Las imágenes que nos llegan de la guerra entre Hamás e Israel en Gaza horrorizan al mundo. El salvaje, sanguinario y cruel ataque a la clínica Al Ahli con un proyectil que causó centenares de muertos nos muestran hasta dónde la brutalidad humana puede llegar. Bebés, niños, jóvenes, mujeres, padres, hijos, abuelos, celadores, enfermeros o médicos, murieron cuando pensaban estar protegidos por el recinto sanitario que les acogía..
Con impotencia y dolor hemos sufrido los centenares de miles de muertos que nos dejó la pandemia; igualmente, la pérdida de vidas humanas producidas como consecuencia de terremotos, inundaciones, huracanes o tsunamis. También hemos sufrido como propias las muertes colectivas en accidentes diversos que nos proyectan los medios de comunicación. La salvajada de lo que está sucediendo en Gaza va más allá que todo eso.
Las guerras son la consecuencia del fracaso del diálogo y el raciocinio entre pueblos y culturas. Pero incluso en las guerras existen normas. El derecho internacional humanitario es un conjunto de normas internacionales que establecen lo que se puede y lo que no se puede hacer durante un conflicto armado. Regula los métodos y los medios utilizados en la guerra y protege a las personas y bienes afectados por el conflicto. Entre otras las normas de la guerra que fueron asumidas por 196 países de todo el planeta, señalan que los trabajadores sanitarios, sus vehículos y los hospitales dedicados al tratamiento humanitario no deben ser atacados; prohíben atacar a la población civil; establecen que los enfermos y los heridos tienen derecho a recibir asistencia, independientemente del bando al que pertenezcan; prohíben matar o herir a un adversario que haya depuesto las armas o que estén fuera de combate o, entre otras, prohíben expresamente la violación u otras formas de violencia sexual en el contexto.
Nada de las reglas contempladas en el derecho internacional humanitario se están respetando en Gaza. Y no pasa nada. Es lamentable y doloroso que en un planeta en la que los progresos científicos y tecnológicos alcanzados en el último siglo han demostrado que la capacidad de evolución y progreso del ser humano no tiene límites, pueda producirse tanta brutalidad, tanta salvajada y tanto desprecio y odio hacia sus semejantes. Sin duda, priman en el mundo los intereses de los poderosos y los organismos internacionales son meros instrumentos a su servicio que dan cobertura a sus fechorías y abusos.
que se vive entre israelíes y palestinos desde hace 75 años.
No está al alcance de la gente de a pie entender con facilidad el permanente conflicto que se vive entre israelíes y palestinos desde hace 75 años. Tampoco las causas que han propiciado la expulsión de los palestinos de su territorio. Difícil de comprender, así mismo, el papel de Hamas y también el de Hezbolá.
La gente de a pie es consciente de la indefensión en la que nos encontramos ante la crueldad y la maldad con la que algunos actúan anteponiendo una falsa defensa de su raza, cultura o civilización a algo tan elemental como es la vida.
Patricio Onzález
Dieciocho años de nuestra Reserva de la Biosfera
Este 25 de octubre se cumplen dieciocho años desde que el 25 de octubre de 2006 el Buró del Programa MaB (Hombre y Biosfera) de la UNESCO aprobó por unanimidad la inclusión en la Lista Mundial de Reservas de la Biosfera, la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo Andalucía -Marruecos, promovida por la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente y el Reino de Marruecos.
La reserva debe gestionar un millón de hectáreas de ambas orillas protegiendo la biodiversidad de la zona e impulsando la cooperación de Andalucía y Marruecos. Además, es la primera reserva en contar con un mar dentro de sus límites.
Esta Reserva de la Biosfera Intercontinental es una oportunidad excepcional de cooperación entre Andalucía y Marruecos, y que puede mejorar algunos aspectos entre ambos países como el desarrollo económico del norte marroquí, el tráfico marítimo, la pesca o el turismo.
Entre los objetivos están la creación de un gran centro de interpretación, la formación de profesionales turísticos, la puesta en marcha de un distintivo de calidad para los productos de la zona, así como el desarrollo de equipamientos turísticos y agrupaciones de desarrollo rural.
Desgraciadamente, hace dieciocho años de la Declaración como la única Reserva Intercontinental de la Biosfera por la UNESCO y, desgraciadamete, nada se ha hecho. En lo que corresponde a nuestra zona, comprende desde el mismo Parque del centenario, ensenada de Getares, toda la costa hasta Tarifa, Los Lances, Valdevaqueros, la necrópolis de Los Algarbes, Bolonia, Baelo Claudia. Y también , parte del Parque de los Alcornocales(Con el Bosque de Niebla y su Laurisilva o selva templada, bosque nuboso subtropical , única en Europa junto con la de Tenerife), y el Parque del Estrecho.
Desde ese año 2006 , vengo reclamando atención sobre nuestra reserva sin que nada ni nadie, se ocupe de nuestra Reserva de la Biosfera que supondría un paso importantísimo tanto del aspecto del medio ambiente como la propia promoción del turismo para nuestra zona y las infraestructuras relacionadas con la propia Reserva. Por ello, reclamo también la necesidad de recuperar nuestra Escuela de Turismo para la formación de esos profesionales. Digo todo esto como otra llamada más de atención para un tema de vital importancia en todos los sentidos para nuestra comarca.
Patricio González
La Nueva Movilidad
Que el cambio climático es un hecho que admite poca discusión. Incluso, son cada vez menos los negacionistas , obligados a hacer el ridículo para salvar intereses absolutamente inconfesables.
Pero la clase política, siempre nadando y guardando la ropa, no acaba de convencerse de que las medidas que tienen que tomarse han de ser inmediatas y efectivas, alejadas del juego malabar de triunfar con un estrambótico titular periodístico.
Pero todo esto se queda en notas de prensa y vídeos de TikTok. Un ejemplo: España pretendía contar con 100.000 cargadores para vehículos eléctricos -de cero emisiones- en 2023. La realidad es que solo tenemos 15.000.
Se hacen todo tipo de maquetas. Maquetas de espacios verdes, zonas peatonales y red de carriles bici tenemos para dar y regalar. La realidad, sin embargo, es que hay zonas en las ciudades que carecen de aceras dignas de ese nombre. A veces, incluso, de simplemente un arcén para andar.
Hay caminos de cabra en medianías más confortables que algunos carriles bici de las ciudades -en el resto no existen o terminan abruptamente en no se sabe dónde-, y lo de las zonas de baja emisión, las famosas zonas 30 para apaciguar el tráfico en los barrios, es el unicornio de la movilidad.
Y si nos ponemos en el lugar de una persona de movilidad reducida la cosa es muchísimo peor. No es infrecuente ver por las calles de algunos barrios a personas empujando la silla de ruedas de un o una mayor por la carretera porque no cabe por la acera cuando esta existe.
La falta de aparcamientos disuasorios y la desidia llenan las calles de vehículos que muchas veces impiden incluso cruzar y en la mayoría de las barriadas hacen fiesta llamando zona verde al matojo que sale de la calzada cuando caen tres gotas .
Eso sí, el inexistente tranvía metropolitano sigue copando titulares gracias a la maquinaria de propaganda de vez en cuando. Esa debe ser la supuesta nueva movilidad: imaginar que un día subiremos a un tranvía metropolitano que una toda la Bahía que, de momento, solo vemos en las estampitas de la realidad virtual.
Patricio González
El Perdón de España
Esta tendencia de los perdones colectivos, sobre todo por hechos de hace siglos, no termino de entenderla. Que tire la primera piedra el pueblo que esté libre de culpas. Nos la pasaríamos pidiéndonos perdón los unos a los otros.
Dicho esto de partida, y ajustándonos a la inercia que nos marca la actualidad, comparto la reacción de las autoridades españolas de no acceder a la exigencia de México de que España pida disculpas por las atrocidades que se cometieron en su nombre, por acción o por omisión, en el territorio que ahora ocupa este país americano.
Y no lo comparto no porque piense que haya o no haya motivos para pedir perdón. Al margen de que las acciones hay que enmarcarlas siempre en su debido contexto histórico, hay barbaridades injustificables, sea la época que sea. A mi juicio, la clave está aquí en quién lo exige y por qué.
Lo que si puedo decir es que España puso en marcha en esa época un total de cuarenta y dos universidades en México de las que hoy día, todavía siguen funcionando perfectamente doce de ellas ¿Perdón?
No nos engañemos. Ni al promotor inicial, López Obrador, ni a la flamante presidenta, Claudia Sheinbaum, les anima una voluntad de encuentro con España, o de cierre de heridas, o de reparación, como lo quieran llamar.
Si buscaban eso, no lo habrían escenificado así, de esa manera, con exigencias públicas, un bastante altisonantes y, sobre todo, desafiantes e incomprensibles. Las cosas en diplomacia se cocinan de otra manera totalmente distinta, porque se pactan primero en la trastienda y, luego, se hace pública la discrepancia pero de otra manera. Y, sobre todo, viniendo de un país como México que tiene el triste record de asesinatos diarios de todo el mundo.
Y, por supuesto, no es baladí que Morena (Movimiento de Regeneración Nacional(, partido fundado López Obrador , sea un partido de izquierdas y republicano. Como tampoco es casual que el foco de sus dardos sea el rey, a sabiendas de que quien decide en esta España de hoy, no como en la conquista, no es el monarca, sino el Gobierno de turno.
Ni tampoco es cosa del azar que los que amplifican su voz en España sean los medios y voceros de izquierdas. Huele de lejos a política partidista.
Se habrán cometido errores pero , sobre todo, se les ha formado y se les ha dado la educación que, desgraciadamente, hoy han perdido.
Patricio González
Adictos al Poder
ASu Sanchidad es el mejor referente de la adicción al poder, es, sin duda, el mejor de los ejemplos…y además carente de escrúpulos. Por eso le obsesionan los ‘bulos’, mientras más increíbles, mucho mejor. La mentira es el desprecio al otro y cuando ese desprecio se convierte en ecosistema de lo político, la democracia –un sistema de opinión sustentado en la confianza– no puede subsistir. La mentira como norma rompe y desvirtúa el pacto social y degenera la democracia en demagogia. Hay días en que el sufrido espectador, que ya no cree en ‘los pajaritos preñados’, siente vergüenza ajena. La censura, además, con su conclusiva e inquebrantable adhesión al líder, conduce a la sumisión más bovina de profesionales y empresas que sustituyen la libertad de información y de expresión por la mera supervivencia.
Los generadores de relatos son auténticos expertos en ‘bulomarketing’. Son experimentados manipuladores que le prenden fuego a las calles, generan trifulcas y disturbios, y después le sueltan el muerto a un tercero. Los más apasionados impulsores de las leyes antibulos suelen ser bastante amantes de los bulos, son auténticos expertos de la mentira.
Hablemos claro. Cuando sufrimos una situación donde todo lo que dice el gobierno resulta incuestionable, es que estamos sojuzgados por una tiranía. Lo mismo ocurre cuando no se puede debatir sobre historia, y nos enfrentamos a dogmas, dogmas sostenidos por comités de expertos, que generalmente no existen. Pero todavía no estamos en ese punto, todavía no hemos llegado, aunque pisan el acelerador con fuerza. Pero sí es el momento de advertir que vamos hacia esa peligrosa y asfixiante situación, y por ello es más necesario que nunca denunciar los infundios y camelos de los que nos oprimen.
Un ejemplo de cómo le dan la vuelta a todo los ventiladores de fango de Moncloa es el concierto catalán. Esta nueva e ilegal chapuza legislativa es la herramienta con la que los separatistas catalanes han pactado con el PSOE quedarse con la totalidad de los ingresos, pero que el pasivo, el gasto público, lo siga liquidando el gobierno central. Es decir, todos nosotros, los ‘paganinis’ de siempre. Que una comunidad rica aporte menos de lo que le corresponde a cambio de 14 votos para mantener a Sánchez no es una medida muy progresista, así que su Sanchidad nos altera el relato, nos ‘hinca’ un bulo, nos vende una moto de esas que tanto le gustan. La moto es que el problema no es sacar a Cataluña de la actual distribución, sino los bajos impuestos de Madrid. Todas las autonomías, cacarean ahora, tienen que liquidar impuestos más altos para pagar las bajadas impositivas de los ricos de Madrid. En definitiva, no hay problema con el último chantaje de los ‘indepes’ catalanes, hay que mirar para Madrid que hay mucho fascista enriquecido.
Patricio González
Queremos nuestra Amnistía
Andalucía tiene que estar decidida a reclamar su amnistía. No aceptamos un silencio por respuesta, Pedro Sánchez. La que dice el diccionario de la Real Academia Española que significa olvidar, la de perdonar ciertos delitos cometidos. Si la Cataluña de Puigdemont y Junqueras la pide, ¿por qué nosotros íbamos a ser menos? Nuestro principal delito por el que nos debes perdonar, amado líder, es el de aspirar a un progreso mayor, en cuestionar la burocracia de Madrid sin pedir permiso para ello y en elevarnos como un cohete mientras que en la Meseta nos ven como un simple tren de Algeciras-Bobadilla.
Queremos nuestra amnistía. Ya no somos esa Andalucía atrasada, de charanga y pandereta, de bufones y pedigüeños. Andalucía es agrícola y ganadera, pescadora y jornalera; pero también tecnológica, científica y humanista. Un sector primario digitalizado que quiere más. Andalucía sigue celebrando sus tradiciones centenarias, llora con sus romerías y fiestas religiosas, contiene la respiración ante una verónica en el ruedo y pasea en caballo cuando le apetece; pero cuida de sus montes y sus dehesas como nadie, o es capaz de lanzar un cohete al espacio desde Mazagón. Perdón por no lanzarlo desde Sant Cugat del Vallès, ni pedir permiso por ello.
Andalucía es acogedora y hospitalaria, ofrece un turismo de calidad, pero sufre porque no llegan los millones para renovar infraestructuras que pertenecen al gobierno de Madrid.
Sigue siendo Andalucía la de los pueblos blancos, el olor a puchero, la del ensayo de un costalero de Semana Santa, la de la copla de Carnaval que se clava en las entrañas de la clase política a la que despelleja por Febrero; pero también es la que investiga contra el cáncer, la que mima a sus pacientes y tiene en sus hospitales a los mejores profesionales. Hospitales, por cierto, que reclaman más y más médicos que no llegan desde Madrid, en ese afán por seguir mermando nuestra sanidad, tan necesaria, tan maltratada. Otro delito más que perdonar en nuestra amnistía: médicos que se van por querer cobrar más y no pueden decir ni adiós. Qué maleducados, presidente .
Es la Andalucía del 4 de diciembre recuperado, la del 28 de febrero, la de ferias y verbenas; y la del verdeo, el algodón, la agricultura de precisión y la recuperación del olivar y el lince ibérico. Porque Andalucía es capaz de disfrutar y trabajar como nadie en España. Es Andalucía la que organiza finales deportivas, cumbres europeas o eventos internacionales a pesar de tener trenes decimonónicos y no terminar de vertebrar nuestro inmenso territorio. Y, a pesar de ello, viene usted aquí a pedirnos el voto, a que seamos siervos y lacayos, a que volvamos al caciquismo, al turismo, al atraso.
Nuestro delito ha sido pedir lo mismo que el vecino, y nos dicen que no es lícito por no tener voz propia en Madrid. Apúntelo en su lista. Otro más. Por eso le pedimos una amnistía que permita saldar la deuda en miles de millones que históricamente se quedaron en Cataluña o País Vasco cuando iban camino del sur, ese eufemismo mesetario para hablar de Andalucía, con el único fin de ensanchar las carteras del nacionalismo, las autovías de sus territorios y las fábricas y empresas que se marcharon de aquí para nunca más volver.
Patricio González
Intolerable en Democracia
Algunas cosas del pasado podemos considerarlas como una infamia. No hace tanto, uno de los chistes de tasca que se escuchaban era eso de ‘algo habrá hecho’ si la noticia que se podía ver y escuchar en la pantalla del televisor trataba de violencia de género, o de un asesinato de una mujer por el hecho de ser, eso, una mujer. Avergüenza totalmente recordar algo tan tosco, tan zafio, como esto.
Llevamos un tiempo asistiendo a una violencia, a una tensión, completamente disparatada alrededor del mundo de la política. En mi etapa política nos decíamos barbaridades en los Plenos pero al acabar nos tomábamos una cerveza al lado del Ayuntamiento , concejales de todos los grupos.
Sin embargo, la presidenta de las Cortes de Aragón mostrando una mala educación y un sectarismo intolerable (ella ostenta su cargo en nombre de todos los aragoneses, de todos y no puede dejarse llevar por ideología alguna); un concejal del PSOE dando tres cachetes al alcalde de la ciudad durante un pleno como si fuera un macarra de tercera; O un diputado, hoy Ministro –Óscar Puente del PSOE- sin poder acceder a su asiento del tren de alta velocidad al ser increpado por un sujeto que ha tenido que abandonar el tren, al llegar al destino, acompañado por agentes de la Policía Nacional.
Un altercado tras otro que dejan claro que el ambiente político resulta irrespirable, que la tensión es máxima y que algo se está haciendo rematadamente mal. O eres de los míos o eres mi enemigo. Es lo que hay.
Unas de las cosas que empeoran todo esto es no condenar estos actos sin matices, sin dejar entrever eso que comentaba antes de que ‘algo habrá hecho’.
Si la directiva del PSOE madrileño acabó de forma fulminante con el concejal Viondi , ahora, desgraciadamente, algún diputado del PP se ha referido al tono que utilizó Óscar Puente hace unos días en su discurso tras el de Núñez Feijóo intentando justificar lo que ha ocurrido.
Estos actos hay que denunciarlos de forma inmediata, sin matices, con contundencia. No se puede aceptar nada que se acerque a un comportamiento violento, maleducado o que incite a una imitación que genere tensiones indeseables. No a cualquier tipo de violencia. No se puede decir a los diputados del PSOE, desde la tribuna del Congreso, que luego ‘no vengan lloriqueando’ porque a eso se le llama amenaza y es lo que ha hecho Santiago Abascal en su turno de intervención en el Congreso.
En democracia no cabe ningún tipo de violencia. Eso es todo y no es posible acotar la afirmación. Basta ya.