La Gran Senda de Málaga (GR-249) es un magnífico escaparate de los espacios naturales y culturales de la provincia. Por ello, la Diputación de Málaga está editando diversas publicaciones en las que, al hilo de las etapas de este gran sendero, se ponen en valor, por ejemplo, la biodiversidad y el patrimonio hidráulico tanto del interior como de las zonas costeras.
La diputada de Medio Ambiente y Promoción del Territorio, Marina Bravo, explica que la Gran Senda no solo permite a los excursionistas o senderistas disfrutar de paseos por rincones muy llamativos, sino que contribuye a dar a conocer los numerosos atractivos de nuestro territorio a quienes recorren sus etapas.
En este sentido, la delegación de Medio Ambiente y Promoción del Territorio de la Diputación está llevando a cabo una importante labor divulgativa con la edición de diversos libros y guías, todas ellas disponibles para descargarse gratuitamente en la web www.gransendademalaga.es.
Marina Bravo destaca, también, que la Diputación organiza actividades y talleres sobre la flora y la fauna que pueden observarse en la Gran Senda y fomenta, por ejemplo, las rutas relacionadas con la observación de aves y con los valores geológicos de todo el territorio provincial. Además, en los Senderos de Primavera y Senderos de Otoño, el recorrido del sendero va acompañado de interpretación medioambiental del entorno.
La primera publicación que apareció fue la Topoguía de la Gran Senda de Málaga, en la que se ofrece una descripción de cada una de las etapas, de forma interpretativa, con su correspondiente ficha técnica, recogiendo los valores naturales del recorrido y destacando aquellos elementos más relevantes de interés ambiental y cultural.
Además, también se ha realizado la guía Gran Senda de Málaga para todos, una publicación para acercar a la población los senderos más accesibles de Málaga gracias a la selección de 20 etapas de baja dificultad.
Aves y resto de fauna
Igualmente, respecto a la biodiversidad de la provincia, se ha prestado especial atención a la importancia ornitológica de la provincia. Al respecto, el libro Las aves de la Gran Senda, con textos de Antonio-Román Muñoz, ofrece al turista ornitológico o a toda persona con interés en la observación de aves una interesante y precisa información sobre las más de 300 especies que aparecen en las distintas etapas, resaltando aquellas de mayor interés difíciles de observar en el contexto europeo.
Este trabajo resulta un estupendo manual de iniciación para un senderista que quiera introducirse en el apasionante mundo de las aves, resolviendo cuestiones claves como los prismáticos a elegir o los detalles en los que centrar la atención cuando intentamos identificar una especie.
Málaga también presenta una gran variedad de hábitats para los vertebrados y a la vez una rica biodiversidad adaptada a esos hábitats de montaña, lagunas, ríos, litoral, zonas agrícolas e incluso áreas urbanas.
En la guía Anfibios, reptiles y mamíferos de la Gran Senda de Málaga se detallan las características de las especies más representativas de la provincia, y, aunque no son fáciles de ver, se ofrecen detalles sobre indicios de la presencia de estos vertebrados más discretos, como pueden ser huellas, excrementos, señales en la vegetación o zonas de baños.
Patrimonio hidráulico
Por otra parte, la provincia atesora un importante patrimonio hidráulico ligado al almacenamiento, la conducción y el uso del agua. Por ello, la Diputación de Málaga ha puesto en valor buena parte de esas infraestructuras en el libro El agua en la Gran Senda de Málaga. Guía para conocer su patrimonio hidráulico, escrito por Isabel Bestué y Emilio Molero.
La publicación incluye presas, acueductos, canales, depósitos de agua, fuentes, baños, obras subterráneas, ingenios para elevar el agua e industrias, como molinos, almazaras, batanes y fábricas de luz.
En total, se detallan 44 infraestructuras o recursos hidráulicos de 26 municipios de la provincia. De cada uno de ellos se ofrecen datos generales sobre su estado de conservación, su interés paisajístico y patrimonial; su ubicación y forma de acceder, y se acompaña de datos técnicos y de la historia y descripción de cada elemento.
En el libro también tiene gran importancia la parte gráfica, reuniendo unas 300 fotografías actuales y antiguas, planos, mapas e ilustraciones. Las fotografías corresponden a Juan María Álvarez, Isabel Bestué, Jesús Ponce y Luis Rico.
La publicación describe cada elemento siguiendo el orden de las etapas de la Gran Senda. Así que, en 28 de las 35 rutas se destacan algunas de las infraestructuras más interesantes.