Por segundo año consecutivo, la empresa gestora del Caminito del Rey ha conmemorado la visita del monarca para inaugurar las obras hidráulicas que dotarían de electricidad a la provincia de Málaga
Ese viernes ha tenido lugar la primera de las cuatro visitas teatralizadas que forman parte de la programación especial para festejar esta fecha histórica del enclave
Tras la gran acogida de la edición anterior, este será el segundo año que el Caminito del Rey conmemore la visita del monarca a este enclave malagueño a través de sus visitas teatralizadas, donde el propio Borbón ha sido reencarnado para volver a recorrer el peligroso sendero.
Con motivo del 97º aniversario de la visita de Alfonso XIII a la Presa del Chorro, un elenco de actores y actrices pertenecientes al grupo Municipal de Teatro de Ardales vestidos de la época, han recorrido hoy los escenarios originales que en su día realizaron el propio monarca y su séquito, al que se ha sumado el diputado de Participación y Cooperación Internacional, Félix Lozano.
El 21 de mayo de 1921 supuso un antes y un después en la historia malagueña, ya que este día se inauguró la Presa del Gaitanejo que dotaría de agua y electricidad a la provincia. Un año más, la empresa gestora del Caminito del Rey ha deseado revivir este momento para acercar la historia a todos los visitantes.
Un paseo por la historia
El Sillón del Rey, punto de inicio de esta teatralización, ha vuelto a ser visitado por el rey Alfonso XIII, quien se sentó en él hace casi un siglo para firmar el acta de terminación de las obras hidroeléctricas de El Chorro que dotarían a Málaga de suministro eléctrico y agua potable.
Desde aquí, el monarca junto con el resto de la comitiva acompañaron a los visitantes a descubrir la belleza que esconde este paraje natural malagueño, al mismo tiempo que siguen las pisadas que en su día realizó el auténtico Alfonso XIII.
Como no podía ser de otro modo, al rey Alfonso XIII le ha acompañado otra celebridad cuyo papel fue clave para la construcción de esta presa, su responsable de obras Rafael Benjumea, quien en todo momento explicó al monarca la importancia de la central hidroeléctrica y todas las riquezas que supondría para su provincia.
Al llegar al Puentecillo de la Cueva del Toro, el Borbón y toda la comitiva se han despedido, reviviendo aquel día en el que el rey caminó por las pasarelas para más tarde subir al tren que lo llevaría a la estación de El Chorro, donde disfrutaría de un té antes de visitar la localidad de Pizarra, no sin dejar de felicitar a Benjumea por su maravilloso trabajo augurándole un futuro lleno de éxitos arquitectónicos.
Por parte de la empresa gestora y del Ayuntamiento de Ardales ya se está trabajando en la programación de próximas ediciones. Para el centenario, auguramos un programa lleno de actividades y convertir el aniversario de la visita del monarca en una verdadera fiesta, comenta Campano.
En total se han puesto por parte de la empresa gestora del Caminito del Rey, junto con el Ayuntamiento de Ardales, un total de 4 pases teatralizados. El segundo de ellos tendrá lugar la tarde del viernes y dos pases más, mañana sábado, para los cuales se han agotado prácticamente todas las entradas.
Un proyecto de ingeniería pionero en el mundo
En 1901 comenzarían las obras hidroeléctricas desarrolladas durante más de veinte años en El Chorro, unas nuevas instalaciones que permitieron a la ciudad de Málaga disponer de suministro eléctrico, agua potable abundante y riegos en la zona de la Hoya colindante con el río Guadalhorce. Estas obras han sido consideradas uno de los proyectos de ingeniería civil más innovadores de principios del siglo XX. Para ello, se aprovecharon los desniveles que los ríos habían producido en los cañones del Desfiladero de los Gaitanes para realizar un arriesgado salto hidrológico que fue capaz de poner en marcha la primera gran central hidroeléctrica del sur de Europa.
El rey Alfonso XIII fue el encargado de inaugurar las obras siguiendo el programa que había diseñado el ingeniero principal, Rafael Benjumea.
Llegó en ferrocarril hasta la Estación de Gobantes (Peñarrubia), yendo en automóvil hasta cerca de la Villa de Ardales, donde embarcó en una lancha recorriendo el Pantano de El Chorro, almorzó junto a la Casa del Ingeniero, colocó la primera piedra en la Presa, firmando en el Sillón del Rey (tallado en roca caliza), para continuar visita a la Central de Gaitanejo y a las pasarelas que controlaban el canal del salto hidroeléctrico. El Rey, tras recorrer los dos primeros cañones cruza por el Puentecillo de la Cueva del Toro al ferrocarril que le traslada a la Estación de El Chorro (Álora), desde donde siguió viaje hasta la localidad de Pizarra. Al día siguiente inauguraría varias obras emblemáticas en la ciudad de Málaga.
Sobre el Caminito del Rey
El Caminito del Rey es una pasarela colgante de espectacular belleza que recorre en altura el Paraje Natural del Desfiladero de los Gaitanes (Málaga) considerado durante años como el camino ‘más peligroso del mundo’ debido a la dificultad del recorrido y su estado de deterioro. Así se forjó una leyenda que llega hasta hoy en día y lo ha convertido en pocos años en uno de los mayores atractivos turísticos de la provincia de Málaga gracias a la rehabilitación llevada a cabo por la Diputación en 2015.
La restauración completa de la pasarela se llevó a cabo por alpinistas y escaladores profesionales utilizando las mismas técnicas que se utilizaron durante la construcción a comienzos del siglo XX. Entonces era una vía de servicio utilizada por los trabajadores que participaron en la construcción de los embalses de El Chorro, Guadalhorce, Guadalteba y Gaitanejo así como en la central hidroeléctrica. El Rey Alfonso XIII inauguró este lugar en 1921 recorriendo a pie el camino colgante, de ahí el nombre de ‘Caminito del Rey’.
La nueva senda aérea discurre de forma paralela a la pasarela original, como homenaje al pasado industrial que dio origen al sendero y con el objetivo de ser respetuosos con un entorno natural forjado durante millones de años de evolución geológica.
El Caminito del Rey tiene una longitud total de 7km a través de dos tramos de pasarela de un metro de anchura suspendida en las paredes de dos desfiladeros, el del Gaitanejo y de los Gaitanes. Es en este segundo segmento donde se alcanza la mayor altura del recorrido (105 metros) así como el reclamo más importante del paraje, un puente colgante que se ha convertido en la imagen icónica del Caminito del Rey desde la rehabilitación por la Diputación de Málaga con la colaboración de los Ayuntamientos de Álora, Ardales y Antequera así como la Junta de Andalucía y el Gobierno de España.