la mezquita de Marbella, al ser esta la más antigua y la primera de los templos musulmanes abiertos en España de la mano del Imán Allal Bachar, decano de los imanes de España llegado en 1981. Esta ha sido la primera mezquita en acoger en su atrio a miembros de otras religiones. Hombres y mujeres unidos en un mismo atrio sin separaciones ni distinciones de ningún tipo. Para respetar el lugar sagrado y las costumbres de los credos, todos se descalzaron y las mujeres se cubrieron la cabeza con un velo «en señal de respeto, considerando las concesiones que han dispensado para este acto los musulmanes en su lugar más sagrado».
Todos los participantes recibieron, a la salida, un ejemplar del Documento de Abu Dhabi, firmado por el papa Francisco y el imán de la Mezquita de Al-Azhar, Al-Tayeb, con el compromiso de leerlo, meditarlo y tratar de dar pasos para llevarlo a la práctica y cuyo contenido y fundamento es un tratado de paz y trabajo en común para todos los pueblos, razas y culturas.
Tras la oración, en la que participaron todos los representantes de los diferentes credos, el imán de la Mezquita de Marbella, Allal Bachar, que se sintió muy arropado por el imán de Fuengirola, Mohamed Kamal, y el imán de Málaga, Omar Farouk, invitó a todos los participantes a una cena en el patio de la Mezquita, cubierta con una gran carpa, bajo la que se facilitó el diálogo y el encuentro. Una noche dedicada a la fraternidad, la convivencia y la Paz entre los más diversos credos, ejemplo para un punto de partida de otros encuentros que permitan continuar en la siembra de la confraternización entre los pueblos, las culturas y los credos.