La fortaleza de los Castillejos de Alcorrín es un yacimiento indígena, no fenicio, dotado de un sistema complejo de murallas y un urbanismo bien desarrollado, que lo convierte en uno de los escasos centros indígenas excavados de lo que tradicionalmente se ha llamado el espacio de Tartessos. Pero lo que lo hace absolutamente excepcional es la antigüedad de su fundación, finales del siglo IX antes de Cristo.
Por todo ello, el alcalde de Manilva, Diego José Jiménez y los ediles Francisco Becerra y Manolo Gil, han mantenido una reunión con César León, el que fuera arqueólogo municipal y ahora, enlace del Instituto Arqueológico Alemán.
La buena noticia es que después de un año, los trabajos en el citado yacimiento se retomarán el próximo 5 de septiembre y para ello han solicitado al Ayuntamiento el desbroce de la zona de excavación, habilitar una zona de sombra, facilitar el vaciado del sondeo, camión grúa para fotos aéreas, disponibilidad del Castillo para trabajos de restauración etc.
Según afirmaba el primer edil manilveño: «desde el Ayuntamiento vamos a facilitarles todo lo que esté en nuestra mano ya que consideramos que es una inversión de futuro y estoy convencido de que Manilva será un atractivo por la repercusión de estos yacimientos tan importantes a nivel mundial».