La escritora Yolanda Guerrero ha presentado en “Trocadero Estepona” y dentro del ciclo “Foro de Encuentros” que promueve la periodista Amparo de la Gama, su libro “El día que mi madre conoció a Audrey” (Plaza & Janés). que transcurre en Marbella y en la frontera “Cerrada” con Gibraltar en aquellos años difíciles.
Uno de los protagonistas de la novela, el periodista José María Yagüe Moreno, que en la novela aparece cuando era solo un niño de 8-10 años.
Y lo hace hablando por una emisora de radioaficionado de la banda ciudadana que conectaba a diario con otros radioaficionados de Gibraltar, rompiendo con ello el bloqueo y permitiendo que las familias rotas y separadas a un lado y otro de la Verja, sin comunicación posible ya que las líneas telefónicas también habían sido cortadas y los envíos postales tardaban meses en llegar de un lado a otro de la Verja. Así lo describe la autora, como un pequeño ángel que llevaba la felicidad y a veces las tristes noticias de un lado al otro de la frontera, saltando la Verja con sus ondas en la banda de los 27 megaciclos.
Cuando el niño José Mari acercaba el micrófono de su radio a un linense para hablar con su familia en Gibraltar y su hermana le preguntaba desde el Peñón, “¿Cómo está mami, Paco?”, “Ha estado muy malita y la enterramos ayer”. Tremenda noticia que llegaba tarde a la hija, casada con un gibraltareño y que, estando tan sólo a unos metros de distancia, no había podido seguir la enfermedad y los últimos momentos de su madre. Otras eran noticias más alegres. “Cómo están los niños?” “Mari ya es una mujercita-contestaban al otro lado de la Verja cerrada- el domingo hizo la Comunión y nos faltaron ustedes”.
Eran episodios de aquellos días difíciles donde la población de La Línea de la Concepción quedó rota reducida a la mitad, al tener que emigrar y buscar trabajo lejos (en algunos casos hasta en Australia). El daño que hizo el cierre fue tremendo, no solo en el plano económico y de trabajo, sino también en el afectivo rompiendo muchas familias.
Así lo explicó en el acto de presentación del libro en “Tocadero” el periodista José María Yagüe Moreno, que acababa de llegar de un congreso de periodistas en Tarifa, agradeciendo a Yolanda Guerrero el haber sido citado en la novela junto a su padre el decano de los periodistas de la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar, José Luis Yagüe Ormad que en aquel entonces, había traído a su hijo desde Holanda un equipo de radio de Banda Ciudadana con el que comenzó su afición.
Hoy, José María Yagüe tiene en San Roque, donde ejerce de periodista junto al alcalde Juan Carlos Ruiz Boix, el Museo de la Radio CB con más de 3.000 emisoras de todos los tipos y es en la actualidad uno de los más activos miembros de la Unión de Radioaficionados Españoles manteniendo a punto una red de contactos con radioaficionados para que, en el caso de una necesidad, catástrofe o similar, los radioaficionados puedan prestar su valiosa ayuda. Máxime estos días que tanto se habla de simulacros.
Yolanda Guerrero, pasó por el Foro de Encuentros donde Amparo de la Gama explicó que, “la autora centra aquí la trama en dos protagonistas, veinteañeros, que se enamoran en el inolvidable concierto de los Beatles en España, en el verano de 1965. Es el recuerdo de un país que mudaba de época, en una década que determinó un punto de inflexión en una nuestra historia reciente. Dos visiones -encarnadas en dos familias y construidas en torno a los duros años en que Franco cerró la Verja de Gibraltar causando tanto daño a miles de familias y de trabajadores del Campo de Gibraltar- constituyen una novela basada en hechos reales que nos acerca al tardofranquismo y a los años de la Transición.
En la novela se habla de Marbella y le preguntamos a Yolanda
¿Por qué el franquismo permitió ese aire de libertad en Marbella? ; y ella contesta.:
-Por dinero. Porque era un turismo muy exclusivo. A principio de los sesenta hubo un bando por el que se prohibía el bikini en toda España. De hecho, no se podía comer en la playa si no estabas vestido. Incluso en la arena. Pero, claro, los suecos y suecas dejaron de visitarnos. Para solucionar el inconveniente, Franco dio la venia a tres ciudades españolas: Santander, Benidorm y Marbella. Y fue Marbella porque un cura muy relacionado con el régimen, monseñor don Rodrígo Bocanegra, confesor de Carmen Polo la esposa del Caudillo, quien convenció a Franco de que tenía que permitir el bikini en Marbella.
Además, esto sirvió de justificación al régimen, pues se daba a entender que en España se vivía muy bien, ya que era el destino de actores y actrices famosos. Como dice la novela: «Donde hay dinero, no hay pecado».
De este y de muchos temas habló la autora en el Foro de Encuentros que tuvo lugar en “Trocadero Estepona” ante medio centenar de personas.
Ante el interés que ha despertado esta novela se está gestionando la presentación por la delegada de Cultura del municipio, en San Roque, Ana Ruiz y en otras poblaciones del Campo de Gibraltar.