Entre la guerra de las banderas y las ideas, nos vamos introduciendo en un pozo que es un poemario de tristeza. En un conflicto de unos contra otros, sin posibilidad de sentarse ni hablar, sin escribir versos de concordia sino estrofas de miseria de unos contra otros para no llegar a ninguna parte.
El ejercicio de la política es la base de una sociedad democrática, y esta puede realizarse desde el acuerdo o desde la discrepancia, absolutamente legítimo, pero jamás desde el chantaje, desde quienes no respetan las reglas del juego democrático.
En la política, hemos de tener claro cuáles son las prioridades de cada momento y saber actuar con sincronía para adoptar la decisión adecuada en el espacio y tiempo oportuno. Todos podemos legítimamente esgrimir banderas blancas para que todos hablen con todos, rojas y gualdas para defender la unidad de España y senyeras para reivindicar la identidad catalana,
La pregunta que todos los hombres y mujeres de bien nos hacemos es quienes las hacen incompatibles en lugar de complementarias, quienes hacen que los que defienden lo mismo se conviertan en enemigos, porque algunos se empeñan en transgredir la legalidad en lugar de respetarla.
He de confesar pero me parecería una incongruencia y una deslealtad no ser coherente con mi promesa con la Constitución y sus símbolos en su momento en los que los socialistas aceptamos cosas con las que no estábamos de acuerdo para que la Carta Magna de 1978 fuera de todos y todas.
Me gustaría que fuéramos capaces de admitir nuestras discrepancias sin convertirnos en enemigos irreconciliables, que no establezcamos como cierto una mentira por mucho que se repita, porque eso, lejos de lo que nos imaginemos no es nada democrático.
Sin insultos, rechazos ni agresiones, me sirven todas las banderas si valen para unirnos, para respetarnos, sino se utilizan como armas para convertir al otro en enemigo y terminar con él. La vuelta a la legalidad no puede ser el colmo del disparate con la Declaración Unilateral de Independencia.(DUI)
Entre buenísimos de paces y hablemos, gritos y carreras por ser más españoles o independentistas, no se pueden instalar en delirios o lamentos de pesadillas sin ser capaces de salir de un bucle que se repite una y otra vez. Si no se restituye el estado constitucional no hay posibilidad de diálogo.
La política la hacemos entre todos para dar solución a nuestros problemas no para complicarnos la vida. No podemos proteger a los ciudadanos violentando sus derechos , ni tampoco garantizar sus derechos si confundimos la realidad con nuestros deseos y no sabemos establecer en nuestras decisiones las prioridades de cada momento.
Podemos y debemos hablar, nadie es más español ni catalán que nadie, pero en democracia, la primera premisa para que se pueda dialogar es respetar la ley. En 1934; con Companys Cataluña fue independiente algo más de diez horas, ahora Puigdemont quiere que sea para siempre, pero su padrino y protector Artur Mas le dice que no hay un solo país que pueda funcionar de manera independiente de la noche a la mañana por tanto concluye en una reciente entrevista que aún no está preparada para la independencia
Para colmo de males, mientras los partidos constitucionalistas intentan, a pesar de sus diferencias, echan una mano, hincan el hombro y ponen cada uno de su parte para salir de esta difícil situación, aparece Aznar, Presidente de FAES y le da una sonora bofetada a Rajoy, al que él elevó al poder en su día y reprocha toda la debilidad a Mariano, exigiéndole que actúe en Cataluña o convoque elecciones.
Tenemos que superar la tensión en la calle, la deslegitimación de la instituciones y hacer todos un esfuerzo por cambiar el lenguaje grueso que circula por las redes sociales, y que sale a flor de piel en cuanto se esgrime una bandera contra otras en lugar de unirlas todas en la dirección de cumplir la ley, buscar el diálogo y plantearnos una nueva Reforma Constitucional…
Por eso nos ha parecido bien que la mayoría silenciosa no sea silenciada y haya salido a la calle en las principales ciudades con esas concentraciones en blanco y sin banderas y con más de un millón de personas que se sienten catalanes, españoles y europeos, que entienden que el presente y el futuro de Cataluña está con España., portando banderas españolas, catalanas y europeas.
Una manifestación que finalizó con las intervenciones del Premio Nobel de Literatura Vargas Llosa y del ex Presidente del Parlamento Europeo el socialista Josep Borrell , que dijo refiriéndose a los independentistas entre aplausos que En la vida no se puede dialogar o desafiar , pero mantener las dos cosas a la vez es difícil
Los nacionalismos y populismos que han reforzado su discurso y su acción política, están actuando como un virus y nos empujan al precipicio, mediante el manejo de las emociones y sentimientos de masa, como los que sustentan el ejecutivo catalán, están demostrando que solo van a traer aislacionismo, enfrentamientos, ruinas y sufrimientos.
Creo que las ocurrencias y locuras políticas del Govern de Puigdemont continúan en la senda del despropósito con esa comparecencia el pasado martes día 10 en el Parlament , en la que además de querer legitimar el resultado de un Referéndum , que tuvo muchas características , menos democrático , aprovechó para declarar la independencia unilateral de Cataluña.
Una declaración para aplazar sus efectos inmediatamente, en diferido y a plazos. Una especie de quita y pon. Un acto político esperpéntico que forma parte de una escenografía de la ilegalidad y la irresponsabilidad , en la que ya no se respetan ni las propias Leyes suspendidas por el Tribunal Constitucional, y que terminó tras la comparecencia con una firma de todos los independentistas por la República Catalana , que siguió ignorado a la otra parte de Cataluña. Y todo esto tras recibir avisos de la Comisión Europea de que esta aventura era una temeridad sin sentido…
Mientras el Presidente Puigdemont y su Govern continúan sin asumir las consecuencias del grave perjuicio en todos los aspectos desde el social al económico, y que según el FMI si se prolonga esta situación se resentirá la inversión en España y la salida de empresas que no soportan esta situación de incertidumbre. Todo un relato de la confusión al caos, entre el teatrillo, el ridículo y la indignación asistimos a la suspensión de algo que no se había aprobado.
Esta actuación entre trampas y mentiras del Presidente de la Generalitat y sus acompañantes, perfectamente planificada para abusar de la buena fe de quienes quieren dialogar; crea una situación difícil y complicada que nos hará pagar una alta factura y ha obligado al Gobierno de España a tomar medidas excepcionales pidiendo tras el Consejo de Ministros extraordinario un requerimiento a la Generalitat para que confirme si ha declarado formalmente la independencia.
Si el señor Puigdemont no retira la declaración, para evitar una ola catastrófica que no solo hace daño a Cataluña, sino a España y Europa., el Gobierno no tendrá más remedio que poner en marcha el artículo 155 y sus efectos. En este proceso el Gobierno ha contado y cuneta con el PSOE y CIUDADANOS.
Pedro Sánchez, como Secretario General de los socialistas españoles, además de advertir a Puigdemont que se aclare y vuelva a la senda de la legalidad y ha anunciado un pacto con Rajoy reformar la Constitución.
Abramos una ventana a la luz de la esperanza, y distingamos entre diálogo, negociación y acuerdo, recuperemos la legalidad y el orden constitucional, contemos con toda la población de Cataluña, no solo con la mitad, y después tal y como decía el Presidente González parlárem.
Mientras tendremos democráticamente que aplicar la ley, sin ningún tipo de complejo y probablemente estemos ante un escenario electoral en Cataluña. Y permítanme que exprese el deseo de que Todos recuperen la sensatez y con tres gritos unánime en defensa de la unidad, la pluralidad y la convivencia. ¡VISCA CATALUNYA! ¡VISCA ESPAÑA! ¡VISCA EUROPA!
Juan Antonio Palacios Escobar