Aproximadamente a las 19 horas del lunes, la Policía Real de Gibraltar y el Servicio de Aduanas, en colaboración con las Autoridades norteamericanas, en concreto la administración estadounidense para el control de drogas (DEA), y con ayuda de la Autoridad Portuaria de Gibraltar, llevó a cabo una operación de inteligencia policial en la Bahía de Gibraltar.
Un total de 34 agentes de ambas agencias abordaron el barco Mount Faber mientras fondeaba en la Bahía. Se trata de un carguero a granel de 280 metros de eslora que navega con pabellón de Liberia, y con una capacidad de carga de 89.603 toneladas.
Información en poder de la Policía Real de Gibraltar reveló que el barco podría transportar un cargamento de sustancias ilegales escondidas en un contenedor auxiliar sujeto al exterior del casco, por debajo de la línea de flotación.
El registro del propio carguero y del exterior del casco (este último realizado por empresas subcontratadas especializadas en trabajos submarinos) se ha prolongado durante la tarde de ayer y a lo largo de todo el día de hoy. Se han apostado agentes a bordo del barco durante la noche en lo que resultó ser una actuación extremadamente compleja, tanto desde un punto de vista operativo como logístico.
Tras finalizar la operación de búsqueda, el contenedor se llevó a tierra, a la Estación Marítima del Gobierno de Gibraltar. Tras los exámenes forenses llevados a cabo por miembros de la Unidad de Investigación Criminal de la Policía Real de Gibraltar (CSIU), se abrió el contenedor y se encontraron alrededor de 108 kg de cocaína camuflados. El hallazgo tiene un valor de mercado de aproximadamente 6,5 millones de libras.
Además de las drogas incautadas, el capitán del barco, el ingeniero jefe y un miembro de la tripulación han sido detenidos.
A pesar de la cantidad de droga incautada, teniendo en cuenta el tamaño del carguero, lo importante de la operación no se limita al valor de las sustancias. El verdadero valor es el nivel de perturbación que este tipo de operaciones de las Autoridades causan a la integridad, las estructuras y la efectividad del crimen internacional y de los grupos organizados que se dedican a estas actividades clandestinas e ilícitas. Estas operaciones también dañan las rutas de tráfico disponibles de estos grupos, algo que resulta muy valioso.
A lo largo de los últimos meses, agentes de las Autoridades locales han demostrado su capacidad para coordinarse y trabajar conjuntamente. Es un ejemplo más de como la operación entre agencias permite a Gibraltar contribuir a la lucha global contra la criminalidad y, en esta operación en concreto, a frenar el tráfico de drogas internacional. Y, lo que es más importante: impide la utilización de Gibraltar, de manera directa o indirecta, por parte de grupos organizados de delincuentes.