Cuando todos los días nos asomamos a la calle, oímos exclamar a mucha gente como ustedes y como yo decir con fuerza y determinación; ¡Esta realidad no gusta! Nos produce asco levantarnos cada mañana con un nuevo caso de corrupción, y que los medios de comunicación nos martilleen con las entradas de responsables empresariales o ex dirigentes políticos en los juzgados y más tarde en el furgón de la Guardia Civil, camino de la cárcel.,
Estos acontecimientos provocaron la dimisión de Esperanza Aguirre como concejal y portavoz del PP del Ayuntamiento de Madrid, porque decía que tiene como norma no eludir sus responsabilidades, `pero resulta muy difícil de creer que durante tanto tiempo no se haya dado cuenta de quienes tenía alrededor y ahora se sienta engañada y traicionada
También nos hemos enterado en estos días, pero al parecer es algo que entra dentro de la normalidad, como se reunía el número dos del Ministerio del Interior, Secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto con Pablo González, hermano del ex Presidente de la Comunidad de Madrid y como el 3 de Noviembre de 2016 el Ministro de Justicia, Rafael Catalá le envió un SMS agradeciéndole la felicitación por haber sido nombrado Gracias Nacho. Un fuerte abrazo. Ojalá se cierren pronto los líos
Para completar el cuadro UNIDOS PODEMOS ha anunciado una moción de censura a Rajoy sin hablarlo ni pactarlo con nadie y sabiendo que no tiene sin el apoyo de otros grupos posibilidad de prosperar, por lo que suena más a una estrategia de desgaste al PSOE y una frivolidad más de Pablo Iglesias y sus mariachis.
Esa realidad no solo es vomitiva y rechazable sino que resulta desesperanzadora, y hoy, sin recurrir a la fantasía ni a la ciencia ficción me he propuesto dos cosas a través de este artículo. La primera colaborar en la medida de mis humildes posibilidades a fabricar una visión positiva de lo que nos rodea y la segunda es que la política es algo útil y necesario.
A todos los representantes políticos que no nos continúen aburriendo y explíquennos con claridad que es lo que quieren hacer para que la sociedad funcione mejor, Esto es una batalla a vida o muerte, no caben guiños ni medias tintas y nos la jugamos todos.
En que vamos a ser unos ciudadanos y ciudadanas seguros en nuestros derechos, que nuestra vida no esté llena de incertidumbres y la desprotección y la desigualdad sean las señas de identidad de este teatro de los recortes y la austeridad.
Que nos digan sin disimulos si están dispuestos, tras la crisis financiera y económica, a terminar con la profunda desigualdad social y de desapego de la ciudadanía hacia los políticos y la política. Vacunémonos contra los nuevos fantasmas que intentan terminar con los valores de una sociedad democrática avanzada.
Hemos de luchar todos los demócratas juntos contra fenómenos nacionalistas, ultraderechistas y populistas que están colocando en crisis el modelo de integración europea. Si ignoramos estas realidades y hacemos un mal diagnóstico de nuestra realidad, estaremos abocados al fracaso y a repetir nuestros errores hasta el desastre, la desesperación y probablemente la desaparición de opciones progresistas con posibilidades de transformación y cambio.
Lo que hace unos años era excepcional en el análisis de la realidad, como la desigualdad, la pobreza y la exclusión social, hoy abofetean diariamente nuestros rostros solo con que miremos al lado, escuchemos los informativos o veamos los telediarios.
Y ante esto no caben discursos ni justificaciones por muy brillantes que nos parezcan. Los derechos de los trabajadores, la salud, la educación, la cultura, la innovación y el proceso tecnológico no pueden ser debilitados o eliminados porque lo exigen los macro indicadores económicos.
No podemos asumir como normal que tiene que haber corrupción en el sistema democrático, ni conformarnos con que la gente desconfíe de las instituciones. Tenemos que tener todos sentido de país y eso nos obliga a ser fuertes ante cualquiera que se desmadre y generoso ante quienes hacen las cosas bien.
Hemos de favorecer que se produzcan los cambios necesarios para que la sociedad funcione mejor, pero eso no puede ir de la mano de quienes solos practican la ruptura, el radicalismo y su amor al espectáculo sino por fomentar el desarrollo humano, la cohesión social, la solidaridad, la tolerancia y la diversidad.
Resulta preocupante que en los tiempos en los que nos ha tocado vivir hayan quienes proponen sociedades cerradas que la realidad demuestra solo conducen al aislamiento y a la pobreza. Para avanzar y hacer frente a los retos de futuro necesitamos economías fuertes e innovadoras para que las incertidumbres del presente se conviertan en oportunidades del futuro.
Pero sobre todo esta nueva realidad ha de modernizarse, asumiendo los objetivos de la digitalización, la mayor presencia de robots y máquinas con inteligencia artificial. Sería un error enfrentarse a este desafío negando el desarrollo tecnológico o resignarnos ante las consecuencias indeseadas.
La España del futuro ha de plantearse con seriedad el problema de la convivencia territorial y como resolver seriamente el tema de Cataluña y nuestro papel dentro del proyecto europeísta como una Europa distinta, que realice las reformas necesarias para fortalecer este proyecto.
Como dijo en su día el ex Presidente Felipe González, los problemas de la democracia se resuelven con más democracia, ni adelgazamiento del Estado ni debilitamiento de las instituciones de la democracia representativa, ya que la respuesta la conocemos el populismo y el caudillismo, dos claros de la democracia.
Ni los nuevo ni lo viejo, ni lo de arriba ni lo de abajo, sino la lucha por la igualdad y el fortalecimiento del sistema de derechos y libertades dentro del respeto a la pluralidad. Queremos una realidad participativa, transformadora, eficaz y realista.
Debemos darles más visibilidad a los protagonistas que trabajan día a día por el cambio desde la lealtad, el consenso y el diálogo. No podemos ni debemos olvidar que la dignidad de las personas no es algo que nos venga dado, sino que es la conquista, resultado de múltiples decisiones y reivindicaciones políticas.
Pero la gente , la normal y sencilla de la calle, la que todos los días hace más grande este país , está de retórica , discursos y promesas hasta las narices y quiere realidades , quiere tener un proyecto de vida y para eso necesita un empleo digno.
No quieren que usted les diga que se han conseguido, sanidad, educación, pensiones y dependencia, sino que no solo no va haber un paso atrás y que por tanto se van a garantizar un Estado de Bienestar fuerte, para lo cual como eso no cae del cielo necesitan una economía moderna y sólida.
También el ciudadano y la ciudadana, cansada y agotada de tanta palabrería vana que da en no resolver nada, quiere que su gobierno y el conjunto de la sociedad mantengan la llama viva de la lucha continua contra la violencia de género y la tolerancia cero contra la corrupción.
Si la realidad no nos gusta, es responsabilidad de todos producir los cambios oportunos, lejos de lamentaciones estériles, de planteamientos demagógicos ni de proyecto para el futuro que se sepa de antemano que son claramente inviables.
El pasado fin de semana en nuestro vecino país, Francia, pasaron la primera vuelta y en la segunda; Macron, un centrista sin partido y Marine Le Pen, la líder de la ultraderecha; se disputaran la Presidencia de la República Francesa. Aunque no haya posibilidad de extrapolaciones, hemos de tomar nota, porque por primera vez en cuatro décadas los partidos hegemónicos, los republicanos gaullistas y los socialistas se quedan fuera de juego. Atentos y oído. La confianza mata al hombre y a la mujer y es mucho lo que nos jugamos todos los demócratas que defendemos un proyecto de España dentro de la Unión Europea.
A los responsables políticos, una sugerencia, dejen de mirarse el ombligo, de las peleítas por sus cositas y atiendan a nuestras demandas, escuchen nuestras reivindicaciones, únanse a nosotros sin miedo a sus jefes. Les aseguro que no se atreverán a quitarles de las listas. Si son honrados con ustedes, todos lo veremos y no les quepa duda, muchos les votaremos.
Juan Antonio Palacios Escobar