La Universidad de Gibraltar ha reanudado esta semana su ciclo de conferencias Beacon, dedicadas a gibraltareños destacados. El pintor Christian Hook, ganador de la segunda edición del concurso Portrait Artist of the Year del canal Sky News fue el protagonista de la segunda charla. El acto fue presentado por la rectora universitaria, Daniella Tilbury, y por el Ministro de Educación, John Cortés. Cortés explicó que el objetivo de esta iniciativa es ser como un faro que ilumina, en alusión al faro de Punta Europa, muy próximo al centro universitario. No tengo conocimientos técnicos, pero reconozco un buen cuadro cuando lo veo, aseveró Cortés para dar paso al conferenciante.
La conferencia comenzó con video que resumía el paso de Hook por Sky Arts y algunos de los momentos más destacados de su carrera reciente. Las imágenes mostraban al autor retratando a personajes tan conocidas como el actor Alan Cumming o el cantante de Simply Red, Mick Hucknall. La reacción de los retratados al verse en las obras de Hook iba más allá de un simple me gusta, se mostraban conmovidos. En el vídeo, unos retratados hablaban de un diálogo de artista a artista, otros, de magia. Es el reflejo de una carrera que, lejos de esfumarse tras el éxito televisivo, se afianza con nuevas exposiciones y proyectos.
El abuelo William
Nacido y criado en Gibraltar, tuve una infancia muy interesante sin internet. Fue el comienzo de una historia en la que podrían reconocerse los que, como dice Hook, contemplan el mundo con una sensibilidad especial que hace que todo les afecte y que se enamoren de algo inmediatamente. Tiene muy claro que fue su abuelo, William Hook, quien le mostró la magia de transformar la realidad. Era él quien les recogía del colegio, les llevaba a la playa y por las tardes convertía una terraza no demasiado bonita en un campamento con barbacoa y una especie de tienda india desde la que los hermanos podían ver la tele. Él podía transformar un pequeño espacio en algo maravilloso para nosotros, continúa.
Hook estudió Ilustración Técnica y Científica en la Universidad de Middlesex (Londres). Su gran preocupación al terminar los estudios era cómo trabajar en el Reino Unido. O encontraba algo, o tendría que volver a Gibraltar antes de haber tenido la oportunidad que buscaba. Nadie miraba los porfolios que enviaba ni atendía sus llamadas, pero no se rindió porque es de los que piensan que si las oportunidades no llegan, hay que crearlas y que si algo no existe, se inventa. Cansado de responder no a la pregunta de si el señor X está esperando su llamada, cambió la estrategia y dijo: sí, está esperando mi llamada. Aprovechó los segundos de que disponía antes de que le colgaran el teléfono para soltar una frase temeraria: si me deja hacer una ilustración y no es la mejor que has visto, trabajaré gratis.
Fue así como empezó a trabajar para diversas editoriales de Londres y en proyectos para Disney o National Heritage. Afirma que la universidad le enseñó las técnicas que necesitaría para desarrollar su obra, mientras que en sus trabajos como ilustrador aprendió a trabajar disponiendo de poco tiempo. Fue una época productiva, ilustró unos 150 libros. No obstante, no le quedaba tiempo para su carrera como pintor, por lo que decidió volver a Gibraltar, donde compaginó sus trabajo como profesor de arte en un instituto de secundaria con la pintura. Aprendí mucho de los estudiantes porque cuando tienes que enseñar algo, lo entiendes mejor, sostiene Hook.
El tiempo, la música y el cambio
La vuelta de Hook a Gibraltar supuso el regreso del artista a la pintura y la adquisición de una perspectiva completamente renovada. Le influyeron la capacidad de abstracción de Francisco Farreras y la visión de una realidad extrema desde distintos momentos temporales de Antonio López Ambos le mostraron una nueva dimensión artística. Descubrí a Antonio López, que pintó uno de sus cuadros de Madrid durante diez años, cada año una franja; al final Madrid había cambiado y ese cuadro se refleja en su obra, apunta. Este descubrimiento llevó al gibraltareño a una pintura en la que el tiempo y el cambio continuo son tan importantes como el objeto reflejado. Trabaja en capas, construye, deconstruye y utiliza todo tipo de herramientas para conseguir plasmar en sus obras el paso del tiempo, ya sean diez segundos, veinte minutos o unas horas.
El artista no se plantea desafíos pequeños. Al intento de capturar el tiempo suma su deseo de crear obras que lleguen al espectador directamente, sin necesidad de explicaciones, del mismo modo que cuando escuchas una canción. Es un problema ir a una galería y tener que leer algo para entender qué es. Yo, en cambio, quiero ser como la música, recalca. La relación entre la música y su obra es constante. Como músico (Hook toca la guitarra y ha formado parte de varios grupos en Gibraltar) imprime ritmo a sus cuadros y está convencido de que lo que escucha mientras trabaja influye siempre en el resultado final.
El también pintor gibraltareño Paul Cosquieri, presente en la conferencia e invitado por Tilbury a resumir sus impresiones, mostró una afinidad total con el concepto planteado por Hook: Esa aspiración a que la pintura adquiera la condición de la música para mí es una verdad absoluta, es la clave para que vaya directa a nuestra psique.
La rectora también invitó a participar a Samantha Sacramento, ministra de Turismo, Igualdad, Servicios Sociales y Vivienda. Sacramento se declaró seguidora incondicional de la obra de Hook desde sus inicios. Me siento muy orgullosa de él, no solo por su talento, sino como gibraltareño y por la evolución de su trabajo, después de ver su exposición en la galería Clarendon, quiero ver qué va a ser lo siguiente, dijo Sacramento.
Llegó el turno del público. A la pregunta cuál es el secreto de la honestidad de sus cuadros, Hook respondía: Lo que hago es intentar buscar mi propia escritura en lo que pinto, que sea algo que nadie puede copiar. Quiere que su pintura sea como la caligrafía, que revela a su autor incluso a través de los espacios que separan a las letras entre sí.
Hook continúa respondiendo preguntas en una sala llena de amigos, familiares, amantes del arte, conciudadanos orgullosos de sus logros y hasta un aspirante a artista de doce años que asegura que quiere seguir sus pasos. Habla de la importancia de mantener la capacidad de asombro y de escuchar a quienes hablan desde el conocimiento y la experiencia, una experiencia que él mismo va acumulando a pasos agigantados.
Recientemente ha publicado el libro La Búsqueda y ha llevado a cabo un proyecto conjunto con el escultor linense Víctor Quintanilla. Sus cuadros han pasado por galerías de Londres, Edimburgo y Manchester. Visto desde esta perspectiva, resulta aun más ilustrativa la anécdota que Cortés contó al principio. Hace años, cuando trabajaba en la administración, necesitaba una ilustración de una mariposa. Se la encargó a un jovencísimo Christian Hook. La ilustración cayó de la carpeta de Cortés, pero alguien la encontró y se la devolvió al ahora ministro. Como sugirió Cortés, quizá no la habrían devuelto si hubieran sabido lo famoso que iba a ser